Aquí vas a dormir colocado

YES

OSCAR VíFER

¿HACEMOS BOTELLÓN? Pero del de dormir, ehh...Todavía falta descorchar la botella, pero en cuanto se pueda, haz la maleta porque sin duda merece la pena pasar la noche en la botella de albariño más grande del mundo. Después de 18 años «abandonada» ha sido transformada en hotel.

30 oct 2017 . Actualizado a las 15:41 h.

Seguro que ahora le saldrán muchos novios, pero cuando Mónica Novas recuperó la botella más grande de albariño del mundo de la nave donde llevaba 18 años abandonada le dijeron: «Si eres capaz de sacarla de aquí es toda tuya». Le mandó un mensaje a su marido contándole sus intenciones, a título informativo, porque lo tenía bastante claro. Su trabajo le costó sacarla de allí, pero lo consiguió, y desde hace siete meses luce reluciente en el jardín de Madeinfofan, el alojamiento agrochic que tiene en Meis desde el pasado verano. «Hubo varios intentos, tuve que contratar hasta cuatro empresas, las dos más grandes de Galicia, de hecho son las que trabajan en la ampliación del puente de Rande para poder mover la botella de fibra de vidrio que pesa unas ocho toneladas», explica Mónica. Colocarla en lugar adecuado dentro de la finca tampoco resultó fácil. Hubo que contratar una pala para que abriera un camino de paso, que pudiera pasar el camión, y llevarla hasta su ubicación final. «Cuando la vi en su sitio no me lo creía», dice esta empresaria, que desde el primer momento tuvo un flechazo con este recipiente que se fabricó para promocionar el Xacobeo 1999 por el río Ulla. «Me metí dentro para ver cómo era, y lo visualicé. La vi en una aldea, rodeada de viñedos, es la botella de albariño más grande del mundo, tiene un reclamo turístico impresionante, y pensé que pintada y arreglada podía quedar muy bonita». Y así fue. Aunque, cómo no, adecentarla tampoco fue sencillo. Puertas curvas, ventanas en forma de tapón...

ADELANTE LOS ANIMALES

Ella ya sabe lo que es «hacer botellón», pero del de dormir. «Es como si fueras a despegar en una nave espacial, porque la nevera tiene luces azules, así que parece un rollo Star Trek de que vas a despegar a no sabes dónde». Todavía están a la espera de que la Xunta les dé permiso para que puedan abrirlo como hotel, pero mientras, lo utilizan como reclamo para eventos o catas de vino privadas. Por supuesto, en su interior solo se bebe albariño. La pareja de Mónica, Juan Manuel Lusquiños, que durante veinte años trabajó en sala en el Gran Hotel de La Toja, es el encargado de asesorar a los huéspedes en cuestiones vinícolas. «Todo un profesional, y es que aunque vivamos en una aldea tiene que ser como si estuvieras en el mejor hotel de la comarca».

A falta de descorchar la botella y abrir el hórreo (que también está a la espera de recibir el ok), tienen un alojamiento de cuatro habitaciones a las que está permitida la entrada de «todo tipo de mascotas». Pasar por este completo agrochic es sin duda una experiencia. No solo porque el desayuno está elaborado con las más de treinta frutas que hay en el jardín o el pan se hace cada mañana, sino porque uno puede disfrutar de un baño tunecino, donde se realiza toda la ceremonia del tratamiento de la piel «muy habitual en los países árabes y que no había hasta ahora en Galicia». Seguro que habrá más novedades, porque la intención es especializarse en alojamientos insólitos.