Claudia tiene más de 500 Barbies: «He llegado a pagar 270 euros por una muñeca única en el mundo»

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Claudia es una creadora de contenido y coleccionista de muñecas
Claudia es una creadora de contenido y coleccionista de muñecas Cedida

Esta joven asturiana colecciona Barbies. En su casa de Gijón cuenta con figuras exclusivas inspiradas en famosos como Frida Kahlo, la reina Isabel II y la modelo Cara Delevingne

19 oct 2023 . Actualizado a las 12:59 h.

Cuando era pequeña, a Claudia López (Boal, 1993) no le gustaba jugar con muñecas. Hoy, a sus 30 años, esta asturiana alberga en su casa una colección de más de 500 Barbies. Trabaja como manicurista y arrasa en redes sociales, donde acumula todo un ejército de seguidores en sus diferentes plataformas, bajo el seudónimo @chicledefresadolls, con sus vídeos sobre la muñeca más famosa del mundo. Empezó a coleccionarlas a los 20 años, cuando se encontró por casa las cuatro Barbies que tenía de niña. «No solía pedir muñecas, me gustaban más los juegos de mesa, los puzles y los que por aquella época se veían como juguetes para niños. Por suerte, hoy en día es todo más unisex», señala.

Claudia confiesa que explicar por qué le gustan las Barbies es complicado: «Creo que es la imagen de glamur, de moda y de belleza que desprenden las muñecas. Me llama mucho la atención el lema que intentan transmitir de que puedes ser lo que tú quieras». Aparte de que, según la joven, una vez que compras una Barbie de colección, si te gusta de verdad, entras en un círculo vicioso y no puedes parar de comprar: «Cuando empecé, me encapriché de la Barbie de Peter Rabbit, la busqué por internet hasta que la vi en Estados Unidos por Ebay de segunda mano y la compré». De hecho, indica que casi todas las adquisiciones las consigue comprándolas a otros coleccionistas o a personas que las quieran vender: «El precio es mayor que el original porque suelen estar descatalogadas del mercado».

Sobre el universo Barbie, Claudia apunta que es un mundillo lleno de movimiento, y muy activo a través de grupos de Facebook: «Existe una comunidad de coleccionistas en España de compraventa. Además, con frecuencia se celebran convenciones en otros países europeos». Reuniones que suelen durar un fin de semana y a las que la joven acude siempre que puede: «Van coleccionistas de todas partes del mundo, y en ellas suele celebrarse una cena, el sábado, donde se nos da a cada asistente una Barbie exclusiva creada para el evento. El domingo, se hace una sala de ventas en la que puedes adquirir muñecas, ropa, accesorios y demás objetos». Precisamente, fue en una de estas conferencias donde se hizo con una de sus piezas más preciadas: el Ken versión Elvis Presley.

La Barbie Dorita que la abuela de Claudia le regaló cuando empezó a coleccionar muñecas
La Barbie Dorita que la abuela de Claudia le regaló cuando empezó a coleccionar muñecas

Un ejemplar del año 65

Claudia cuenta que dentro del mundillo existen las Barbies de colección, que se diferencian por la etiqueta colector (colección) en sus cajas, y las de la línea de juego, que son las que se pueden adquirir en cualquier juguetería y que suelen tener los niños: «Yo me compro ambas gamas. Al final, los amantes de las muñecas convertimos a las Barbies de juego en algo más, aunque no están fabricadas con ese fin».

Y aunque existe una comunidad muy grande alrededor del mundo Barbie, señala que también se encuentra con muchas personas que no comprenden el significado de coleccionar muñecas. «Hay gente que lo ve como una actividad de niños y no como un hobby de adultos. Me han llegado a llamar loca por gastar dinero en ello y tengo haters que me dicen que ya soy mayorcita para jugar a las muñecas». Pero le digan lo que le digan, ella tiene claro que nunca van a hacerle abandonar su pasión.

Y entre las más de 500 muñecas que atesora en su casa, hay una especial. «Es una Barbie normal y corriente, pero me la regaló mi abuela y eso la hace especial. A través de ella, sentí su apoyo hacia mi afición, no es de colección, es de la línea de juego, pero para mí tiene un gran valor sentimental. De hecho, mis seguidores la conocen como la Barbie Dorita porque mi abuela se llamaba así. Si se quemara mi casa, me llevaría a mi gata y a Dorita sin dudarlo», bromea.

En su colección personal tienen cabida todo tipo de muñecas. La más extraña, apunta, es una Barbie antigua del año 65, que todavía conserva en su caja original, que consiguió de segunda mano en un viaje a Roma. «Es un ejemplar muy raro y superexclusivo», confiesa. También cuenta que hace unas semanas pudo cumplir su sueño de conseguir una Barbie Brazilian Banana Bonanza: «Llevaba diez años buscando esa muñeca porque siempre la había visto carísima, rondando los 600 y 800 euros, pero hace poco la encontré por 200 euros y no dudé en hacerme con ella».

Muñecas exclusivas

¿Cuál es el precio máximo que has llegado a pagar por una Barbie?, le pregunto. La asturiana se sincera y señala que, al principio, le parecía una locura pagar más de 30 euros por una muñeca, pero que al irse metiendo más en el mundillo tuvo que sumarse al enemigo: «Lo máximo que he pagado, hasta ahora, son 270 euros por una Barbie única en el mundo, inspirada en la modelo Cara Delevingne, vestida con un traje del diseñador Karl Lagerfeld». Explica que la hizo un artista mexicano, «porque hay gente que se dedica a coger una muñeca y personalizarla desde cero con el maquillaje y la ropa incluidos».

"Mi muñeca preferida me la regaló mi abuela. Mis seguidores la conocen como la Barbie Dorita en honor a ella"

Precisamente, esta es otra de las aficiones de Claudia: restaurar muñecas estropeadas o con algún defecto en su ropa u accesorios: «Muchas de las muñecas antiguas que me compro traen el pelo estropeado o el cuello roto». Cuando caen en sus manos, las peina bien y, si es necesario, les cose la ropa o les trata de encontrar la misma a través de internet. Aun así, cuenta que hay Barbies que no tienen remedio. «En ese caso, lo ideal sería quitarles el pelo estropeado y ponerles uno nuevo, pero es un trabajo muy laborioso. Existen tiendas especializadas que venden el cabello para muñecas y accesorios, por separado. Yo nunca se lo he cambiado, si tengo que hacerlo prefiero encargárselo a alguien que sepa porque es una tarea muy complicada», señala.

A esta creadora de contenido, Barbie le ha traído un montón de cosas maravillosas a su vida, entre ellas el hecho de poder conocer a gente increíble, que comparte su afición, pero, como en todos lados, también se ha topado con malas personas y con envidias. «Existe bastante envidia, hay personas que te insultan porque consideran que tienen muñecas mejores que las tuyas. Hay mucha toxicidad, yo no me compro una Barbie para ser mejor que nadie», asegura Claudia López. Sobre el papel que ha ido jugando la muñeca de Mattel con los años, la asturiana concluye que, en su opinión, ha sido una muñeca que siempre ha sabido adaptarse a cada momento: «Empezó siendo rompedora con el rol de la mujer conocido hasta el momento, transmite el mensaje de que puedes ser lo que tú quieras ser. Sabe reinventarse y ser inclusiva, como ocurre con las Barbies con alopecia o que tienen síndrome de Down».