Esmerarte ya ha expresado su intención de volver el año que viene a Nigrán para hacer realidad la segunda edición de PortAmérica, «aunque sea una marca blanca trasladable a otro lugar», señala Joaquín Martínez, que manifiesta que poner en valor la iniciativa ha supuesto un gran esfuerzo y económico para dotar de servicios a un evento nuevo, «pero el nivel de satisfacción de la gente ha sido enorme y eso inclina la balanza a la hora de pensar en un balance que ha merecido la pena».
El responsable insiste en que aunque están muy satisfechos con los resultados, «hay que trabajar en interactuar más a nivel empresarial, hay una energía y unas claves de euforia para cambiar las cosas y posicionarse que nos obligan a prestar más atención a la parte latinoamericana». Por eso, y porque la filosofía de este festival en contraposición con el Vigo Transforma se centra más en los proyectos emprendedores, tienen claro que hay que realizar acciones previas en estos países para cosechar más tarde el fruto de la relación entre el mundo de las ideas y las necesidades empresariales.