¿Qué hay detrás de la orquesta de niños de Teis que conquistó «Got Talent»?

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Oscar Vázquez

Son das Flores. El proyecto educativo fue creado en un colegio de Vigo donde conviven alumnos de 20 nacionalidades. «Ir a Madrid a grabar el programa fue el primer viaje de placer de estos niños», señala Sandra Fernández, impulsora de la iniciativa

27 sep 2023 . Actualizado a las 13:38 h.

Los sueños a veces se hacen realidad, como se han hecho los de los niños del colegio Vicente Risco, de Teis, que el pasado sábado fueron las estrellas del programa Got Talent de Telecinco. Pero en esta actuación también se pudo comprobar el poder transformador que tiene la música; porque la orquesta Son das Flores a la que pertenecen nació hace dos años en este centro educativo para ayudar a las familias a conciliar y a los niños a mejorar su autoestima, su concentración, sus relaciones personales…

Sandra Fernández es profesora de música desde el año 2018 y fue quien involucró al claustro para organizar unas clases extraescolares de música en un colegio pequeño, de poco más de un centenar de niños, pero en el que conviven veinte nacionalidades diferentes y situaciones varias de vulnerabilidad social. Arrancaron hace dos cursos y de una manera totalmente altruista. Hicieron un taller de instrumentos de cartón y convirtieron la música en el proyecto del centro.

En marzo del 2022 dieron su primer concierto que sirvió para darse a conocer y en Semana Santa recibieron un mensaje del programa de televisión: «Se interesaron por nuestro proyecto y nos animaron a presentarnos al casting», cuenta la profesora. Así que se pusieron manos a la obra y prepararon una canción que compuso para la ocasión el vigués Ernesto Campos. Después de varias pruebas online, fueron a grabar el programa en junio a Madrid, un viaje que costeó el Ayuntamiento de Vigo y que ya fue un auténtico regalo para los más pequeños: «Son niños que están cansados de viajar desde sus países, vienen de Latinoamérica, de Senegal, de Rusia… Para casi todos fue el primer viaje por placer de sus vidas», cuenta Sandra Fernández, que se emociona al recordar la experiencia que vivieron durante las dos noches de hotel que pasaron en la capital, donde los mayores cuidaron de los pequeños y donde se crearon lazos de solidaridad entre todos los participantes. «Si Son das Flores siempre tuvo sentido, esto ha superado todas nuestras expectativas», reconoce. A nivel pedagógico, la docente destaca los beneficios en todos los sentidos: pertenecer a la orquesta hace a los niños más responsables, más solidarios y más tolerantes; además de reforzar su autoestima, «que está muy baja en muchas de estas familias».

Todo el colegio está volcado en este proyecto y la actuación del pasado sábado ha hecho que más alumnos quieran participar en él: más de 60 de los 95 matriculados este curso se apuntaron en alguna de las actividades extraescolares programadas. El año pasado la orquesta era solo para los niños de primaria, pero este curso han añadido Son das Flores infantil, para los más pequeños; y el Coro Son das Flores.

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Sandra Fernández cuenta que el pasado curso recogieron «muchos regalos»; además de la llamada de Got Talent, dos de sus alumnas fueron becadas para participar en el campamento San Simon Fiddle, donde, además, la orquesta al completo fue invitada para tocar. Y este verano consiguieron al fin constituirse como asociación, pues hasta ahora eran como una actividad del colegio adherida a Acción por la Música, una organización que ha cumplido este año su primera década trabajando en barrios humildes de Madrid, Alcalá de Henares y Bilbao.

UN PROYECTO DE VENEZUELA

Este poder transformador de la música ya lo vio en los años setenta José Antonio Abreu, músico venezolano que dirigió una red de orquestas y coros infantiles y juveniles con el propósito principal de mejorar la calidad de vida de los niños que vivían en barrios marginales. Porque, además, su objetivo no era exclusivamente académico, sino que entendía que esa formación no solo les abriría puertas en el futuro, sino que les enseñaría a tener un lugar propio en la vida. Abreu, que recibió en el año 2008 el premio Príncipe de Asturias de la Cooperación Internacional y embajador de Buena Voluntad de la Unesco, falleció en el 2018, pero su legado no ha dejado de crecer y tampoco de propagarse por todo el mundo, porque otra de las cualidades de la música es que no tiene fronteras. Este compositor fue una de las personas que más impactó a María Guerrero, abogada madrileña que descubrió en primera persona la pedagogía del maestro venezolano y le cautivó de tal manera que no paró hasta traerla a España.

De eso hace ya una década, la que celebra este año Acción por la Música, creada para «remover cambios sociales a través de orquestas que se convierten en espacios donde nos replanteamos la forma de relacionarnos», según explica ella misma. El pasado junio celebraron un gran concierto en el Auditorio Nacional de Madrid, en el que juntaron a 300 niños y niñas que forman parte de las distintas agrupaciones con las que cuentan en varios puntos de España. Para esa gran actuación llevaron sus mejores instrumentos, pero los orígenes fueron bien distintos: «Arrancamos con apenas unos trozos de cartón para construir los instrumentos de nuestra primera orquesta», recuerda. Lo hizo prácticamente sola y se embarcó en una aventura que era totalmente nueva para ella: ni había estudiado música, ni trabajaba en temas sociales; pero viajó a Venezuela y le cautivó aquella manera de educar. Su objetivo era y sigue siendo desarrollar la autoestima de niños y niñas que viven en espacios de alta complejidad socioeconómica y en lugares con una gran diversidad, al igual que en el colegio vigués. Cuentan con diferentes programas, unos dirigidos a brindar oportunidades de crecimiento y superación a través de la música, y otros diseñados para menores con necesidades educativas especiales con los que trabajan en la expresión y el desarrollo de su potencial artístico. Y los resultados no solo se perciben por el sentido auditivo: «Vemos que mejora su rendimiento académico, su autoestima, su capacidad para resolver conflictos...», cuenta. Y destaca que un 25 % de sus alumnos terminan accediendo al conservatorio porque descubren en la música una vía para su futuro; es más, ya hay entre sus profesores algunos de aquellos niños que descubrieron la música gracias a esta asociación, «empezamos a ver el ciclo completo».