Opositar por quinta vez: «Lo peor es ver cómo tu entorno avanza y tú no»

AINHOA PÉREZ VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Es la segunda vez que Sara Cruz se enfrenta a las oposiciones
Es la segunda vez que Sara Cruz se enfrenta a las oposiciones Oscar Vázquez

Los psicólogos recomiendan pensar que ya se conoce la situación

22 jun 2024 . Actualizado a las 01:54 h.

Las oposiciones para conseguir un empleo público despiertan cada vez mayor interés. Cada año hay quien lo intenta por primera vez, pero también hay otras personas que acuden por segunda, por tercera o incluso por quinta vez. Tratar aprobar una oposición sin haberlo logrado a la primera conlleva un desgaste psicológico y emocional, que muchas veces, es difícil de identificar.

Este es el caso de Sara Cruz, de 25 años, que prepara las oposiciones para profesora de educación infantil y que se presentará por segunda vez el próximo sábado 22 de junio. «Al final es una competición y da la sensación de que te estás jugando tu futuro en un examen», explica Sara.

Iris González es psicóloga
Iris González es psicóloga XOAN CARLOS GIL

Iris González, psicóloga sanitaria y jurídica en Códex Psicología, analiza este sentimiento de agobio ante un examen: «Lo importante aquí es desenfocar la oposición, es decir, tu vida no es la oposición. Es algo que cuesta verlo. Es el examen de tu vida, sí, pero no porque tu vida se vaya a terminar si no apruebas», argumenta.

En las semanas o meses previos al examen, los estudiantes suelen agobiarse y reducir su tiempo de ocio o de descanso, lo cual les puede perjudicar una vez la prueba pase. «Mi vida tiene que seguir existiendo aunque yo esté estudiando, porque si es así, a mí me va a ser más sencillo asumir el posible golpe que pueda suceder si yo no lo apruebo o no consigo la plaza», explica la psicóloga.

Laura Giráldez se presenta por quinta vez a las pruebas
Laura Giráldez se presenta por quinta vez a las pruebas XOAN CARLOS GIL

Otro de los factores que influye en los opositores lo detalla Laura Giráldez, que tiene 24 años y que espera opositar por sexta vez en unos meses. «Lo que más vivo es la frustración, ver cómo tu entorno avanza y tú sigues estancada delante de los libros», dice.

«Cuando una persona se presenta varias veces a la oposición el problema es que a nivel psicológico nota que está estancada. Eso hace que el entorno se desgaste también y empiece a preguntarle si se plantea buscar un trabajo o hacer otras cosas, lo que añade más presión al opositor», explica Iris González.

Las dos opositoras, Sara y Laura, han pasado por diferentes estados. Es una montaña rusa emocional. En ocasiones creen que aunque haya pocas plazas sí lo van a lograr; en otras se cuestionan si el esfuerzo tendrá recompensa.

«Lo ideal es pensar que ya se conoce la situación. La segunda vez que te presentas, llevas el temario más trabajado, eres más maduro y sabes cómo funciona por lo que puedes tener más manejo de la situación. El problema de la oposición es que no tienes marcadores externos, tú sabes cómo van tus compañeros de academia, por ejemplo, pero no el resto de los estudiantes. Esto provoca una carrera sin control, y que se obcequen en la cantidad y la calidad de su estudio, porque es lo único que pueden controlar», dice González.

La falta de ocio

Las horas de estudio provocan que durante las semanas o meses más próximos al examen el tiempo de desconexión disminuya considerablemente, e incluso llegue a desaparecer. «Es muy importante tener flexibilidad cognitiva y saber hablar de responsabilidad más que de culpabilidad por tener ocio o descanso. Es fundamental saber que se tiene la responsabilidad de estudiar pero que en determinados momentos se necesita ocio, deporte y desconexión que van a hacer que posteriormente se rinda mejor. Muchas veces, estudiar más no es estudiar mejor. Hay que tener en cuenta que una oposición es un estrés a largo plazo, que podría considerarse crónico, por lo que los hábitos y las rutinas son muy importantes de cara a esta y a cualquier dificultad a nivel emocional», explica Iris González, que recomienda tener unos hábitos saludables para mantener a raya el estrés y así poder rendir más.

El bajón

Ni Sara Cruz ni Laura Giráldez han pensado en dejar de opositar. Pero el hecho de no lograr la plaza, sobre todo pensando en su futuro más cercano, les ha generado nerviosismo en algún momento.

La psicóloga Iris González recuerda que una oposición es un objetivo muy jugoso y que todo el que se presenta lo hace porque cree que puede aprobar. «Cuanto más esfuerzo se hace y más tiempo se invierte, también aumenta el nivel de exigencia, por lo que no ver un resultado provoca más miedo», concede.

«Cuando te presentas más de una vez es importante entender que el bajón es inevitable», dice; es una consecuencia lógica, porque el resultado de la oposición importa. Sin embargo como detalla Iris González, sí que hay dos formas de vivir el momento del bajón emocional, «podemos recrearnos en él o buscar soluciones, como qué mejorar de cara a la próxima vez, qué aspectos se deben reforzar o qué hay que aprender a gestionar de otra forma».