Estos padres visten igual que sus hijos

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MARCOS MÍGUEZ

De tal palo tal armario. La pasión por la moda va en los genes. Cindy Crawford y su hija Kaia Webber o Johnny Depp y Lily Rose no son los únicos que han contagiado de buen gusto y belleza a sus herederos. Esta es nuestra versión gallega de padres, madres e hijos estilosos

24 nov 2019 . Actualizado a las 18:16 h.

El estilo es como un código de barras: va impreso en los genes. Lo vemos continuamente entre los famosos: ahí está la jovencísima modelo Kaia Webber siguiendo los pasos de su madre y mega top de los noventa, Cindy Crawford. O a Lili Rose, la bomba explosiva de genes de los actores Johnny Depp y Vanessa Paradise que enamoró a Chanel. No hace falta irse lejos para encontrar más casos en los que la expresión de tal palo tal astilla cobra todo el sentido. Seguro que conoces alguno: ese padre con su hijo que van siempre conjuntando, esa madre que parece más hermana que madre. En YES hemos juntado a cuatro parejas gallegas de ases ganadores: cuatro padres y madres con sus hijos en los que queda claro que el estilo pasa de generación en generación. Estos son nuestros Don y Dakota Johnson particulares.

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Yoli, hija de Yolanda: «Mi madre es más hippy»

«Recuerdo que de pequeña me quedé con su rollo boho a la hora de vestir. Tenía muchos vestidos como los que se llevan ahora, blancos con florecitas azules, de tirantes… Esos vestidos y blusas me gustaban mucho y aún recuperé alguno que uso yo ahora», cuenta Yoli, la heredera del estilo de Yolanda madre. Las dos posan para YES con un look perfecto para el otoño en tonos mostaza y gris de Etiem: pantalones de pana para la hija y abrigo de pata de gallo y zapatillas de leopardo para la madre. Del maquillaje y estilismo se encargó Diana Fraga. Estos dos bellezones de Ferrol comparten armario: «La última prenda que nos compramos fue un chubasquero amarillo forrado de borrego. Es la prenda que más nos ponemos». «Cuando era más pequeña fuimos a Australia y recuerdo que nos preguntaban si éramos hermanas», cuenta Yoli hija. «Es cierto que somos como hermanas, pero también teníamos peleas como hermanas a la hora de vestirnos». De su madre se queda con su estilo moderno y diferente: «No me gusta ir como todo el mundo», recalca la madre. «Yo me siento más señora que ella, mi madre es más hippy», asegura la hija. «Mi madre siempre fue muy estilosa, le gustaba lo diferente. Y creo que es algo que me inculcó».

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Julio, hijo de Chelís: «Mis amigos alucinan»

Jose Luis Quinzá Tenza, Chelís para todos los que lo conocen, tiene 51 años. Lo de vestir bien le viene de pequeño: «Me fijaba en la ropa en la calle, en lo que llevaba la gente. Mis padres no me daban nada, así que me las tenía que ingeniar para conseguir las prendas de moda. Si yo quería unos Wrangle o unos Lee, mis padres me daban el dinero para comprarme el vaquero sin marca y yo tenía que ahorrar hasta conseguir los que quería». Ese esfuerzo se lo inculcó a su hijo Julio, de 16 años, que ve a su padre como un héroe estilístico: «Mi padre es diferente, moderno. Mis amigos siempre me dicen que alucinan cómo viste». Chelís enseña alguna de sus conversaciones de Whatsapp con Julio: el pequeño le manda unas zapatillas, una sudadera… Quiere saber la opinión de su padre: su buen gusto va a misa. «Le gusta mucho la moda, pero no es caprichoso. El estilo no es lo mismo que el consumismo». En la foto de YES los dos llevan sudaderas de El Pulpo. El padre tiene claro que le sientan mejor los modelos con capucha. El hijo sigue el consejo de Chelís y elige el mismo diseño en rojo. Desde Fresa y Chocolate, su tienda más dulce en el número 3 de la calle Real, en A Coruña, Chelís recuerda más anécdotas de cómo fue su relación con la moda: «De joven era más moderno, pero cuando tenía 20 años me formalicé y me pasé a lo clásico. Llevaba chinos, naúticos… Después te das cuenta de que si llevas esa ropa con 30 años es fácil convertirte en un señor antes de tiempo y decidí romper con lo anterior. Pasé de ser más rancio a llevar zapatillas».

En su vestidor (el sueño de cualquier persona amante de la moda, perfectamente ordenado) hay zapatillas de Golden Goose, pero también vaqueros de Pull&Bear y muchas prendas casual. Julio sigue sus pasos: «Mi hijo ya empieza a saber combinar las cosas, me pregunta qué me parece. A veces hay cosas que no me gustan, pero después se las veo a él y me encantan». Julio hereda prendas de su padre: sudaderas, zapatillas… «Es muy consciente de lo que le queda bien. A veces es Julio el que me dice: ‘Papá, eso no puedo ponérmelo, soy un niño», cuenta Chelís. Este fin de año saldrá por primera vez con los amigos: «Voy a arreglarle un traje mío».

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Carolina, hija de Lorena: «Más de una vez nos confundieron con hermanas»

«Más de una vez en alguna tienda nos confundieron con hermanas o, incluso, con amigas». Lorena es la madre de Carolina: la pequeña, de 15 años, parece una modelo, la madre, una belleza morena de pelo rizo. «Es tan alta que muchas veces me coge en brazos y me dice: ‘Mami, ¡qué cuqui eres!’». La moda, el arte y todo lo que tiene que ver con la creatividad forman parte del universo de Lorena. «De pequeña le hacía ropa a las Barbies. Recuerdo que mi abuela estudió con una modista y se hacía la ropa. Puede ser que me quedase algo de esa etapa», recuerda Lorena. «Cuando era preadolescente me vestía más como los niños, pero después ya saqué mi lado femenino». Entró en Goymar después del instituto para estudiar diseño de moda y antes de acabar la formación ya estaba trabajando. «Tuve mucha suerte, siempre me sentí muy valorada». Su hija quiere seguir sus pasos, aunque su madre reconoce que todavía es muy joven para tener las ideas claras: «Le gustaría estudiar diseño de moda, aunque hace dos años quería ser bombera…». Kate Moss es el referente de la madre. Y el de Carolina, Lorena: «Desde hace un par de años usa mi ropa, menos los tacones. Ahora estamos haciendo una casa y el otro día me pidió que su habitación y la mía tengan vestidor con dos puertas para seguir compartiendo armario». Es sábado por la mañana y las dos están de paseo por A Coruña. En la floristería Ra Floral Deco, madre e hija sacan a relucir su personalidad: Lorena con americana de pata de gallo y vaqueros de Nima, y Carolina con un vestido de punto de Pisonero y botas militares.

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Andrea, hija de Carlos: «Mi padre es como el hermano mayor que nunca tuve»

Última pareja de padres e hijos estilos. Aquí van nuestros Johnny Depp y Lily Rose gallegos. «Mi padre es como el hermano mayor que nunca tuve», confiesa Andrea, la mayor de tres hermanos. Con ella está su padre, Carlos. Parecen colegas. Se levantan los pantalones y se enseñan los calcetines. Los dos se ríen y comentan: esta prenda interior es uno de sus vicios. «Los calcetines chulis que no falten», asegura Andrea. «Nos gustan mucho, de colores, con detalles. Hace nada le regalé unos de flamencos que le encantaban. Estaba tan pesada que los lavé y le dije: Toma, para ti», cuenta Carlos. Son como dos gotas de agua: «Somos tan iguales que cuando nos enfadamos somos como dos toros chocando». «Le doy muchas sudaderas, calcetines… Y camisetas, que le encantan enormes. Las que caen en el armario de Andrea después tardo tiempo en verlas», explica Carlos. El armario de su padre es una tentación para la hija mayor: «A mí de toda la vida me ha gustado llevarlo todo amplio y flojo, así que me viene de perlas mi padre. Me deja sudaderas, me ha cedido algún abrigo…».

Más pasiones compartidas entre padre e hija: «Los dos somos fans de las Vans y de las Dr. Martens. Y también nos encantan los piercings, los dos llevamos, y nos vuelven locos los tattoos. Recuerdo que con 17 años me pidió por favor que quería un tatuaje y la llevé conmigo a mi tatuador». Carlos se define como más clásico. Dice que Andrea «tiene mucha personalidad: a ella le encanta customizar las prendas». En esta familia la moda es tema de conversación: «En la familia hay mucha gente que trabaja en este sector, así que Andrea lo vivió desde pequeña. Siempre fue presumida, le gusta pintar, dibujar… Y con Instagram aumentó su pasión».

Andrea es modelo de patronaje. La moda sigue siendo parte de su camino. Los dos posan con dos looks de la tienda de ropa urbana Ferdy, en la calle San Andrés de A Coruña, muy ellos y muy tendencia: Andrea con moñitos, muy japos, y un conjunto de camisa y pantalón de cuadros. Carlos con una sobrecamisa de estampado militar y una camiseta flúor. En los pies: zapas y botas militares. Son como Zipi y Zape. Padre e hija están listos para seguir dando guerra. «Tenemos nuestras cosas, pero nos queremos… casi como hermanos».