La Fiscalía pide cerrar la investigación sobre el crimen del pozo en O Porriño

Javier Romero Doniz
JAVIER ROMERO VIGO / LA VOZ

O PORRIÑO

Retrato robot de Carlos Alberto Videira do Orfao, cuyo cuerpo fue hallado en un pozo en O Porriño
Retrato robot de Carlos Alberto Videira do Orfao, cuyo cuerpo fue hallado en un pozo en O Porriño

El juzgado número 3 de la villa decidirá si secunda la resolución o sigue investigando la muerte violenta del ciudadano portugués hallado en el 2021

09 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

La Fiscalía ha solicitado el sobreseimiento del procedimiento que investiga el crimen del ciudadano luso Carlos Alberto Videira (Viana do Castelo, 1981). La resolución fue trasladada al Juzgado número 3 de O Porriño para que decida si la secunda u opta por mantenerla abierta para emitir un auto de procesamiento para llevar a juicio a los tres investigados que constan en la causa, dos de los cuales llegaron a ingresar en prisión provisional por un corto período de tiempo. La instrucción de la causa suma cuatro años e implicó una compleja investigación iniciada sin que sus responsables tuvieran más información que la aportada por el cadáver de Videira, hallado casualmente en febrero del 2021 en el pozo de una finca situada en la parroquia de O Cerquido, O Porriño. El cadáver permaneció sepultado en el pozo durante 862 días tras recibir una paliza que fue la causa de la muerte.

La motivación de la Fiscalía para solicitar el sobreseimiento del caso implica que, bajo su criterio, no existen elementos suficientes para llevar a juicio a los imputados con garantías de obtener una sentencia condenatoria. En los cuatro años de instrucción, la investigación judicializada ha estado condicionada por los cambios de dos de sus responsables. Por una parte, el juzgado cambio de titular, y la jueza actual no es la misma que inició la causa. Lo mismo ocurrió con la Fiscalía, estando hora al frente del asunto un fiscal nuevo. A mayores, el abogado de los considerados dos principales investigados solicitó hace semanas el archivo de la causa al entender que tampoco hay elementos que demuestren la culpabilidad de sus clientes.

La resolución policial del crimen de Carlos Alberto Videira resultó compleja desde el principio porque los investigadores no tenían más información que la aportada por el cadáver, en muy mal estado tras 862 días flotando en un pozo. A falta de restos de ADN, el Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga), a través de uno de sus forenses más reconocidos, Fernando Serrulla, logró reconstruir el rostro del fallecido a través de los restos óseos. El retrato difundido en España y Portugal dio sus frutos. La familia del muerto le reconoció, y aquello permitió identificar al muerto.

Lo siguiente fue reconstruir su vida en los meses anterior al fallecimiento. Se descubrió que residía en Vigo y que se dedicaba a la reparación de coches, también que tenía deudas y cuentas pendientes derivadas de estafas en la reparación de vehículos. También se ubicó a su círculo más cercano y el día que desapareció. Igualmente se puso rostro y nombre a las personas que, según la Guardia Civil y la jueza que inició la instrucción, le habrían llevado a la fuerza hasta la finca de O Porriño y le habrían propinado una paliza de muerte.

También se ubicó a un presunto colaborador que habría facilitado el encuentro entre el fallecido y los dos presuntos autores materiales del crimen. Ambos ingresaron en prisión provisional, por poco tiempo, al concluirse que no había elementos para privarles de libertad sin juicio previo. La investigación entró entonces en punto muerto. Se abrió una pieza separada del caso que permanece secreta. Esa arista de la investigación incluía un requerimiento a la multinacional Google para que informe de las geoposiciones de los teléfonos de ambos investigados que llegaron a ingresar en prisión provisional.

No ha trascendido si Google ya respondió a la petición oficial del juzgado de O Porriño, aunque sí se sabe que la Fiscalía ya solicitó el sobreseimiento de la causa.