Paula del Fraile: «Yo iba para actriz, pero no soy nada disciplinada»

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Esta joven gallega ve los toros cada sábado desde la barrera. Tiene un lugar reservado en el plató donde se celebra la tertulia más acalorada de la televisión, junto a Iñaki López. Gracias a su madre, que es su frikifán, puede ver más tarde sus intervenciones, «no por narcisismo, sino para corregir errores y aprender».

23 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Vive en Madrid y últimamente solo habla de Cataluña, pero Paula del Fraile nació hace 32 años en A Coruña. Veranea desde hace cuatro años en el plató de La Sexta Noche y hace dos meses que se ha instalado durante el curso para cubrir a Andrea Ropero durante su baja de maternidad.

-¿Un momento intenso para tomar el relevo?

-La verdad es que sí, ahora con todo lo de Cataluña la situación está complicada, pero a la vez es un reto importante que sea ahora. Las otras veces que me ha tocado era verano y era un poquito más relajado.

-Y eso que te ha tocado sustituir a Andrea, que tiene un perfil más bajo, y no a Iñaki.

-El de Iñaki sería un papel muy difícil. Es un tío con mucha personalidad y con muchas tablas. Es otra cosa...

-No te ves en su puesto...

-Si me lo proponen no voy a decir que no, pero es verdad que él lleva el peso del programa y es un crac.

-Yo le decía un día que me parece el hombre con más paciencia de España. Tú, ¿qué admiras de él?

-Sí, tiene mucha paciencia, es capaz de llevar por un lado a Marhuenda, a Inda, las peleas que tienen allí montadas. Tiene mucha capacidad para... no sé si ponerlos de acuerdo, pero sí para tranquilizarlos. Es un tío con mucho sentido del humor, igual en el programa no se le ve mucho esa faceta, pero es un tío muy divertido.

-Eres la tercera en discordia... Andrea-Iñaki-Paula.

-Llevo desde el 2013, que fue mi primer verano en La Sexta Noche, sustituyendo a Andrea, y la verdad es que los últimos veranos no he coincidido con Iñaki porque estaba Hilario. Con ella no coincido nunca porque cuando no está una está la otra, pero nos llevamos muy bien cuando nos vemos por la tele.

-Cuando aterrizaste en este programa, ¿te sorprendió tanta crispación? ¿En la publicidad se mantiene o son todos amigos?

-Hay de todo. Hay días que están muy enfadados y en las publis mantienen ese enfado, bueno, no sé si enfado o tensión, pero en general se llevan todos muy bien y tienen una relación buena, cordial. No te digo que lo que sale en pantalla no sea real porque lo es, se meten mucho en su papel, en su argumento, y a veces les cuesta salirse de ahí.

-Cinco horas hablando de política. Ya te puede gustar... ¿Era un mundo que te gustaba anteriormente o aterrizaste por casualidad?

-Últimamente es verdad que son cinco horas hablando de política, de Cataluña, pero el programa en sí suele ser más abierto; primero política, luego un debate más social, temas de actualidad... Pero sí que es verdad que predomina la política. Yo llegué un poco por casualidad.

-Tú vienes del mundo del Derecho, ¿no?

-Sí. Sabía que quería hacer algo relacionado con lo audiovisual, me gustaba interpretar, cantar, pero como no tenía claro exactamente qué, dije, voy a hacer una carrera más genérica que me permita tener distintas puertas abiertas y el día de mañana ya veré. Acabé la carrera, hice un máster en periodismo audiovisual, y de ahí ya encadené prácticas en televisión, y de una a la otra. Entré haciendo cosas de sociedad, pero aquí hacemos un poquito de todo, empecé a hacer economía y me quedé en política. No es que sea lo que más me guste, porque no tengo un interés de toda la vida, pero es verdad que ahora por actualidad lo que predomina es lo que manda.

-¿Hubieras sido actriz?

-Cine, teatro... sí, a mí me encanta. Otra cosa es que se me diera bien. Yo hacía teatro en el cole, también iba a clases fuera, pero he de reconocer que soy muy poco disciplinada, y sobre todo para ser actor/actriz tienes que tener mucha disciplina, confianza y seguridad en ti misma, y yo soy muy vaga y nunca me he atrevido a intentarlo. Pero también me gusta mucho el periodismo.

-¿Te revisas mucho después de los programas?

-Mi madre me manda todo, es como mi frikifán, y entonces me graba, y yo : «Mamá, no hace falta», pero lo veo porque siempre está bien para corregir errores. No es por narcisismo, sino para intentar aprender.

-Cuando uno está en este escaparate se expone a las críticas. ¿Estás pendiente de lo que se comenta?

-Estas cosas suelen ser más en Twitter, yo la verdad no lo uso mucho, no soy muy activa, lo consulto, lo veo, pero no soy de contestarlo todo. Además, mi perfil es más discreto y no suelo recibir muchos comentarios, en ese sentido me libro de las críticas. Los tertulianos suelen ser siempre los que más reciben...

-A los periodistas de La Sexta se les presupone cierta ideología, ¿tenéis que medir mucho las palabras?

-Creo que como otros periodistas somos muy cuidadosos en cómo decimos las cosas, pero sí la gente presupone que eres muy de izquierdas o incluso te tildan de tendencioso. Todos sabemos cuál la línea editorial de la cadena, y la mayoría la compartimos, pero no hay ninguna indicación, al contrario, bastante libertad.

-¿Se acostumbra uno a no tener fines de semana libres?

-La verdad que no, pero como es temporal, tampoco se nota tanto. Yo estuve trabajando dos años en informativos del fin de semana y estaba muy contenta, pero lo acabé acusando. Además, yo viviendo fuera, cada vez que iba para casa era entre semana y no coincidía con nadie. Es un poco rollo, pero mientras sea trabajar...

-Estar en el «prime time» es comprar muchas papeletas para convertirse en personaje público.

-Como mi papel es secundario, quieras que no, no tengo tanta repercusión.

-Bueno, tu boda salió en el «Hola».

-Bueno, igual como somos un poco frikis y fue un poco rara, o igual porque los dos trabajamos en la tele y salimos en el mismo medio. Si fuera solo por mí, no creo que hubiera salido.

-En la Sexta se respira amor. Mira que hay parejas. Pastor-Ferreras, Iñaki-Andrea, la tuya...

-También muchas otras que no salen en la cámara. Hay mucha gente joven, que igual hemos llegado solteros, pasamos mucho tiempo... y ya sabemos el resto.