Almudena Fernández, fisioterapia especialista en suelo pélvico: «Es malo aguantar las ganas de hacer pis»

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VÍTOR MEJUTO

Esta fisioterapeuta especializada en suelo pélvico, que pasa consulta en las clínicas Optimme (A Coruña) y Mayo (Vigo), insiste en que una gota de orina es suficiente para considerarlo pérdida, e invita a hacerse una valoración por un profesional

14 sep 2021 . Actualizado a las 17:13 h.

Almudena Fernández (A Coruña, 1992) es fisioterapeuta especialista en suelo pélvico, una musculatura esencial que muchas veces pasa desapercibida hasta que surge alguna patología. De hecho, tal y como cuenta esta profesional, muchos pacientes desconocen que se trata más allá de la etapa del embarazo. 

1 Antes de empezar. ¿Qué es el suelo pélvico?

La musculatura que tapiza el interior de la pelvis.

2 Parece que solo nos acordamos de él después del embarazo, ¿no?

Sí. Hay gente que viene a consulta por otras cosas que no sabían que se abordaban con fisio del suelo pélvico, porque creían que solo era para después del embarazo.

3 ¿Por ejemplo?

Problemas en las relaciones sexuales o pacientes que son operados de cáncer de próstata. También dolor en la menstruación...

4¿Por qué se debilita el suelo pélvico?

Hay varios factores: por una parte, la edad, a partir de los 30 años la fabricación del colágeno va perdiendo capacidad, la calidad de los tejidos empieza a ir cuesta abajo. Hay un pico a los 20 años, y luego gradualmente va a ir a menos. También cómo se gestionen las presiones, hay gente que hace mal los ejercicios en el gimnasio y se pueden hacer daño en el suelo pélvico. Hay pacientes jóvenes que no han tenido nunca un embarazo, de veintipocos años, que se hacen pis igualmente por el tema del gimnasio. Obviamente, tener hijos, y también las intervenciones quirúrgicas, porque cambian nuestra biomecánica: pacientes con cáncer de próstata a los que hayan cortado los tejidos de alrededor o que les extirpen la próstata, ya que hace de sostén para la vejiga y demás.

5 ¿Cómo sabemos que algo no va bien?

Puede haber desde pérdidas de orina, una pequeña gota es suficiente, porque hay quien dice: «No, a mí solo se me escapaba una gotita al estornudar». Eso ya es una pérdida de orina, no tiene que ser una micción completa. También una sensación de bulto o pesadez del suelo pélvico, que suele ser por culpa de un prolapso. No ser capaz de retener las heces o los gases. Y no hay que hablar solo de debilidad por hipotonía, sino por hipertonía, dolores en las relaciones sexuales también son un indicador, nos están avisando de que hay un exceso de tono. O falta de sensibilidad en la zona, no sentir, también puede ser una señal de hipotonía.

6 ¿Es malo aguantar las ganas de hacer pis?

Sí, la vejiga debería hacer un vaciado más o menos cada tres horas. Si aguantas de manera frecuente, puedes perjudicar a la vejiga, hacer que sea muy grande, y que la musculatura no trabaje en los parámetros que debería hacerlo. Si lo hacemos una o dos veces, no pasa nada, de forma puntual, pero estar siempre intentando aguantar las ganas no es bueno.

7 Lo asociamos generalmente a las mujeres, ¿pero es algo que puede afectar a los hombres por igual?

Sí, sí, por supuesto. Los hombres también tienen suelo pélvico y también pueden tener afectaciones a este nivel, desde pérdidas de orina a incontinencia de heces, gases o incluso dolor pélvico crónico igual que las mujeres, sumado al factor de la probabilidad de cáncer de próstata e intervención, que siempre puede haber alguna dificultad después a nivel de suelo pélvico.

8 ¿Cómo lo podemos fortalecer más allá de la fisio, a la que entiendo que se recurre cuando hay una patología?

Siempre, siempre, antes de trabajarlo es recomendable hacer una valoración por un profesional especializado porque hay pacientes que piensan que están contrayendo y están empujando, o tienen una hipertonía, y trabajar la fuerza o el tono como tal no es lo que hay que hacer, sino que habría que hacer relajación y estiramientos. No hay una fórmula secreta, los ejercicios siempre tienen que ser personalizados.

9 Un truco para contraer el suelo pélvico.

Imaginar que se nos va a escapar un gas y por el contexto social que sea no lo puedes expulsar en ese momento, o pensar «tengo muchas ganas de orinar y cuando llego al baño hay una cola tremenda», que a todos nos ha pasado. Eso sería a través de la imaginación, que es lo más fácil, pero también visualizando con un espejo viendo cómo se contrae, cómo se cierran los orificios, y a través de la palpación, sobre la superficie o penetrando con el dedo y viendo cómo se cierran.