Paloma no renuncia a su fiesta de cumpleaños en el 2021: «Celebraré los 40 vestida de faralaes, sí o sí»

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VÍTOR MEJUTO

A pesar de llevar toda la vida viajando a Sevilla hasta ahora no ha tenido la oportunidad de vivir una Feria de Abril. Por ello se ha propuesto que de este año no pasa. Como la de Sevilla no se va a celebrar, espera por la de Málaga, y si no se puede viajar, lo tiene claro: «Me monto el tablao aquí».

01 ene 2021 . Actualizado a las 13:49 h.

Esta coruñesa con sangre sevillana no piensa renunciar a su fiesta de cumpleaños. «Quería ir a la Feria de Abril, pero como han dicho que no se hará, esperaré a la de Málaga, que es en verano. Y si no se puede viajar, me monto el tablao aquí». Así de claro lo tiene Paloma. Esta farmacéutica, que estrena las cuatro décadas el próximo día 13, siempre tuvo la espina de ir a su segunda tierra en plena feria de abril. «Mi plan perfecto sería coger un vuelo a Sevilla de viernes a lunes. Seríamos seis, dos parejas de amigos y yo con mi marido. En vez de invitarles a cenar, les invitaría a un vuelo. Que a mí con una tarde en la feria ya me llegaba eh, no te creas. Era por verme allí y quitarme la espina», cuenta. Confiando en que los datos mejoren de cara al verano, se ve con un pie en la de Málaga. Pero si el covid sigue dificultando los desplazamientos, ella traerá Andalucía a Galicia: «Yo quiero vestirme de faralaes sí o sí. Aquí también me gustaría celebrarlo con más gente, con amigos y la familia cercana. Claro que si me das a elegir, prefiero hacer los dos planes».

Su primer autorregalo ya ha llegado en forma, cómo no, de sevillanas. «De momento, ahora en enero ya me apunto para aprender a bailarlas. Me habían hablado de un sitio, pero voy a ir directamente a la Casa de Andalucía», dice. ¿Y cómo es posible que lleve yendo toda su vida a Sevilla pero nunca haya vivido una Feria de Abril? «Porque muchas veces los días no me vienen bien por el trabajo, o no coincido con mi marido. Por una cosa o por otro, no fui aún», señala. Y es que Paloma puede decir que lleva a Sevilla en el ADN y en el DNI. «Mi primer apellido es Gil, de la parroquia de San Gil de Sevilla», explica. Eso sí, el segundo, Rey, ya da una pista de que su otra mitad es gallega. La sangre sevillana le viene de su padre: «Mi padre y mi abuelo siempre dijeron que yo me parezco mucho a mi abuela, me tira mucho esa parte. Yo Sevilla la recorro sin mapa». Sin mapa ha llegado también a los 40 casi sin enterarse. De hecho, el año pasado no sabía ni que cumplía los 39 y hasta cayó alguna bronca inmerecida. «Lo llevé fatal, porque yo pensé que cumplía 38, y cuando soplé las velas le dije a mi marido: ‘¿Pero cómo te equivocas en las velas? Me pareció hasta mal, así que llevé los 39 reguleras», reconoce Paloma, que enfrenta mucho mejor este cumpleaños: «Es casi mejor cumplir ya los 40». Pero si hay algo que le pide a la nueva década es perder la vergüenza, que siempre le acompañó a pesar de su carácter sureño. «A partir de este año, eso se cambia», zanja. Más allá del covid, el 2019 fue complicado para ella. «Me fui con una parálisis a urgencias, pensé que era más grave y finalmente salió todo bien, pero aprendí que no te puedes perder nada, ni por vergüenza ni por tiempo», asegura.