
Esta pareja de Carballo ha abierto un obrador para aprender cocinando y jugando. Y con las «cookies» hornean los afectos. Porque el cariño también se amasa
20 dic 2023 . Actualizado a las 05:00 h.En este horno se cuece mucho más que solo galletas. A primera vista, el proyecto del cocinero venezolano Kendur Sliwka y la educadora brasileña Luiza de Sliwka, en plena Gran Vía de Carballo, es un obrador de galletas artesanas al más puro estilo americano. Pero, en realidad, estamos ante una tienda y un espacio creativo ideado para desarrollar actividades lúdicas, «para jugar con la comida», y pedagógicas, «en las que el niño se sumerge en el mundo del arte, la historia, los idiomas o el emprendimiento a través de la cocina y los alimentos», afirma Luiza. Su objetivo es hornear los afectos y los conocimientos, por eso también organizan sesiones para «cultivar los lazos familiares y de amistad». Aunque abrieron hace solo diez días, ya han realizado su primer taller plurilingüe de galletas en el instituto Fonteboa de Coristanco.
UN BAR DE LECHE
Su mascota se llama Mimosa y en el interior del local, que se llama Break Time, han montado un bar de leche. Sí, sí. Como lo oyes. En esta barra no pidas caña y corto, sino un tetrabrik de leche. Calentita o fría, pero bien tirada y 100 % gallega, porque el amor de los Sliwka por nuestra tierra no tiene parangón. Aunque tenían familia en Galicia, aquí llegaron desde el corazón de la Amazonia tras un periplo por Europa en busca de sus raíces polacas. «Nuestra historia está llena de emprendimientos y aventuras educativas y gastronómicas desarrolladas en Venezuela, Brasil y Polonia».
Su primera experiencia gastroeducativa fue con la cantina escolar que regentaban ambos en un colegio de Brasil. Tanto los alumnos como sus padres se pirraban por sus galletas danesas, pero comenzaron a realizar actividades didácticas con los chicos a la hora de la merienda y fue todo un éxito. «Se convirtió en algo que no era solo servir alimento a los alumnos, sino también un área educativa», explica Kendur. La mezcla de cocina y escuela les gustó tanto que les sirvió de inspiración para su actual proyecto bergantiñán. Puede ser, por ejemplo, una degustación de galletas con leche pero siempre con un plan creativo de por medio: un taller de lettering, una tarde para pintar... «A través de las galletas y de la cocina, nuestro concepto es poder comunicar ideas, conocimientos y cultivar los afectos». Lo explican todo en cocinapatrimonial.com. Son las galletas que enseñan a hablar inglés y también a querer más a las abuelas. Me las como.