Estos son los mejores locales de Galicia para reunirse con los amigos

Caterina Devesa, Carlos Crespo, Marta López y María Doallo

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MARCOS MIGUEZ

Es momento de juntarse, para tomar algo, para cenar o incluso para disfrutar de la mejor compañía. Las Navidades no solo se celebran en familia. Descubre los mejores lugares para hacerlo. Toma nota y brinda por la amistad

01 dic 2023 . Actualizado a las 11:04 h.

La Navidad está a la vuelta de la esquina y las ganas de brindar se multiplican por mil. El mes de diciembre llega así cargadito de reuniones entre amigos, familia o compañeros de trabajo, con los que juntarse para celebrar las fiestas. Todos estos encuentros comparten escenario, los bares. Así nos vamos de brindis por los mejores lugares para compartir risas y buenos deseos. Chinchín para todos.

La plaza de Azcárraga de A Coruña se ha convertido desde la primavera en el nuevo núcleo duro del ocio coruñés. Entre los locales de la zona, en plena Ciudad Vieja, destaca el Azka. Con solo un año y medio de vida, este negocio gestionado por Bea Padín ya se ha posicionado como uno de los preferidos por los grupos de amigos para disfrutar del fin de semana o tras finalizar el trabajo, pero también para celebrar reuniones como las fiestas navideñas. ¿La receta? Buen rollo a todas horas y una oferta para todos los gustos. «Tenemos muchas reservas para pandillas y también de compañeros de trabajo. Por ejemplo, desde un banco nos contactaron para venir aquí a picar algo antes de la cena oficial de empresa», explica Bea, que aclara que no son un restaurante. «Lo que sí hacemos es celebrar todo tipo de eventos porque mucha gente nos llama para prebodas, cumpleaños o simplemente juntarse a tomar algo. Entonces, además de lo que tenemos siempre para poner como pincho con las consumiciones, como empanada, pues encargamos una tabla de quesos y de embutidos, ponemos unas tortillas o incluso unos callos, en función también de lo que le guste a la gente y lo que nos pidan». ¿Y para beber? Vinos, cerveza, refrescos y, también copas.

Parte del encanto del local se debe a su estética, cuidada, pero nada presuntuosa. Dentro cuentan con un sofá que, sin duda, se convierte en un photocall ideal para inmortalizar todas las reuniones ya que detrás del asiento, colgado en la pared, luce el logo del negocio en luces de neón. Y si el buen tiempo acompaña, otra opción es quedarse en la terraza. «Los meses de frío rechazamos algunas peticiones de grupos si sabemos que va a hacer malo. Lo hacemos porque lo primero es que el público esté bien. Fuera tenemos una parte con toldo, pero si viene un día de temporal con viento y lluvia, no se puede estar. Además, en la terraza tenemos otra parte con un banco de piedra que en verano sí que nos da mucho juego para los grupos de amigos», explica Bea, que añade que casi siempre trabajan previa reserva. «Nos suelen llamar pandillas que simplemente vienen a tomar algo. No cerramos el local para ellos, pero así se aseguran el espacio». En invierno han ajustado su horario a la demanda. «Abrimos los jueves a partir de las seis de la tarde y los viernes, sábados y domingos desde mediodía. Siempre hay ambiente, los findes, sobre todo, desde después de comer, pero cuando vienen más grupos grandes es a partir de las nueve o diez de la noche», apunta Bea.

A Batea. Vilagarcía

MONICA IRAGO

Una vistosa edificación de madera se yergue, a modo de palafito, sobre las aguas del puerto deportivo de Vilagarcía. Toda su planta superior y las terrazas que circundan sus cuatro caras las ocupa el restaurante A Batea. Que, precisamente, en esa privilegiada ubicación, tiene una de las grandes bazas que lo han llevado a convertirse en uno de los lugares preferidos por los arousanos a la hora de celebrar encuentros. Sobre todo, en momentos señalados del año, como las fechas navideñas. El comedor tiene capacidad para 140 comensales. Pero a este espacio hay que añadirle las cuatro fenomenales terrazas cubiertas que lo circundan y una zona junto a la barra que, finalizadas, las cenas o las comidas, se convierte en pista de baile. Y ese es otro de los grandes atractivos del local. «La gente valora mucho no tener que desplazarse ni coger el coche para ir a otro sitio a bailar después de cenar», comenta José Ferro, responsable de A Batea desde hace 12 años. «El baile consigue además que se genere muy buen rollo entre la gente y que se interactúe entre los distintos grupos que pueden coincidir cenando la misma noche», añade.

De hecho, todos los menús para grupos que propone en estas fechas incluyen una copa gratis, llegado el momento en el que entra en escena el dj. Eso suele ocurrir en torno a la medianoche y la fiesta se puede prolongar hasta las 4 de la madrugada.

En A Batea hay cenas con baile todos los viernes y sábados de diciembre. O cualquier otro día si el grupo que lo solicita pasa de 30 personas. Además del baile y de la fiesta, también pone estos días a disposición de sus clientes un fotomatón gratuito, «para que se puedan llevar un recuerdo fotográfico de esa noche».

Hasta aquí llegan estos días grupos no solo de los municipios arousanos, sino también de comarcas limítrofes. Atraídos por la fama de sus fiestas, la comodidad y versatilidad de sus instalaciones —a un paso de la ciudad y con un párking gratuito en las proximidades— y, por supuesto, por su gastronomía. Además de los menús especiales de Navidad, cuenta con propuestas para grupos todo el año y la carta propia de su servicio de restaurante.

Royale TYM, Ponteceso

Terraza, zona de copas, comedor, parque infantil, recreativos y hasta futbolín. Este bar de Ponteceso, que está pared con pared con la que fue una de las discotecas más míticas de la Costa da Morte, la Teyma, lo tiene todo para pasar una jornada de entretenimiento. Abre todos los días de la semana a las siete de la mañana y, a excepción de los domingos, cierra alrededor de las dos de la madrugada. Nicolás Blanco, que está al frente del establecimiento desde hace un decenio junto a su mujer, Vera Amigo, explica que tienen todo tipo de públicos y que, si bien no se trata de un local de copas como tal, sí suelen acercarse grupos de jóvenes para tomar algo los fines de semana. «Veñen matrimonios con nenos, xente do hotel [tienen una pensión al lado], chavalada, grupos para comidas... Venres, sábados e domingos é cando mellor funcionamos, pero todos os días hai xente desde a mañá cedo», explica Nicolás.

En lo que a gastronomía se refiere, ofrecen tapas, raciones, hamburguesas, bocadillos y pizzas, su especialidad. «É o que máis vendemos, xunto co raxo. E temos a mesma carta que noutro negocio que levamos en Laxe, A Cervecería», explica el empresario. Otro punto de encuentro destacado dentro de la comarca de Bergantiños.

Aunque el fútbol ya no tiene el poder de convocatoria de antaño, o eso dice Nicolás, sobre todo, desde la llegada de las plataformas de streaming, sí que emiten algún que otro partido y tienen, además, dianas y un futbolín en torno al que se reúnen muchos grupos de amigos a pasar la tarde. Principalmente, dice, los más veteranos. Los que ya pasan de 30. «A xente moza non sae tanto ultimamente, co que foi Ponteceso, Carballo ou outras zonas de movida como Santa Comba... Agora a cousa está moi tranquila», explica el responsable del Royale TYM. Pero por diversificar que no sea, por eso tienen diferentes estancias y zonas como un parque infantil de unos 150 metros cuadrados en el que no falta un castillo hinchable, colchonetas, parque de bolas e incluso alguna que otra máquina de recreativos. «Hai que ter este tipo de cousas, ofrecer algo distinto», concluye Nicolás.

Una gran familia 

Santi M. Amil

Han pasado cerca de 30 años desde que el Miudiño abrió sus puertas en la plaza de Santa Eufemia, en Ourense. Durante estas tres décadas ha conseguido convertirse en un sitio de referencia en la ciudad. Ya sea por su amplio horario (abre todos los días del año de 15.00 a 3.00 horas), por su peculiar espacio (es algo parecido a un pub irlandés con toques 100 % gallegos) o por el buen trato que practica todo su equipo es todo un emblema para los ourensanos. La mayoría lo ven como una segunda casa, como el lugar perfecto para reunirse y alargar las horas entre cervezas, copas o simplemente cafés. Se llena cada fin de semana sin excepción y especialmente triunfa en vacaciones, cuando los que están fuera vuelven a casa. Por eso mismo en Navidad lo difícil es encontrar un hueco libre en el Miudiño.

Pandillas de todas las edades, amigos de la infancia, grupos de primos y hasta familias enteras se resguardan del frío en este mítico bar para bailar un rato y ponerse al día de nuevo durante las fiestas. Lo saben bien Martín Outeiriño, Helena Pérez-Coleman, Paula Vázquez y Pablo Rodríguez, que son clientes habituales del Miudiño, y lo escogen como su favorito para Navidad. «Este sitio tiene muchísimo encanto y una vez que estás aquí es como que entras a formar parte del ambiente, que te envuelve. No hay otro lugar parecido en la ciudad», afirma Helena. Mientras Martín apunta: «Y los camareros son los mejores. Es como si formásemos entre todos una gran familia». Ellos y su pandilla de amigos confiesan que no se pierden ninguna Nochebuena ni Nochevieja por la tarde. Esas fechas el bar se pone hasta la bandera de gente y lo habitual es que regalen copas de champán cargadas de buenos deseos a todos los clientes. «Es una tradición con la que llevamos ya mucho tiempo», afirma Emilio Fernández, actual encargado del Miudiño, donde trabaja desde hace siete años. «La Navidad es una época muy especial porque esto se convierte en una parada obligada. Vienen los clientes de siempre, otros que regresan porque están lejos y también personas que no pasan por aquí nunca, que te das cuenta al servirles, porque no saben ni qué beber», añade. Emilio cree que el secreto del Miudiño reside en el estar presente, cada día del año, y en el cariño con el que cuidan a sus clientes. «Tratamos de servir siempre lo mejor y con la mejor actitud», termina.