Paola Freire, de Foodtropia: «Si invitas a amigos a cenar a casa, la tabla con varios "dips" nunca falla»

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A la hora de meter las manos en la masa, esta gallega, que está detrás de Foodtropia, desde donde revolucionó la cocina durante la pandemia, siempre tiene una premisa presente: «Que sean recetas sanas, ricas, de temporada y accesibles»
01 nov 2023 . Actualizado a las 10:59 h.Paola Freire se crio entre fogones, y con el rabillo del ojo puesto en las recetas de su madre y de sus abuelas, ambas grandes cocineras, una de ellas llegó a tener una sección en La Voz de Galicia. Sin embargo, esta gallega afincada en Madrid orientó su carrera profesional hacia la abogacía, hasta que un día decidió dejarlo todo y apostar por un proyecto que no ha dejado de crecer. Foodtropia revolucionó la cocina durante la pandemia a través de Instagram, luego vinieron las clases de cocina, y hace dos años se lanzó con su primer libro. «He hecho de la cocina mi profesión, y es una suerte y un privilegio. No me acuerdo de la abogacía en absoluto», confiesa Paola, que acaba de publicar Un menú para cada ocasión, donde ha reunido más de 80 recetas ricas y sanas para cocinar en el día a día. «Ahora, con los niños, aunque comen fenomenal, como a todos los adultos, también hay cosas que les gustan menos, y para mí hacerles atractivos esos platos sigue siendo una motivación», señala.
—Eres una máquina de hacer recetas, ¿dónde encuentras la inspiración?
—En el día a día, en lo cotidiano, y en lo que a mí, como consumidora, me gustaría encontrar. Parece que todo está inventado en cocina, pero siempre puedes reinventar los clásicos. Muchas veces son recetas de toda la vida y lo que hago es darles un poco la vuelta, metiendo algún ingrediente de temporada, algo distinto para hacerlas más apetecibles. También en libros de cocineros que me encantan, a lo mejor son técnicas mucho más elaboradas, que yo las bajo a la tierra para simplificarlas para el día a día; Instagram, Pinterest... siempre son una buena inspiración; en los mercados, en los productos de temporada... Todo en el día a día.
—¿Tienes lista de recetas pendientes?
—Sí, siempre tengo material en la recámara, mi cabeza nunca para, y suelo ir anotando recetas que me gustaría hacer. Hay veces que las pones en práctica y, a lo mejor en la cabeza funcionaron genial, y cuando las ejecutas están bien, pero no me convencen. Estéticamente es muy bonita, pero no está tan rica. Yo quiero que se junten las dos cosas, que estén ricas y que sean bonitas y atractivas.
—¿Cuál es el filtro para saber si te quedas con la receta, o no?
—Con el feedback de casa suele ser suficiente. Siempre probamos las recetas mi marido y yo, mi hija pequeña aún está empezando a comer, pero el mayor que tiene 2 años también prueba, y muchas veces es un buen filtro.
—¿Experimentas mucho?
—Me gusta improvisar, a veces abro la nevera, y mi marido me dice: «Donde yo no veo nada, tú de repente haces una receta que está buenísima con dos cosas». Yo creo que eso también es la faceta del cocinero, saber exprimir al máximo los recursos que tienes y sacar recetas atractivas, fáciles y ricas, y según la ocasión. El libro en lo que se enfoca es que, dependiendo del momento, prepares una receta en un formato o en otro, porque hay veces que la misma te puede servir para una cena de picoteo y para algo más formal. Una crema, tanto en verano como en invierno, en una cena con amigos, si sois un montón y no los quieres sentar, haces un bufet, y la pones en vasitos, con una jarra y que se vayan sirviendo. En cambio en una cena de cuatro más arreglada, la pones en una sopera con unos toppings, la mesa con velas...
—Recetas ricas, sencillas, originales, vistosas... ¿Esa fórmula mágica está siempre presente a la hora de crear?
—Sí, para mí es bastante premisa que la receta sea fácil, sana, rica, y, sobre todo, con ingredientes de temporada y accesibles. Creo que el éxito de Foodtropia es que ves la receta, ves los ingredientes y te animas a cocinar. No te parece complicado, lo tienes todo al alcance, y cuando la haces, sale tal cual la habías visto, y es lo que anima a la gente a repetir. La puedes ajustar a tu gusto, y eso me gusta, que cada casa acoja la receta y la adapte a su familia.
—Además, la cocina de Foodtropia es «una manera sencilla de llevar una buena nutrición», ¿importante también?
—Sí, soy muy partidaria de cuidarme y entre semana como sano, pero me gusta comer de todo, y, salvo cosas nocivas para la salud, no veto nada. No es una cuenta restrictiva, un día hacemos un dulce, lleva azúcar, y no pasa nada. Creo que hay que disfrutar de la vida, y a través de la comida es la mejor forma. Para mí la clave es el equilibrio, y en Foodtropia hay un poco de todo: carne, pescado, huevos, pasta... Multitud de recetas supervariadas, y si no te encaja un ingrediente, lo cambias por otro, y lo haces a tu gusto. Y si un día te quieres comer otra cosa que no sea tan sana, no te va a pasar nada.
—¿De qué abusas y qué evitas en tu cocina?
—Abuso del aceite de oliva virgen extra, no hay ninguna receta en la que no lo utilice; y evito los preparados, ultraprocesados, salsas que enmascaren el sabor original de un producto o receta.
—De las 80 que aparecen en el libro, ¿cuál has hecho más veces en casa?
—Hacemos muchísimo las albóndigas con salsa de tomate y calabaza, que es muy básica, pero todos tenemos que tener recetas comodín. La carne guisada clásica, que lleva toda la vida en mi casa, también; cualquier guiso, los garbanzos con setas y tomillo.... De aperitivos, el dip de queso feta y albahaca, que cuando sobra lo reutilizo en una salsa para una pasta. Hay muchas recetas que son links a otras recetas de aprovechamiento, algo que me apetecía mucho porque es importante para mí.
—¿Qué plato nunca falla si invitas a amigos a casa?
—Depende, pero si fuese algo de picoteo, una tabla con varios dips, con el pan naan, que lo enseño muchísimo en mis clases, y a la gente le encanta, y si te sobra puedes hacer dos pizzas exprés que no necesitan horno. Es un dos en uno. La coca de verduras y boquerones la hago muchísimo cuando tenemos algún evento familiar porque es fácil para compartir, y si tengo una cena, un pescado o una carne, una pasta, una crema...
—¿Te da la impresión de que comemos mejor que cenamos?
—Sí, llegamos más cansados, como que se nos acaban las ideas, y las cenas son sota, caballo, rey. En el libro hay un capítulo destinado a ideas de cenas entre semana, de hacer en 15 minutos, que no tengas que comprar demasiada cosa... Muchas veces entramos en el bucle de las mismas recetas, que nos encantan y son superfamiliares, pero que hay que descansar de ellas, hacer reset y volver a repetirlas. De las clases que doy, una de las que más éxito tiene es la de cenas fáciles entre semana.
—¿Cedes alguna vez el testigo en la cocina?
—Muy poquitas veces, mi marido me ayuda un montón como pinche, me va cortando, picando... pero la realidad es que en el día a día cocino yo, me gusta y me resulta complicado ceder ese testigo. Voy a casa de mis padres y, al final, es «qué nos vas a hacer».
—¿Ahora quién le cocina más a quién: tú a tu madre, o al revés?
—Yo a ella, pero recurro mucho a sus recetas clásicas, también a las de mi abuela. Aunque yo ejecute la receta, voy siguiendo sus pautas. Pero me gusta hacerlo, disfruto un montón, ella lo ha hecho toda la vida, y, al final, es quien me ha enseñado las bases, que es el origen de Foodtropia.
—¿De tu madre te quedas con el «roast beef»?
—Ella en las cenas solía poner una carne, ya sea guisada o roast beef, pero quizás la identificaría más con la carne guisada que se la enseñó mi abuela, y mi madre a mí.
—¿De tu abuela, con el salpicón?
—De la materna sí. Esa receta la compartí en Instagram unas Navidades y fue un éxito total, y de mi abuela paterna, el besugo a la naranja, que también está en el libro.
—¿Es casualidad que en casi todas las recetas haya fruta?
—Me gusta incorporarlas en las cremas para darles un toque de frescor. Me parece que tomamos la fruta en la merienda o en el desayuno, y luego la dejamos aparcada, sentimos la obligación de tomar fruta-fruta. Además de aportar frescor y vitaminas, me hace seguir la estacionalidad. Me encanta esa mezcla de dulce-salado.
—¿Las galletas de doble chocolate y nueces van a coger el relevo de las de avena?
—Lo veo muy difícil, porque las de avena llegaron en un momento excepcional para todos como la pandemia, estábamos volcados en la cocina y en la repostería casera, pero están muy ricas también.
—¿Fue la receta más viral?
—De las dulces, la que más; saladas hay varias: garbanzos con langostinos, pasta con pera, albóndigas con salsa de calabaza y tomate... En el libro casi todas son nuevas, pero incluí unas 8-10 que han tenido mucho éxito en Instagram para que quedaran para siempre.