DUELO EN LA CASA BLANCA Empresaria y madre de tres hijos, la primogénita de Donald Trump podría asumir algunas de las funciones propias de la primera dama y dejar a Melania en un segundo plano lejos de Washington.
24 dic 2016 . Actualizado a las 05:20 h.Dicen que cuando no está el padre, la hija es la que manda. Esto es lo que a menudo han transmitido desde el entorno de la familia Trump para entender el poder que Ivanka tiene dentro de una de las dinastías más importantes de EE.UU.
Hija predilecta de Donald Trump, a quien describe como «un héroe», muchos la ven como «el arma secreta» de la exitosa campaña que ha llevado al republicano hasta la Casa Blanca. «Es el candidato de la gente, es su mensajero», solía decir con asiduidad Ivanka durante la campaña electoral. No eran palabras vacías. En el 2010 escribió el libro The Trump Card: Playing to Win in Work and Life, donde entre consejos para sobrevivir en el mundo de los negocios siendo mujer, explicó el orgullo que siente por él.
Economista licenciada en la escuela de negocios Wharton School de la Universidad de Pensilvania, Ivanka ha crecido bajo la máxima de «no hagas nada que no te importe ver en la portada de un periódico» y así ha llegado hasta la vicepresidencia ejecutiva de la Organización Trump, creando además una línea de ropa y accesorios de joyería propios.
No soporta que la identifiquen con la típica imagen de niña mimada que ha tenido todo en su vida, tanto es así que montó en cólera cuando la compararon con Paris Hilton: «Yo trabajo 13 horas diarias para ganar mi dinero. Le compré mi casa a mi padre y pagué la hipoteca. Creo que somos personas totalmente diferentes», matizó. La confianza que Ivanka tiene en su padre no se deterioró ni siquiera cuando el magnate fue infiel a su madre Ivana, con la actriz Marla Maples. Y ahora, tras verla en acción durante todos estos meses, nadie duda del importante papel que Ivanka y su marido, Jared Kushner, asumirán en la futura Administración Trump. «Me encantaría tenerlos involucrados», confirmó el presidente electo recientemente. Y es que a pesar de los previsibles conflictos de intereses que puedan enfrentar, son muchos los que vaticinan que será Ivanka la que juegue un verdadero rol de primera dama.
Tanto es así que la Oficina de la Primera Dama en el ala este de la Casa Blanca puede ser transformada en la Oficina de la Primera Familia, donde Ivanka desempeñaría funciones relacionadas con la protección infantil o el cambio climático -ya se ha reunido con Al Gore y Leonardo DiCaprio, dos de los activistas ambientales más visibles del país. Pero ¿cómo le sentaría esto a Melania? Sus más cercanos aseguran que no habrá rivalidad o disputas entre ambas, porque su relación siempre ha sido de cariño y cercanía. La neoyorquina siempre ha sido una férrea defensora de su madrastra, especialmente cuando esta estuvo en el centro de la polémica tras plagiar a Michelle Obama en la Convención Republicana.
«ES INTELIGENTE Y CÁLIDA»
También dio un paso adelante cuando Melania comunicó que no se mudaría a Washington hasta que su hijo Barron terminase el año escolar: «Es una madre increíble y tiene todo mi respeto y admiración», dijo Ivanka a la revista People. Es más, con frecuencia, es la hija mayor del magnate la que da a conocer a la prensa las virtudes de la futura primera dama: «Es inteligente, muy cálida y tiene un corazón increíble». Además, la reticencia de Melania a la «aventura política» de su marido, nunca fue un secreto: «¿Por qué quieres hacer esto? Tenemos una vida fantástica», le dijo antes de que presentase su precandidatura presidencial. La postura de Ivanka fue totalmente distinta. No solo animó a su padre, sino que fue ella quien que lo presentó aquel 16 de junio del 2015 en la Torre Trump.
En los próximos cuatro años, Ivanka Trump podría tener una influencia no vista desde hace más de un siglo. La última vez que ocurrió fue en 1914, cuando la esposa del presidente Woodrow Wilson murió un año después de su investidura y su hija Margaret se convirtió en anfitriona. Aunque en honor a la verdad, muchos son los analistas que apuntan a que puede que Ivanka esté más preparada para la Casa Blanca que cualquiera de las hijas presidenciales que llegaron antes que ella.