Bouzas estrena su nueva cara volcada a la ría

Luis Carlos Llera Llorente
luis carlos llera VIGO / LA VOZ

MONDARIZ

El nuevo paseo atrae a peregrinos a Santiago y turistas que llenan la antigua villa y su hostelería

03 ago 2023 . Actualizado a las 00:30 h.

Los obreros colocaban ayer la última loseta de granito gris Mondariz que da consistencia el nuevo paseo de Bouzas. Tiene 528 metros de longitud, que es la distancia que va desde la iglesia hasta el puente que cruza la ensenada y comunica con el relleno de Zona Franca. Las piedras miden entre 6 y 10 centímetros de grosor, según las zonas. Suficiente para el paso de un camión.

De hecho, los vehículos de la constructora Civis Global han transitado continuamente por esta zona que luce una nueva imagen, bella y estilizada, que provoca la admiración de vecinos y turistas. La empresa va a entregar la obra este jueves, si no surgen contratiempos de última hora.

Los hosteleros dicen que el paseo ha dinamizado extraordinariamente la antigua villa, que recibe ahora el paso de peregrinos por las tablas de madera. Algunos de ellos, como Andrés Rico y Beatriz Luna, de Córdoba, parecen encantados por su nueva imagen: «Nos encanta esta zona y hemos pasado por playas magníficas», decían mientras buscaban un alojamiento para hacer noche y conseguir hoy otra etapa del Camino hacia Santiago.

A otros les entusiasma tanto que se han alquilado un piso allí. Es el caso de la familia parisina, pero originaria de Ourense, formada por Camila Domínguez, Jose Domingo Rodríguez y su hija Sara: «Hemos venidos a pasar unos días a la playa, por la niña», explicaban.

El paseo tiene 7.700 metros cuadrados, en los que hay jardines con plantas de lavanda, arbustos y flores. Para disfrutar de la vista y descansar lo jalonan una decena de bancos y 18 tumbonas al estilo del paseo del Sena en París. La sombra escasea por ahora porque las enredaderas aún son pequeñas para cubrir las pérgolas que cobijan los veladores, llenos de disfrutones.

Lo que falta son pequeños detalles, además de impermeabilizar y barnizar la madera tropical, que ya viene tratada, para aguantar los rigores de la intemperie. También se están plantando macetas y césped en el último parterre sin sembrar, que ocupa unos 40 metros cuadrados y que se halla a los pies del templo que arrasó el pirata Francis Drake en una de sus incursiones en la ría de Vigo.

«Ahora viene a Bouzas el doble de gente que antes», asegura José Manuel Vidal, presidente de la asociación de vecinos y dueño del local A Fanequeira, que tiene una terraza situada en el paseo. También Marcos Pérez, de O Croque, no para de trabajar. «Nos van a retranquear un poco las losetas para facilitar la subida desde el bajo del restaurante hasta el paseo, porque ahora hay mucha altura, y nos van a poner dos peldaños para que podamos atender mejor a la gente», explica.

El proyecto de regeneración arranca de los destrozos que sufría el anterior paseo que databa del año 1991. Se había ido deteriorando de tal manera que varios ciudadanos sufrieron caída y accidentes, una de ellas grave, en agosto del año 2018. Provocó el cierre.

Luego vino el covid y la restauración de la fachada atlántica de la villa se retrasó por la burocracia. En septiembre del 2021 todavía no habían empezado las obras. Costas cedió al Concello una superficie de 7.700 metros cuadrados en una longitud de 528 metros lineales.

Entre la arena y el paseo perimetral se han colocado estructuras prefabricadas de hormigón, a modo de bancadas. Se ha construido una nueva disposición de desagües para la evacuación de aguas pluviales, una red abastecimiento y una nueva dotación de alumbrado público.

Abel Caballero visitó en su día las obras que no pudieron estar acabadas en la Brincadeira, cuando se estrenó extraoficialmente cubriendo las partes sin terminar. Desde entonces, se han acelerado los trabajos de metamorfosis de este paseo, aunque no han ido tan rápido por falta de mano de obra especializada en cortar y ensamblar correctamente los listones de madera. «Faltan carpinteros disponibles», señalaban desde la constructora.

Los operarios de Acciona se afanan en dar los últimos detalles a las zonas verdes. Ya está operativo plenamente el espacio dedicado para las terrazas de la hostelería, que pretende emular a la Ronda de Don Bosco. Pero la gran singularidad está en la zona de acceso al mar, que el Concello ha copiado de las playas fluviales del Sena con 250 metros de graderío «que permiten el espacio de una playa urbana». Cuando la marea está baja, se puede acceder directamente hasta la arena, mientras que cuando sube, el agua llega hasta el segundo escalón. «Han tardado mucho pero el resultado está muy bien», dice Dudi, que da clases de pádel surf.