El acusado de la brutal paliza a un joven de Nigrán confiesa y elude la prisión tras un acuerdo

Monica Torres
M.Torres VIGO

NIGRÁN

Lupe, la madre de Nacho, el joven agredido en la brutal paliza en Nigrán, con un cartel sobre las heridas de su hijo
Lupe, la madre de Nacho, el joven agredido en la brutal paliza en Nigrán, con un cartel sobre las heridas de su hijo Oscar Vázquez

Tendrá que pagar 120.000 euros de responsabilidad civil a la víctima y 8.300 al Sergas por las intervenciones que precisó

18 jun 2024 . Actualizado a las 21:04 h.

El acusado de dar una brutal paliza a un joven en Nigrán en el verano del 2020 tras un altercado previo en una fiesta no entrará en prisión. Este lunes estaba prevista una nueva sesión del juicio que se venía desarrollando en la sección quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra con sede en Vigo, pero finalmente se celebró una breve vista para ratificar el acuerdo alcanzado entre la acusación particular, la defensa y la Fiscalía.

El acusado, que en el juicio había negado ser el autor de los puñetazos y patadas que le causaron graves lesiones y secuelas a la víctima, confesó la culpabilidad y acepta una pena de dos años de cárcel por un delito de lesiones grave, por lo que elude entrar en prisión si no vuelve a delinquir en los próximos dos años. Se le aplican los atenuantes de dilaciones indebidas y de reparación porque ya pagó a la víctima 25.000 de los 120.000 euros de indemnización. Tampoco podrá acercarse a menos de 200 metros ni comunicarse con el agredido. Tendrá que pagar 8.308 euros al Sergas por los gastos de asistencia sanitaria al perjudicado.

Como consecuencia de la paliza, la víctima, Nacho Martíns, sufrió múltiples fracturas y hematomas por toda la cara, y precisó de varias intervenciones quirúrgicas y reconstrucciones. Asimismo, padeció un trastorno de estrés postraumático grave, con conductas de evitación y aislamiento social, y continúa en tratamiento psiquiátrico. Además de sus problemas de salud mental, también tiene secuelas físicas: varias cicatrices, afectación maxilar y pérdida de parte de la visión de un ojo, entre otros perjuicios.

Por estos hechos, la Fiscalía acusaba al procesado de un delito agravado de lesiones, y pedía hasta ocho años de cárcel y casi 130.000 euros de indemnización.

«Aunque fuera a la cárcel, mi hijo no se iba a curar y, tal como está la justicia hoy en día, tampoco iba a pasar mucho tiempo en prisión», indicó Ignacio Martíns, padre del joven agredido. El progenitor de la víctima explicó así los motivos por los que han aceptado este acuerdo de conformidad. «Nos hubiera gustado que se sentaran en el banquillo todos los que consideramos que participaron, pero no pudo ser y hay que pasar página de una vez. El dinero será para los tratamientos con los que aún continúa y lo que le queda», manifestó. Su abogado, Guillermo Presa, destacó la «generosidad de Nacho». «Aunque a Nacho le destrozaron la vida, él no quiso destrozársela a nadie y por eso no quiso que el acusado ingresara en prisión a pesar de la barbaridad que le hicieron», concluyó el letrado.