Pablo Alborán: «Tuve que parar.No tenía nada que contar»

YES

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Ha vuelto a recuperar la ilusión y se le nota. Pero no oculta lo que ha pasado. Los dos años que se ha mantenido apartado de los escenarios para asimilar todo el material que tenía en su cabeza y que acabó por pasarle factura. Ahora, con las pilas cargadas a tope, regresa con «Prometo», su cuarto álbum.

27 nov 2017 . Actualizado a las 16:42 h.

Con Pablo no hay distancias. Ni la del teléfono, ni la de entrevistador-entrevistado. Esta conversación podía haber tenido lugar en un bar o en el sofá de su casa de Málaga. Y esa sencillez y humildad le ha valido muchas veces la etiqueta de niño bueno, un perfil en el que no acaba de reconocerse. «Si soy más traste ahora que antes», dice el malagueño que regresa a los escenarios después de un parón necesario. Desde que en el 2010 colgó un vídeo en YouTube se dejó llevar. Y tanto. Acabó vacío y agotado mentalmente, pero supo pisar el freno y aparcar. Ahora, dos años después, vuelve a arrancar el coche, aunque promete que no se saltará ninguna señal.

-Regresas prometiendo ¿qué?

-Es una promesa hacia mí mismo y hacia los demás. Hacia mi público de que me moriré cantando y a mí mismo de disfrutar y de pasármelo bien, haciendo lo que más me gusta, que es esto, y no dejar que pase un minuto de mi vida más comiéndome el tarro, porque soy un privilegiado.

-¿Vuelve el mismo Pablo?

-No lo sé. He hecho lo que he querido, cosas que antes no había hecho, y no he pensado lo que iba a pasar. Creo que ha sido clave.

-¿Te daba igual el resultado?

-No, pero sí necesitaba explorar y lo mismo se puede encontrar un reggae, música electrónica o la cosa más orgánica que he hecho en mi vida. Hasta ahora la gente ha conocido cuatro o cinco canciones, un tema piano y voz, un tema con ritmos urbanos... y no he dejado de ser yo.

-Hay amor, pero también indignación. Una faceta tuya que no habíamos visto hasta ahora.

-No la habíais visto porque no la había mostrado, pero siempre he sido una persona que vive la realidad y que me gusta empatizar con lo que sucede a mi alrededor, y en este disco hay sitio para una canción. Es un cara a cara con el poder, con la desilusión, con la corrupción, con la mentira, con el disfraz, porque al final el que tiene poder es el que casi siempre nos decepciona. Es una colaboración con Alejandro Sanz, lo que hace que el grito sea más fuerte todavía.

-¿Hay intención de alejarse del romanticismo?

-Nooo. A ver, el sentido del romanticismo como tal, la gente puede pensar...

-Me refiero del amor, desamor, de los sentimientos...

-Noo, uno no se puede alejar de algo que es inevitable, de algo que mueve el mundo por mucho que a uno le dé pudor reconocerlo.

-«Saturno» y «No vaya a ser» son dos extremos del álbum. ¿Hay una evolución entre uno y otro?

-Yo he querido mostrar que el disco tiene más cosas. Antes de presentar los dos singles había un poquito de incertidumbre porque no sabían cómo iba a funcionar, es algo que hacen artistas internacionales pero que es nuevo aquí. Yo venía de estar quietecito y quise que la gente viera cosas nuevas. Ha salido muy bien, y han podido ver que Saturno recuerda un poco a lo que he hecho hasta ahora y No vaya a ser es un paso más. Al final, lo que importa es hacer música, música y más música, y cuando escuchen el disco que sigan viendo sorpresas.