Juan Carlos Vázquez Barro, otorrino: «Las mujeres roncan más durante el embarazo y la menopausia»
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La mascarilla, asegura el experto, no hizo aumentar las consultas entre pacientes roncadores, pero sí ha ayudado a desenmascarar otros problemas. «Detecto dificultades respiratorias en personas que la aguantan mal», asegura
23 mar 2022 . Actualizado a las 16:38 h.Eso de hacer ruiditos para que el de al lado deje de roncar no es la mejor medida que podemos tomar para atajarlo, asegura Juan Carlos Vázquez Barro, jefe del servicio de Otorrinolaringología del Chuac. «Cuando se hacen esos soniditos, la persona para de roncar por una razón, y es que si tiene un sueño profundo, automáticamente se lo fastidiamos», indica el especialista, que disecciona este problema mayoritariamente masculino y matiza que no han aumentado los casos por el uso de la mascarilla. Sí lo han hecho los diagnósticos de otras patologías que pasaban desapercibidas y que, debido a su uso, han dado la cara. Faringitis, alergia de repetición, problemas auditivos y respiratorios que muchos pacientes han percibido debido a la sequedad de la boca, las dificultades para respirar o la imposibilidad de leer los labios. «Pero las infecciones se han reducido muchísimo», añade.
—¿Qué problemas estáis detectando en consulta derivados del uso prolongado de la mascarilla?
—Lo vemos en problemas auditivos que estaban latentes y uno no se daba cuenta, porque muchas veces en la compresión de lo que otra persona habla interviene la lectura labial, que ahora no es posible hacer porque con la mascarilla no vemos cómo se mueve la boca. Con respecto a la respiración, sí los detectamos, porque hay personas que la aguantan mal y descubren problemas por eso. También hay algún tipo de mascarilla que puede ocasionar un problema alérgico y se ve en personas que están continuamente con rinorrea, es decir, con moco blanquecino. Esto puede originar una dificultad de carácter respiratorio, pero en cualquier caso, de noche cuando duermes te quitas la mascarilla y esto se mitiga un poco.
—Y la sequedad de garganta que notamos con ella puesta, ¿puede derivar en algo?
—La boca seca podría ocasionar una faringitis crónica, que es algo que tiene bastante gente y que es normal, porque es una forma de reaccionar hacia los estímulos. Uno puede reaccionar con más mocos y otro con la boca seca, que puede producir problemas de sensación de cuerpo extraño o de cierto malestar, pero no pasa de ahí. Lo que hemos visto, de todas formas, es que las infecciones se han reducido muchísimo, todas las viriasis. Lo vemos mucho en los niños, niños que antes estaban en las guarderías y tenían muchísimas infecciones, eso ha disminuido mucho. Y entre la población adulta lo mismo. Más allá de factores del propio virus, hubo menos gripe. Las mascarillas nos han protegido mucho.
—Esa mucosidad y la dificultad respiratoria al utilizarla, ¿pueden ocasionar un ronquido mayor?
—Sí, puede ocasionar una mayor vibración, pero sería muy leve, nada significativo. Ahí lo que tendríamos que hacer sería hidratarnos, beber agua antes de acostarnos. También evitar el alcohol y las comidas copiosas y, si puede ser, aparte de dormir boca arriba, con dos o tres almohadas podríamos mitigar el sonido.
—¿Qué es lo que nos hace roncar?
—Es derivado de que el aire que pasa desde la nariz a los pulmones se encuentra con unas cavidades que llamamos la rinofaringe y la orofaringe, esto es la garganta, y en concreto la parte de la garganta que está detrás de la nariz. El aire, al pasar por ahí, se puede encontrar con que estas cavidades son más estrechas o hay algún tipo de obstrucción. O que sus paredes, que es la piel que tenemos por dentro y a la que llamamos mucosa, están como mucho más flexibles, por decirlo de alguna forma. Eso hace que al pasar el aire esos tejidos que están relajados vibren, y esta vibración produce un sonido que es el ronquido. Cuanto más estrecho sea ese paso del aire, o más relajados estén estos tejidos, mayor será el ronquido.
—¿Duermen entonces los hombres más relajados? El ronquido es mayoritariamente masculino...
—Sí, es más de hombres. Ahí influyen factores hormonales y de la propia configuración. Es muy frecuente en los niños que tienen vegetaciones, que hace que se les estreche muchísimo el paso de aire, y esto produce la relajación de los tejidos. Por ejemplo, el paladar, la úvula y la faringe, cuando tienen un exceso de grasa como puede ser por la obesidad, hace que vibren también más y que la cavidad por donde pasa el aire sea más estrecha. ¿Qué pasa cuando estamos relajados? Que todo esto se relaja y vibra muchísimo más. Hay períodos del sueño en el que estamos muy relajados, con sueños profundos, y ahí el ronquido es mayor. E incluso gente que no ronca puede hacerlo en determinados momentos que, fundamentalmente, están asociados a los períodos de mayor relajación de ese sueño profundo.
—¿La obesidad influye tanto?
—La obesidad influye, como también lo hace el alcohol previo a dormir, que tiende a relajar estos tejidos; y la propia configuración que tiene uno, porque no todos tenemos la garganta igual. También afecta el hecho de que no pase aire por la nariz porque tenemos el tabique desviado, sinusitis, o una alergia de repetición. Y que no durmamos bien, porque esto va a hacer que cuando lo hagamos, esté todo muchísimo más relajado. Teniendo una vida sin sobrepeso y con ejercicio físico, se puede mitigar.
—¿En qué casos o situaciones suelen roncar las mujeres?
—Durante las etapas del embarazo y la menopausia puede también incrementarse el ronquido en el caso de las mujeres. Esto es debido a factores hormonales que pueden provocar una mayor vibración y flacidez en las estructuras faríngeas. No es significativo, pero podría haber un empeoramiento. Y si con todo esto fracasamos, existen alternativas quirúrgicas, como reducir el tamaño del paladar, reducir quirúrgicamente el espacio aéreo por el que pasa el aire... Pero hay que evaluar toda la situación con muchísimo cuidado y sería para casos muy seleccionados que provoquen un sufrimiento a la persona muy importante.
—¿Cuál debe ser la actitud del que duerme al lado y lo padece? ¿Eso de hacer ruiditos para que cese el ronquido es recomendable?
—Cuando se hacen esos soniditos, la persona para de roncar por una razón, y es que si tiene un sueño profundo, automáticamente se lo fastidiamos y pasa a un momento del sueño en el que ronca menos, si no lo hace al cambiar de posición. Si dormimos boca arriba, lo que llamamos decúbito supino, la situación empeora, porque el paladar y la lengua van hacia abajo, por lo que la cavidad es mucho menor. Sin embargo si dormimos de lado, aumentamos de alguna forma el diámetro de estas cavidades, el aire entra mejor y vibra menos. Por eso dormir boca arriba favorece la aparición del ronquido. El que duerme al lado tiene que entenderlo y ayudarle a que si tiene sobrepeso lo baje, a que inicie hábitos de vida saludables, que no beba alcohol, que no haga comidas copiosas, que tenga unos horarios de sueño estables, que abandone el sedentarismo, decirle que no duerma boca arriba y que se ponga de lado... Y, si puede ser, en el caso de que tenga ronquidos generadores de un ruido notable, que ponga más almohadas.
—¿Puede haber otros factores más allá de estas prácticas?
—Hay que tener en cuenta que también puede haber cierta predisposición genética, que hay personas que son más roncadoras, fundamentalmente porque tienen distintas anatomías y diámetros de las cavidades por las que pasa el aire. En definitiva, distintas gargantas.
—¿Y si no funcionase?
—Si con todo esto no mejorase, podría haber dispositivos que se ponen en la boca que hacen que la mandíbula vaya hacia delante, pero antes de ensayar este tipo de técnicas debería ponerse en contacto con algún especialista, ya sea otorrino, maxilofacial, neumólogo...
—¿Qué patologías puede desenmascarar un ronquido anormal?
—Puede descubrirse una condición que se llama hipertrofia de cornetes. Tenemos en la nariz unas estructuras que están llenas de sangre, y que sirven para humidificar el aire y para calentarlo, y a veces están demasiado grandes y provocan una obstrucción. Claro que se te pueden desenmascarar otras patologías y enfermedades que estaban ahí. De hecho, muchas veces los neumólogos, cuando tienen problemas de apneas de sueño, nos envían a los pacientes a los otorrinos para que les hagamos una revisión de la vía aérea superior y detectar posibles alteraciones. Nosotros le damos bastante importancia al hecho de que las personas roncadoras no tengan apneas, es decir, que no dejen de respirar durante la noche, porque si las tienen estamos ante otra situación ya, ante una enfermedad, que es el síndrome de apnea nocturno, y que tiene más complicaciones.