Esta es la gallega que entrena a las celebrities

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Lleva toda una vida ligada al deporte y desde hace 13 años ejerce de entrenadora personal. En su lista de clientes nada menos que Sara Sálamo, Blanca Suárez o Carla Pereyra. Otra de sus pasiones nos pilla cerca. «Adoro Galicia, me paso el día en A Coruña y Razo es mi playa»

20 sep 2020 . Actualizado a las 23:33 h.

Si eres muy asiduo a Instagram es probable que te encuentres con Crys Dyaz unas cuantas veces al día. A las publicaciones y stories que ella sube, hay que sumar las que comparten Sara Sálamo, Laura Escanes, Alexandra Pereira, Blanca Suárez o Carla Pereyra de su entrenadora. Sin quererlo, esta madrileña de nacimiento, aunque gallega de corazón, se ha convertido en un pilar fundamental de la vida de muchas caras conocidas, y otras tantas anónimas. Aunque ella misma confiesa que «la gente mediática solo supone el 10 % de mi agenda», es consciente de que es un muy buen escaparate, «una forma de exposición pública de tu trabajo muy buena». En las redes queda constancia de la relación tan estrecha que acaba estableciendo con las «celebrities», también con las que no lo son, y no es para menos, tiene que estar muy cerca a nivel emocional para que gente con estilos de vida tan complicados, que un día están en un país, mañana en otro, o que pasan días fuera de casa sin poder entrenar en su centro, consigan mantener la rutina. «Les sigo muy de cerca, tenemos el organigrama muy claro desde el principio, sabemos qué día entrenamos y cuándo, nos anticipamos, soy muy pesada, porque les estoy detrás: lo has hecho, has cumplido, mándame feedback, o entramos vía streaming o te vienes para acá... Al final al estar cerca desarrollas con ellos una relación personal que hace que se enganchen», explica Crys, que se define como una persona tremendamente autoexigente. «Y exijo lo mismo para mis clientes. No hay excusas para el deporte, para dedicarte unos minutos a ti mismo siempre tiene que haber tiempo, da igual que seas actriz y tengas un rodaje de noche, influencer y cambies de país cada tres días. Tienes que encontrar el momento para ti, porque tú eres tu prioridad, si tú no estás bien, no desarrollarás bien tu trabajo o tu relación con tus hijos, con tu marido o tus amigos». Con este grado de implicación, no es de extrañar que acabe el día agotada, y precisamente el cansancio no es físico. «Es un tema mental, cada hora cambias de película, viene alguien enfermo, o que solo piensa en su embarazo, o con otros problemas, o que simplemente hoy está motivada y otro día menos, te toca cambiar de película y tirar del carro, y eso agota, el nivel de estrés emocional es importante, y si lo sumas día a día, mes a mes... hace que tengas que tener una parte de psicología o de inteligencia emocional muy potente», señala esta apasionada del deporte. Esta implicación emocional es una de las claves del éxito del centro que ha montado a las afueras de Madrid. Los que pasan por sus manos confiesan que entrenar con ella les ha cambiado la vida, aunque ella resta méritos y apunta a su equipo. «Simplemente hacemos un trato personalizado en función de la situación de cada persona, evolucionamos con ellos a lo largo de los años. Partimos de una entrevista inicial, de cómo comen, de cómo duermen, que para mí es una de las patas principales, cómo entrenan, si tienen lesiones... Y en función de eso desarrollamos un programa con objetivos a corto y medio plazo», apunta. E insiste de nuevo en el feeling. «Nos adaptamos cien por cien al estado de cada paciente. No siempre estamos igual. No siempre tenemos las mismas posibilidades de entrenar, ni la misma energía, hay que dar el 100 % de lo que tenemos hoy, que no es lo mismo que lo que teníamos ayer, ni lo que tendremos mañana», explica esta exdeportista de élite.

EL DEPORTE, SU VIDA

Durante cinco años y medio, estuvo en un CAR (Centro de Alto Rendimiento) como integrante de la selección española de natación, y es que el deporte siempre ha sido su vida. «Siempre ha sido a lo quería dedicarme, no sabía desde qué punto de vista, inicialmente lo hice desde la fisioterapia, lo que me ha dado una perspectiva brutal a nivel de salud. Me eriza la piel ver cualquier partido de tenis, de fútbol y por supuesto una competición de natación. Adoro moverme, adoro instaurarlo en mis hijos, cualquier plan de deporte para mí es un planazo», señala alguien que ha encontrado en su pareja un alma gemela en este sentido.

Su familia materna es gallega, sus padres estudiaron en Santiago, aunque posteriormente se desplazaron a Madrid por motivos profesionales, pero siguen considerando la capital gallega un punto de encuentro, «para ellos es magia y así me lo han transmitido a mí». Es una enamorada de Galicia, de hecho tiene casa en Carballo, y cada vez que puede se escapa a Razo, la que considera su playa. Allí también su marido, que cosas de la vida ha veraneado toda su vida en Malpica, puede disfrutar de una de sus grandes pasiones, el surf.

Sabe que ella es la cara visible del proyecto, pero con la agenda a rebosar ha tenido que decir a mucha gente que no. «Estamos desbordados de trabajo todo el equipo, abrimos de 6.30 a 21.30 horas, yo por conciliación con los niños y por otros proyectos de publicidad y marcas, estoy hasta las cinco de la tarde, y de noche sigo con temas de redes e imagen. He tenido que decir muchísimas veces que no, y es una lucha para mí, porque soy la imagen de marca, pero tengo un equipazo detrás al que siempre defiendo, que son igual o mejor que yo. Cuando alguien me dice: ‘Quiero entrenar contigo', les digo: ‘Prueba con esta persona', prueban y luego no quieren cambiar».

NO TIRAR LA TOALLA

Su método se basa principalmente en la constancia y es muy importante -señala- que los entrenadores tengan la energía siempre a tope. La motivación llega vía wasap, por las redes, o incluso en las frases que están colgadas en el propio centro. «La constancia es más importante que ser radical con cualquier aspecto. Siempre digo que no hace falta hacer todos los entrenamientos ni llevar una alimentación cien por cien perfecta, lo importante son los grises, que sepas darte tus caprichos, porque a nivel físico y mental los necesitas, van a hacer que el día a día sea más fácil para sostenerlo en el tiempo, y esa es la clave de nuestro método. No hace falta dar siempre el 200 %, habrá días donde simplemente estires, pero lo haces». Ella misma se aplica el cuento, si sale a cenar con su marido se toma un vino o un postre, «pero no encadeno caprichos, soy un poco coherente».

A Crys el estado de alarma le pilló con un niño casi recién nacido en brazos. Tenía el organigrama mental preparado para poder desaparecer cuatro meses y tocó todo lo contrario, tirar del carro. «Mi equipo hizo un brainstorming en tiempo real, fuimos innovadores en el entrenamiento online, no bajamos el ritmo en ningún momento, al contrario, hemos crecido en proyectos», explica la directora de Crys Díaz & Co, que desde hace unas semanas también ofrecen entrenamientos virtuales (en directo y diferido) y clases (baile, pilates y yoga) a través de la plataforma ClassLand. Asegura, sin titubear, que por Skype se entrena exactamente igual que de manera presencial. «Con muy poquito material se pueden desarrollar entrenamientos muy cañeros que te dejen completamente destruido», señala al mismo tiempo que apunta que con el confinamiento «hemos experimentado que no necesitamos tanto espacio ni tanta aparatología para movernos».

Ya hace un par de años, que ella viene observando una tendencia creciente en cuanto a la práctica deportiva, solo un dato: su agenda está llena desde las 7 de la mañana porque hay mucha gente que quiere entrenar antes de ir a trabajar. «Cuando pruebas el deporte es adictivo porque ves resultados, obviamente estéticos, pero también a nivel mental, de cómo duermes, de cómo rindes... La primera semana es fastidiada pero al mes ya no lo puedes dejar». Solo con leerla, ya estamos motivados. Empezamos.