Belinda Washington: «Mi historia en Paquita está inspirada en Olvido Hormigos»

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Está en su mejor momento. Su canción «Cinco deditos» es el «hit» del verano y acaba de estrenar obra en el teatro Lara de Madrid, pero en agosto se tomará su merecido descanso y vendrá a Galicia. Porque Belinda confiesa que su sueño es vivir aquí; y el nuestro que lo cumpla

07 ago 2019 . Actualizado a las 18:08 h.

Que su voz enamora de la misma forma que lo hace su buen hacer sobre el escenario ya lo saben ustedes. Quizá lo que no sepan es que Belinda Washington es grande fuera y dentro de la pantalla. Cada palabra, cada frase, la dice con una ternura y una sensatez que hablar con ella es un regalo en los tiempos que corren. Ahora, a sus 55 años, protagoniza uno de los hits del verano. El que canta su personaje en Paquita Salas, porque aunque lleve su nombre, ella es actriz y en la serie interpreta un papel, pero no uno cualquiera, sino uno destinado a transmitir un mensaje igual de fuerte que el que nos deja la propia Belinda. 

-Felicidades por tu papel en «Paquita Salas». ¿Cómo surgió tu participación?

-Pues mira, surgió desde el principio, cuando todavía Los Javis no eran tan conocidos. Tenían un proyecto con Belén Cuesta y me pidieron que colaborara con ellos. Dije que sí y no me equivoqué porque la verdad es que luego la progresión ha sido impresionante.

-«Cinco deditos» es para muchos la canción del verano. ¿Te lo esperabas?

-Es el surrealismo de Los Javis llevado a un tema profundo y serio que no tiene nada de risa; que martirizamos a la gente que comete errores en las redes, y bueno, a todo ese mundo que todavía existe de apalear a quien comete un fallo y hacer que incluso llegue a la muerte. Es mucho más serio que lo de los Cinco deditos, que es una parodia. Divertida, atrevida y todo lo que tú quieras, pero que cuenta algo muy serio. Entonces nada, encantada, que sea lo que ellos quieran.

-Haces de ti misma, pero ¿tiene algo que ver con la Belinda real?

-No. Estoy interpretando un papel más, aunque en este caso le dan la vuelta desde el principio y se usa mi nombre real, pero ni tengo Tinder por el momento, ni tengo un hijo. Tengo dos hijas y estoy casada, obviamente no es mi vida. Si yo hiciera de mí misma, jamás reaccionaría así. Yo no soy tan callada, tan tranquila. Lo único mío es mi cara, mi cuerpo, que soy actriz, y el nombre. Nada más, es una broma más de Los Javis. Hay mucho humor, mucha sensibilidad y mucho mensaje, por eso acepté el papel. Yo en mi vida no mandaría un vídeo así, que también es de lo que la serie avisa. Cuidadito con lo que mandas, porque eso puede acabar vete tú a saber dónde. También va de segundas oportunidades, de saber pedir perdón, de aceptarse y no esconderse, de saber salir valientemente, caerse y levantarse, y volverse a levantar mil veces. De todo eso habla Paquita.

-¿Está mal visto que una mujer hable de sexo y de masturbación?

-Parece que por ser mujeres no podemos hablar de las cosas normales que nos suceden. Tampoco es hacer una oda a esas situaciones, que son íntimas, pero hay que darle normalidad. Hay que empezar también a cambiar nuestro vocabulario. ¿Por qué a las cosas que son más negativas les llamamos coñazo? O lo de: ‘Mira qué cojones tiene’. No, ¡qué ovarios! Es como cuando tenemos la regla. No, no estás mala. Tienes la regla que es la maravilla de que puedes ser madre, si te apetece, y tienes una cosa que no tienen los hombres que es que puedes reproducir la especie humana, si quieres, y es maravilloso, pero no estás mala. Estás más sensible, puedes tener molestias, pero estás sanísima. ¡Viva la vida!

-Dominas los «jascas», pero ¿te han dado muchos zascas en la vida?

-¡Ay Dios, qué risa! Fue divertidísimo, nos lo pasábamos pipa en el rodaje y nos clavábamos las uñas para no reírnos. Y zascas, pues como a todo el mundo. Es parte del camino. La vida está llena de colores, luego lo importante es lo que tú hagas con la paleta. Si con lo que te sucede, te hundes o te refuerzas.

-En la serie utilizas Tinder. Tú estás casada, pero si no, ¿lo usarías?

-Si no fuera conocida igual, pero así sería un cachondeo. De todos modos, ¿sabes qué pasa? Que yo soy bastante romántica. Todavía me gusta eso de llegar a un sitio, si estuviera soltera, mirar y ese coqueteo. Todo eso se pierde de alguna manera. Creo en el poder de la energía, en la presencia de alguien que te pueda atraer desde el primer momento. Pero es una herramienta más, de hecho, tengo amigas que la usan y están encantadas. Que cada uno use lo que quiera para ser feliz.

-¿Qué tiene de verdad Paquita?

-Tiene toda la verdad. Eso es también lo que hace a Los Javis especiales. Que ponen en nuestros ojos, en nuestro corazón, historias que son verdad, actuales, y con una intención de que reflexionemos y podamos intentar cambiar al verlas.

-Terelu Campos, Yolanda Ramos, Belén Cuesta... ¿quién te ha sorprendido?

-Terelu me ha sorprendido en el sentido de que me ha gustado descubrirla como actriz, pero con quien realmente no he podido parar de reírme ha sido con Yolanda. Pero todos. Creo que cada uno de ellos es maravilloso y si te fijas, es un universo femenino con diferentes personajes y edades. Por eso también me he llevado una alegría, porque tengo 55 y; que te ofrezcan un papel tan reivindicativo, tan arriesgado, tan valiente, con tanto mensaje y con tanto marco. Porque empieza haciendo la tontada con el vídeo, de ahí llega ese momento de ‘me quiero esconder’, y después, el encerramiento en Navarrete del que resurge con un triple salto mortal y sale lo de los Cinco deditos. Es pura fantasía, parodia, surrealismo, todo lo que quieras, pero con una carga y un mensaje. Por eso reivindico que haya más papeles así para mujeres.

-¿Te has sentido perseguida?

-Yo no lo he sufrido, pero es angustioso. He podido trabajar tranquila y no he tenido ningún escándalo, pero he visto el apaleamiento en otras personas. De alguna manera mi historia en Paquita está inspirada en Olvido Hormigos. Es como que no puedes cometer un error, no te lo permiten. Y es que no nos lo permitimos nosotros mismos. Somos humanos, nos equivocamos y volvemos a empezar. Pedimos disculpas, si hemos herido a alguien, y no pasa nada. Y claro que pasa, claro que hay un vídeo, y no tenías que haberlo hecho, o sí, pero ha acabado en malas manos y te puede provocar la muerte. ¿Cuánta gente tendrá a lo mejor ahora chantajes por ese tema? Y no estoy dramatizando, estoy siendo súper realista.

-Acabas de estrenar obra en el teatro.

- Sí. Así se escribió tu vida, de Cecilia Gessa, que es fabulosa, y estoy con Yara Puebla todos los martes de julio en el teatro Lara de Madrid. Va de qué cambiarías de tu existencia, si pudieras. Somos solo dos actrices en escena y la respuesta del público está siendo muy buena.

-¿Qué papel te ha marcado más?

- Niños Robados por la historia que tenía, por hacer un personaje tan duro. Pero he hecho muchos papeles y también me gustaría destacar la suerte que tuve de trabajar con Arturo Fernández. Un gran caballero, dentro y fuera de los escenarios, un señor, un artista de los pies a la cabeza, un maestro, un ser generoso de verdad. Tener la oportunidad de empezar con él, hace muchísimos años, fue el primer regalo que me marcó.

-Tienes casa aquí, ¿vienes este verano?

-Sí. Galicia me enamoró hasta las trancas hace muchísimos años ya. Es oír el acento y ya me vuelvo loca. Me siento gallega sin serlo de nacimiento. Si tú me dices dónde te sientes súper a gusto con la gente, con el lugar, con la comida, con la energía, con todo, es en Galicia.

-¿Y has vivido alguna fiesta gallega?

-El año pasado estuve en la fiesta del percebe de Rinlo y este año iré también. Estuve trabajando y se me acercaba gente y me decía: ‘Pero, ¿tan mal está la cosa?’ Ja, ja, ja. Lo hago por amistad y encantada.

-¿Qué palabra gallega te gusta más?

- Me encantan todas las expresiones como malo será, a cabeza non para, se chove que chova... Y no llueve tanto como creen, pero si llueve, me da igual. Galicia es mágica, la conoces y te enamoras. Es inmediato.

-Una vez dijiste que no vives aquí porque no puedes por trabajo, ¿cuando te jubiles vendrás?

-Creo que sí, no lo sé. Nunca sabes dónde te va a llevar la vida ni los años que vivirás. Mi sueño es vivir en Galicia, me hace feliz. Yo me voy con morriña de verdad, lloro cuando me marcho. Te lo prometo. Yo no entendía cuando leía o escuchaba lo de la morriña. Decía: ‘¿Qué es eso?’ Pero ahora la tengo metida dentro, me da mucha pena cuando me voy y pasa poco tiempo y estoy deseando volver.