El entrenador del Tomiño femenino deja el club tras lograr el ascenso
13 jun 2025 . Actualizado a las 22:06 h.Tras quedarse a las puertas hace un año, cuando perdieron en la prórroga de la final, el Tomiño femenino ha logrado el ascenso y militará por primera vez en categoría nacional en la temporada 2025/2026. El objetivo, alcanzado en una temporada en que era más asequible gracias a una reestructuración, se consiguió de la mano de Bruno González, un entrenador de casa y plenamente identificado con el club que, sin embargo, ahora da un paso al lado y no seguirá al frente. Pero sabe que retornará en el futuro.
El técnico tomiñés llevaba tres años dirigiendo al primer equipo femenino, tras haber ejercido de segundo y haber pasado por las categorías inferiores, de modo que ha visto crecer a muchas de las integrantes de la primera plantilla. «El año pasado, el objetivo era la permanencia, pero a medida que pasó la temporada, fuimos ganando partidos, con una racha de 14 seguidos, nos metimos», recuerda sobre ese play-off que se escapó en la prórroga frente al Bergantiños. «Fue un momento histórico para nosotros y para el club pese a perderlo», afirma.
Con ese precedente, manteniendo el grueso del plantel y sabiendo que había más ascensos en juego, este curso el equipo era más ambicioso. «El objetivo era conseguir la mejor puntuación y clasificación histórica y sí, sabiendo que había más ascensos y que el año pasado estuvimos tan cerquita, quedar entre los cinco primeros y conseguirlo esta vez», como así ha sido. «Nos reforzamos pensando en ello, pero manteniendo el bloque. Mi suerte de estos tres años ha sido tener un grupo fuerte en lo humano y en lo deportivo, con jugadoras importantes que nos han dado continuidad y refuerzos en áreas que el equipo tenía más debilitadas».
No esconde que les había «quedado una espina» al morir en la orilla en el 2024. Especialmente, para él. «Llevaba nueve años en el club y tengo un sentimiento de pertenencia y de gratitud enorme. Quedarte cerquita con el equipo que es tu casa, de tu pueblo, te da pena. Pero también reconforta haber llegado hasta ahí», reflexiona. Ahora, conseguir el billete para Tercera Federación le supone «cerrar el círculo y que el cuento tuviera un final precioso y emotivo», indica sobre el cierre de su etapa en el banquillo.
Ese cuento llega a su fin para él por decisión propia que viene madurando desde hace tiempo, asegura. «Es muy pensada y meditada. Para mí, como entrenador y persona, es importante saber llegar a un sitio, pero también saber cómo marcharse. Tengo un amor y una gratitud enormes a ese club, mi casa, y sé que voy a volver en algún momento», proclama. Pero de mismo modo, ahora sabía que tocaba cerrar capítulo. «Después de haber ascendido, y habiendo tenido un desgaste emocional y personal, entendía que hacía falta un cambio por las dos partes, para que el equipo pueda seguir ganando y compitiendo, pienso que ya no puedo hacer más para el equipo», plantea.
Pese a tenerlo claro, ha sido «la decisión más difícil» de su vida por la gratitud que siente hacia jugadoras y club. «Conmigo han tenido un comportamiento espectacular. Como digo, sé que voy a volver, pero necesitaba, al menos, un pequeño parón para renovar energías, reciclarme y salir de mi zona de confort», ahonda. Ha aceptado un proyecto masculino -posteriormente a tomar la decisión y sin que esta fuera consecuencia de aceptar esa otra propuesta-, pero no duda de que estará en la grada arropando al Tomiño siempre que pueda. «Estaré cerca y dispuesto a ayudar de manera indirecta si me necesitan», se ofrece.
Está orgulloso de un proyecto de fútbol femenino que comenzó hace alrededor de quince años. «Llevamos mucho tiempo trabajando con el fútbol base, con las niñas, y este salto de nivel era muy importante», valora. Lo califica de «histórico» para la entidad, que siempre había perseguido la permanencia en la primera categoría autonómica. «Es un logro importante también para la zona, ya que somos el equipo referente a nivel femenino, y también supone un cambio en lo deportivo, lo social, lo económico...», desgrana.
Además, tiene mucha confianza en que su presencia en nacional no vaya a ser flor de un día. «La base del equipo es buena y joven, con muchas juveniles y solo tres futbolistas que superan los 30 años. Con refuerzos en ciertas áreas, es un equipo con mucho margen de mejora», detalla. También da valor a tener un grupo que lleva tiempo jugando junto y se conoce bien. «No va a ser fácil, obviamente, pero tengo confianza total, ciega, en que lo van a conseguir. No me cabe ninguna duda», asevera.
Destaca, asimismo, que el ascenso fue fruto de un trabajo grupal, dentro del cual pone el foco el trabajo de las cuatro capitanas -Sara, Sandra, Antía y Carla-, que han sido el enlace con un cuerpo técnico para el que también tiene palabras de gratitud. Se fija especialmente en Carla, Tomi, por sus goles y su influencia en e juego, pero también otras como Alba, Sara, Rebe, Marta, María, las porteras… «No me quiero dejar a ninguna. Me quedo con lo colectivo, porque el equipo ha sido muy fuerte. Yo era un entrenador que movía mucho los onces, muy dinámico, y prácticamente tocaras lo que tocaras, funcionaba».