La Xunta defiende la «conexión más rápida» para el tren de Vigo a Madrid

Carlos Punzón
carlos punzón VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

ALBERTO LOPEZ

Renfe no se plantea usar la variante de Conxo para recortar sus viajes

24 oct 2020 . Actualizado a las 08:07 h.

Todas las ciudades gallegas dispondrán desde el martes de un tren directo a Madrid y todas también contarán con otras conexiones con la capital de España mediante transbordos en Santiago u Ourense. Con ambas fórmulas, vigueses y pontevedreses podrán optar por viajar, según la hora del día, por la línea del Miño o por Santiago, la primera en vía única y con limitaciones muy por debajo de la alta velocidad y la segunda más rápida pero con más trayecto a recorrer.

La última opción es rechazada de plano por el alcalde de Vigo, temeroso de que se establezca dicho itinerario como definitivo y conlleve que no se construya la planificada variante desde Barro (Pontevedra) por Cerdedo para enlazar con O Carballiño y Ourense. La Xunta, sin embargo, sí se mostró ayer a favor del itinerario de Santiago para que «los vigueses puedan tener acceso a la conexión más rápida con Madrid mientras no se construya la variante de Cerdedo», en fase de estudios desde hace más de un decenio y ahora en análisis hidrogeológico hasta el año 2022, para después iniciar el proyecto informativo, trazado y ejecución, lo que se demorará hasta la próxima década. El delegado del Gobierno en Galicia, Javier Losada, aseguró en las últimas horas que el Ejecutivo central sigue trabajando en dicho proyecto. Pero la Xunta estima que, entretanto, los vigueses tienen que tener acceso a la conexión más rápida con Madrid.

La opción más veloz

Ese itinerario más veloz se conseguiría aprovechando el corredor atlántico de alta velocidad y la variante construida en el 2013 en Conxo (Santiago) para que precisamente los trenes procedentes de la provincia de Pontevedra no tuvieran que parar en la estación compostelana. Operarios de Renfe señalan sin embargo que esa obra hecha unos kilómetros antes de Santiago, en A Grandeira, solo es utilizada cuando la línea del Miño registra cortes por caídas de árboles, derrumbamientos de taludes o averías que colapsan la vía al ser única.

Dicho bypass permitiría a los vigueses llegar de manera directa y sin transbordo alguno a Madrid en 5 horas y 22 minutos, en lugar de los 5 y 45 que requerirá por el Miño a partir de que el martes se abra el nuevo tramo de alta velocidad Zamora-Pedralba de la Pedrería.

Oficialmente Renfe señala que nunca se contempló encaminar los trenes de Vigo por dicho bypass, y que ahora el único tren del sur que con dirección a Madrid pasará por Santiago es el nuevo que desde el martes se establecerá desde Pontevedra, con lo que no afectará a los vigueses. Niega la operadora que Vigo vaya a ver reducidas sus actuales conexiones directas con Madrid, una desde el avance de la pandemia, como ocurre con A Coruña. Y eso sí, Renfe mantiene que cuando las restricciones a la movilidad desaparezcan y si la demanda se dispara, podría estudiar la posibilidad de trenes rápidos y directos de Vigo a la capital de España.

Caballero avisa

Abel Caballero cargó el viernes de nuevo contra la opción de conexiones con transbordo para los vigueses, defendiendo que solo quiere trenes directos a la capital, dos incluso en lugar del existente tras los recortes por la caída de la demanda. «No queremos salir de Vigo, llegar a Santiago, bajarnos del tren y coger el que viene de A Coruña y que va a Madrid», dijo. «Todo son inconvenientes en contra de Vigo», lamento el socialista exculpando a Renfe y responsabilizado de la posición de inferioridad ferroviaria que cree sufre la ciudad a Fraga y a Corina Porro. Caballero está convencido de que hay una «enorme presión» desde el norte de Galicia para que no haya un AVE directo de Vigo a Madrid. «Lo va a haber, da igual lo que presionen, las mentiras que cuenten o inventen», avisó.

El ADIF marca en julio del 2021 el fin de las pruebas para la puesta en servicio de todo el AVE de Galicia con la Meseta

El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) mantiene el mes de julio del 2021 como fecha desde la que podrá llegar a Galicia el AVE sin interrupciones ni obras básicas sin concluir.

Ante la inauguración el lunes del penúltimo tramo pendiente, el de 110 kilómetros que unirá Zamora con Pedralba de la Pedrería, en la misma provincia, el ADIF indicó ayer a La Voz de Galicia que los trabajos que se llevan a cabo en el último trecho en obras, el de Pedralba-Taboadela (Ourense), están coordinados «con el objetivo de tener todas las pruebas realizadas en el mes de julio del 2021 para su puesta en servicio».

En un repaso al estado de los 105,9 kilómetros en los que se llevan a cabo los trabajos en la unión de las dos comunidades autónomas hasta Ourense, el administrador ferroviario asevera que tiene «planificada la completa finalización del tramo en el mes de diciembre de este año».

Su orden de trabajo pasa por finalizar el montaje de la vía en su totalidad en noviembre, y a principios de diciembre llevar a cabo trabajos técnicos como amolado de carril, para pulir los raíles, y las pruebas de auscultación dinámica para ver como interactúan los trenes con la vía. Para noviembre está marcada la realización de las pruebas de carga en los viaductos en los que no se haya hecho aún.

Según el ADIF, la totalidad de la catenaria (cables aéreos de alimentación de energía) está ya tendida entre Pedralba y Taboadela, instalación que data para diciembre. Los sistemas de control, mando y señalización de la vía y trenes se da por finalizada para fin de año, para iniciar la fase de pruebas, que aunque el administrador ferroviario siempre ha sido reacio a poner plazo en el caso de otros tramos, estima que en esta ocasión podrían solventarse en siete meses.

De cumplirse el calendario cerrado ayer por el ADIF, en agosto sería posible viajar en menos de dos horas de Ourense a Madrid y entre tres y tres y media desde el resto de las urbes gallegas.

Los calendarios que maneja el Gobierno han sido puestos en duda sin embargo de forma reiterada por la Xunta, que estima que los retrasos son mayores que lo que reconoce el ADIF y que las obras y pruebas se extenderán aún sin remedio entre Pedralba y Ourense a lo largo del 2022.