«El Marco debería acoger otras cosas, como videojuegos»

Begoña Rodríguez Sotelino
begoña r. sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Oscar Vazquez

El artista vigués Mingos Teixeira opina que el museo no debería desaparecer pero sí cambiar y que «la contemporaneidad se alargue»

16 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Mingos Teixeira es un creador de larga trayectoria en la ciudad, avalada por más de 30 años de trabajo como pintor y profesor de la disciplina que domina. La tarea didáctica es la que desarrolla con mayor pasión aunque es también coordinador del espacio expositivo de la Alcaldía del Concello de Vigo. Conoce bien el ambiente artístico local y su nombre ha saltado a la palestra en las últimas semanas, pero no por su obra, sino por sus críticas palabras en relación al sentido, presente y futuro del Museo de Arte Contemporáneo de Vigo, Marco, que ha vertido en debates públicos, medios de comunicación y redes sociales. Teixeira es de los pocos que se ha significado, reprochando al centro de arte su elitismo, afirmando que desde sus inicios se convirtió en «una reducida camarilla de un segmento de población de elevada formación y renta» y lo hace en un momento en el que ayuntamiento, que lo sustenta, plantea que debe cambiar y convertirse en un museo de arte moderno, a pesar de ser el museo más visitado de Vigo, dejando muy lejos a todos los demás, y a otros de fuera como el CGAC.

-¿Cuál es la razón por la que considera que el Marco no debe seguir la senda andada hasta ahora?

-Porque pienso que con 15 años de experimentación ya tiene recorrido suficiente para saberse que socialmente no funcionó. Artísticamente y a ciertos niveles puede que sí, pero socialmente, no. La ciudad le dio la espalda, la gente no lo visita y eso es cierto, por muchas cifras que se den.

-¿En qué se basa para decir que socialmente no funcionó?

-En que la gente no lo visita, por muchas cifras que den.

-¿Quiere decir que las cifras están falseadas?

-Tampoco digo eso. El número de visitantes es relativo. No me valen las cifras. A lo mejor yendo menos gente tendría más éxito.

-¿Entonces?

-Por ejemplo, si vas a la biblioteca te dan una entrada.

-Eso quiere decir que se usan la biblioteca del Marco, especializada en arte...

-Pero a lo mejor no iban a ver una exposición.

-O a lo mejor, sí. Como si usted va al Museo del Prado y se queda en la cafetería. En todo caso el que va a la biblioteca está haciendo uso del Marco.

-Lo de las cifras es muy relativo.

-Cada persona que entra recibe una entrada. Desde que abrió el Marco es el más visitado. Suma tantos visitantes como el resto de los museos municipales juntos. Por lo tanto, ¿en qué se basa?

-Llevo toda la vida en Vigo rodeado de gente que va a ver arte y la inmensa mayoría de los que conozco no pisaron el Marco en años.

-Los que conoce no sé, pero en el primer semestre del 2017 tuvo 39.652 visitas y en el 2016, en total fueron 89.000

-Pero apenas van colegios.

-Hay visitas de colegios en dos turnos por la mañana y uno por la tarde. Van muchos al año

-Lo sé, pero es escasísimo para la ciudad. He tenido actividades a las que iban más niños sin necesidad de tener un museo. Son cosas muy relativas. Yo hablo de una reforma integral de todos los museos. No quiero que desaparezca el Marco, sino el concepto de Marco. Lo que quiero es que el concepto de contemporaneidad se alargue, que no quede solo en el conceptualismo. Mi postura no es de ahora. Siempre estuve en contra de ese tipo de museo y está recogido en actas. En 1994 participé en unos debates sobre espacios públicos para las artes que organizaba el Ayuntamiento, cuando se empezó a hablar de qué se iba a hacer con el edificio y se llegó a un consenso. Por desgracia, el tiempo me dio la razón. Tener en Galicia tres museos de arte contemporáneo me parecía y me sigue pareciendo una barbaridad. Dejamos de hacer otras cosas por culpa de atender a ese arte más conceptual, del que no estoy en contra, es que cada manifestación artística de la contemporaneidad en la que estamos tiene que tener su lugar. Para mí es tan contemporáneo Laxeiro, Lodeiro o Lugrís que el más vanguardista de los artistas actuales.

-¿Pero como centro de arte contemporáneo le parece bien el Marco?

-Sí. Per le daría un giro porque hay manifestaciones artísticas que no tienen en cuenta. Vigo se merece otro tipo de museo de arte contemporáneo. El circo del conceptualismo lleva ya demasiado. Cien años, desde Duchamp.

-¿Usted qué haría?

-Creo que debería acoger nuevas formas de expresión, como muchos videojuegos actuales que son verdaderas obras de arte, películas, vídeos... ciencia, incluso.

-Buena parte de las exposiciones del Marco son obras audiovisuales y además es una de las sedes nacionales del Festival ArtFutura...

-Es que lo primero que habría que definir es su misión.

-«Comunicar, conectar con los visitantes y, por encima de todo, crear y fomentar hábitos de consumo cultural», dice en el proyecto.

-Me refiero a la misión diferencial. Cada museo tiene una forma de actuar distinta a otro, si no, se solapan.

-En Vigo no hay más museos de arte contemporáneo. ¿Qué cree que debería contener?

-Lo que se había acordado en aquella reunión en la que se concluyó: «Castrelos esta agotado. Debemos buscar una localización central para la colección de arte contemporáneo de Castrelos». Luego se hizo el Verbum, un paripé que nunca funcionó y a lo mejor el Marco tendría que haber ido para allí.

-¿Cree que la colección de Castrelos tendría más éxito en el Marco?

-Sí, porque a Vigo llega mucha gente por barco y no le da tiempo a ir al extrarradio. Pero a los que les gusta el arte contemporáneo y las vanguardias y quieren novedades, se desplazan a otros sitios. Tú vas a Coruña y el MAC, que está lejos del centro, está lleno siempre.

-Entonces los vigueses deben ir fuera a ver arte contemporáneo

-Fuera, no. Samil no es fuera.

-El Verbum no tiene arte contemporáneo. ¿Para su planteamiento no sería mejor desmantelar el Verbum, que no funciona?

-No, porque en el Verbum no cabría todo. Hay muchas ideas. Hay que hacer un cambio integral, no del Marco, sino de todo el sistema expositivo vigués. Tenemos diez espacios para el arte y la gente ni los conoce. Lo que digo es probar con otra cosa. Es que además en qué cabeza cabe hacer un museo de arte contemporáneo en un edificio antiguo. En muchos es más importante el continente que el contenido. Como el Guggenheim.

-O antiguos como la Tate Modern, que era una fábrica...

-Sí, bueno, claro.

El artista. Dice que no se ve exponiendo en el Marco. No cree que su obra se ajuste.

La dirección. Opina que la convocatoria de un concurso no importa. «Muchos están amañados. No es garantía».