Así corre Pedro Nimo en la Luna

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Ángel Manso

Pedro Nimo, uno de los grandes atletas gallegos de la historia, en la Alter G, la máquina de última generación que incorporó la Training Boutique del Instituto Médico Arriaza y el Coruña Sport Center, y que permite correr como si estuvieses sin gravedad.

10 abr 2021 . Actualizado a las 18:07 h.

La experiencia es única. Nunca había corrido con estas sensaciones. La verdad es que no fui un gran corredor cuando era joven y ahora tengo miedo a lesionarme todo el cuerpo si lo intento. Pero durante unos minutos me sentí un atleta. Un Fermín Cacho del siglo XXI, un Kipchoge blanco. El Instituto Médico Arriaza y el CSC (Coruña Sport Center) unen fuerzas en la denominada Training Boutique. Un lugar de entrenamiento innovador en donde ofrecen todo tipo de servicios, entre ellos el de la famosa máquina Alter G. Digo famosa porque algunos deportistas de élite la tienen en su casa y cuelgan fotos subidos y metidos en esta cinta de correr 3.0. Me invitaron a probarla y coincidí con uno de los grandes deportistas gallegos de la historia, Pedro Nimo, cuyo atlético físico impone, aunque ahora sea entrenador. Está en plena forma. Fue campeón de España de maratón, ganó cantidad de pruebas, corrió en las principales competiciones, y un buen día paró el crono en 2 horas, 12 minutos y 10 segundos, su mejor marca. A su lado me sentí un poco cohibido, pero quise experimentar eso de correr como en la Luna, que es como publicitan esta novedad.

NO SIENTO LAS PIERNAS

Me pidieron que llevase calzado y ropa deportiva. Una vez allí, lo que ves es una cinta de las de correr de toda la vida pero con una especie de funda plástica a mayores. Te enfundas como un tutú de ballet que lleva una cremallera. Una vez sobre la cinta, te suben la citada parte plástica y la unes con la cremallera. Ya estás listo. Los doctores Amestoy y Arriaza, además de Pedro Nimo y un monitor, iban explicando todos los detalles. La cinta se pone en movimiento y poco a poco sientes que te quitan kilos de encima. «Ahora mismo estás corriendo como un 20 % menos de tu peso», me dice el doctor Amestoy. Al cabo de un rato vuelve a apretar el botón y empiezo a sentirme más ligero. Me he convertido en una gacela. «Metabólicamente estás activo y no tienes impacto. Lo puede utilizar un deportista de alto nivel, un corredor que quiere preparar una medio maratón sin cargarse mucho, una persona con una lesión, un ciudadano con sobrepeso u obesidad y gente mayor. Es impresionante ver cómo se les ilumina la cara a personas que casi no pueden andar y de repente ven que lo pueden hacer, que tienen una autonomía que daban por perdida», me van contando mientras siento que podría estar corriendo horas y horas sin cansarme. No siento las piernas. Cuando el marcador luminoso lo fijan en el 80 % es como si pesases lo mismo que cuando eras un preadolescente. Es el momento en el que parece que los pies se despegan de la cinta. Es lo más parecido a correr como en la Luna. Pedro Nimo lleva toda la vida volando sobre las pistas. Él, más que de la Luna, es de otro planeta. Pero para los humanos de correr por casa lo de la maquinita es una pasada. Cuando acabas la sesión y todo el peso vuelve a tu cuerpo, percibes un hormigueo en las extremidades, que debe de ser como la reentrada atmosférica. Y es que correr, corres y sudar, sudas, aunque de una manera mucho más cómoda. De hecho al día siguiente me levanté con cierto cansancio y una sonrisa en la cara por la exhibición que llevé a cabo sobre la cinta. Durante unos minutos me sentí Pedro Nimo ganando la Behobia- San Sebastián. Pena que pronto volví a la Tierra.