Esta es la profesión revelación del 2019

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ANGEL MANSO

EN LA ERA DE MARIE KONDO... el orden ha revolucionado nuestras vidas hasta tal punto que cada vez hay más profesionales que se encargan de organizarnos tanto por fuera como por dentro

25 mar 2020 . Actualizado a las 15:36 h.

Ten cuidado porque estas dos mujeres dominan tanto el orden, que lo mismo con tu forma de leer te descubres. Lo suyo es vocación y profesión. Porque aunque apuntaban maneras, también han invertido tiempo en formarse. Ya les adelanto que ni nuevas tecnologías ni gaitas, redoble de tambores en un día de tantos premios como este, porque la profesión revelación del 2019 es la de... Organizador profesional.

Más allá de aprender a tener las camisetas colocadas, el orden se ha convertido en una forma de vida. Es lo que los expertos llaman orden interior, el paso previo al exterior, sin el cual este estaría incompleto. Sin embargo, la mayoría de las personas empiezan pidiendo «auxilio» por el desorden físico. «Si yo llego a casa de alguien y es el caos absoluto, lo que me transmite es que a esa persona le está pasando algo por dentro», explica Adelaida Gómez, fundadora de la Escuela del Orden, donde forma a alumnos que buscan una salida profesional en este campo. Ya está en camino la segunda promoción.

«Por naturaleza no deberíamos ser ordenados, pero sí -matiza Adelaida- deberíamos entender que podemos escoger. Si tú escoges ser desordenado, no necesitas mi ayuda, lo estás asumiendo, hay gente que vive con desorden, no lo ve como un problema y nunca me va a llamar. Pero cuando tú me llamas es porque hay algo que no va bien, que necesitas cambiar, tu desorden viene motivado por algo, pero igual no sabes cómo ha llegado ahí, y eso es lo que hay que descubrir». Pero incluso en esta situación, ella comenzaría a ordenar con el cliente la ropa, a continuación la cocina, el baño, el salón... y en el propio proceso ella a través de sus ‘preguntas poderosas’ va descubriendo qué hay detrás. A través de ese interrogatorio, Adelaida es capaz de averiguar qué pretende conseguir el cliente con el cambio: tener más tiempo, menos estrés, gastar menos dinero... ¿Cómo? ¿Que el orden también afecta a nuestra economía? «Sí. Un ejemplo clarísimo es la cocina, lo que se pierde con la comida si no sabes lo que tienes», explica Martina López, una de las primeras alumnas de Adelaida. A sus 21 años, y después de estudiar Gestión Administrativa, su curiosidad por el tema le llevó a seguir a Adelaida en las redes sociales. Un día se la encontró por la calle, la paró, charlaron cinco minutos y tuvo claro que quería formarse para ello. «Pero igual que el que quiere un pantalón negro, no sabe dónde lo tiene y compra otro», apunta Adelaida, que señala que el ejemplo es extrapolable a todo: folios, pilas...

Adelaida lleva años formándose en la materia, pero Martina no se queda atrás. Dicen que le bastan unos segundos con alguien para detectar los primeros síntomas del desorden. Solo con ver un coche por dentro, el bolso o si llegas tarde o no, ellas pueden hacerse una idea de tu nivel organizativo. «Todo son indicadores, no juicios, solo es observar, pero yo no puedo ignorar esa información», dice Adelaida. Cuando una persona dice: ‘Es que no tengo tiempo para nada’, les retumba especialmente. «Porque todos tenemos las mismas 24 horas del día, otra cosa es cuáles sean tus prioridades y cómo las manejes», añade Adelaida, que es una de las tres socias fundadoras de la Asociación de Organizadores Profesionales de España.

Igual que hay gente desordenada también existe el extremo opuesto, ya que el orden puede convertirse en una obsesión, y estos casos también requieren la ayuda de estas profesionales. «Al que viene del desorden llevarlo al punto medio, si está motivado y convencido, con unas pautas, va a ser relativamente fácil. En el otro caso es más un trabajo mental, y eso cuesta un pelín más», explica Adelaida.

A ser organizado se aprende, de ello pueda dar fe Martina, que antes de independizarse era de las que tiraba la cazadora en cualquier sitio. «Cuando me fui a vivir sola empecé a gestionar todo, lavadoras, compras... no era capaz de tirar nada de comida», explica esta joven, que reconoce que su punto de inflexión fue cuando descubrió el orden en la cocina. Sin embargo, cuando cuelga la americana en el armario no está pensando en que vaya en el mismo color y sintonía que las perchas contiguas, algo que sí hacen otros profesionales. «No necesitamos tener el armario que muestra Marie Kondo en fotos, tenemos que saber lo que tenemos y cómo lo tenemos», apunta Adelaida, que es partidaria de una prenda por percha. Y añade: «Mientras se pueda, todo colgado. Lo que se ve se pone, lo que no se ve, se olvida».

Creen que esta nueva profesión está en auge por la «importancia descomunal» que le damos a lo material. «Si yo tengo que comprar y cada vez los pisos son más pequeños... ¿cuál es el resultado?», plantea Adelaida, que dice que la falta de tiempo solo se puede aplicar a algún servicio de esta profesión como pueden ser las mudanzas. «Es una moda que llega para quedarse, para hacer efecto, y ya la gente está empezando a tomar consciencia. Ven en Internet cosas de doblado vertical, de cómo cambiar su casa o su armario y lo hacen, sin contar con la ayuda de un organizador profesional», explica Martina.

Defienden que no hay un método válido y que se puede elaborar uno propio en función de la persona, porque hay gente que prefiere cinco estanterías de libros a un vestidor con 35 vaqueros iguales. «Jamás le pediré a un cliente que se quede con 30 libros o con 30 pantalones, yo lo que les pido es coherencia. Si yo llego a casa de un cliente y tiene tres cajones llenos de ropa de hacer deporte, y hace veinte años que no lo practica, ¿para qué los quiere? Pero si hace pádel, tenis, va a nadar... Si necesita tres como si necesita cuatro, si los usa... Lo que no tiene sentido es tener nuestras estanterías llenas de apuntes de la universidad», comenta Adelaida.

  PRIORIZAR LAS TAREAS

Carla Covelo siempre fue muy organizada. Hace un tiempo que descubrió en Internet que podíamos estar hablando de una nueva profesión. Trabaja en el sector de la ingeniería, pero está a punto de cambiarse a una empresa que va a abrir en Vigo relacionada con la gestión del tiempo y la organización. «Sin orden a mí me cuesta concentrarme», explica Carla, que reivindica el orden mental por encima de todo. Ella lo tiene claro: «Cuanto más orden tengas, más productivo serás». «Aquí aún tenemos una idea un poco antigua, tú igual le dices a alguien que vas a organizar su casa y te puede decir que no te metas en su vida. No es eso, es la organización de espacios, la clarificación de ideas», cuenta. Cuando comenzó su formación con Adelaida, esta viguesa se sorprendió de que se tratara más el orden mental que el práctico. «Hay que saber priorizar las tareas, decir que no a otras, gestionar tu tiempo, centrarte en lo importante y no en lo que no te va a dar resultados ni generar valor. Esto es aplicable a todos los ámbitos, y tanto a tu vida personal como profesional».

Una de las claves del asunto es tener un espacio para cada cosa porque -explica Carla- las tareas que te llevan menos de un minuto no conviene retrasarlas. Está de acuerdo con sus colegas en que el origen del problema es el consumismo en el que vivimos. «Nos sobra mucho, pero los ‘por si acasos’ a todos nos pasan. Esto es un cambio de mentalidad. Parece que es algo intrínseco del ser humano, pero nadie nos enseña a ser ordenados. Es una habilidad que se entrena», explica.

A veces, cuesta salir del caos, pero ellas tienen claro que hay salida.