María y Jesús decidieron dejar su casa para irse a vivir a una autocaravana: «Para nosotros todos los días son domingo»

MARTA REY / S.F

YES

María y Jesús junto a la Charly
María y Jesús junto a la Charly

Con la casa a cuestas. Después de que María pasara por una enfermedad, ella y su pareja Jesús decidieron comprarse una autocaravana y abandonar su hogar en Murcia. Ya han recorrido más de 15 países y lo que más les gusta de ella es la sensación de libertad que les aporta

02 jul 2024 . Actualizado a las 09:35 h.

Hace justo once años que Jesús conoció a María y comenzó a hablarle de autocaravanas y auroras boreales. Desde ese mismo instante, ambos fantaseaban con planear un viaje a Noruega para poder verlas. Años después, tras una grave enfermedad por la que pasó María y el deseo de los dos por pisar el suelo noruego, decidieron abandonar su casa de Murcia ­—a la cual se habían mudado desde Madrid cuando Jesús se jubiló— y comprarse una autocaravana para vivir a tiempo completo. «Decidimos vaciar la casa que teníamos alquilada, meter todo en un guardamuebles e irnos a vivir en ella», explica Jesús. Cuando dejaron sus cosas atrás, hicieron lo mismo con el reloj y ahora no viven atados a ningún horario. «Para nosotros todos los días son domingo», afirma Jesús.

La Charly —como llaman a su nueva casa— solo iba a ser utilizada para viajar, pero María descubrió en ella la felicidad. «A mí me encanta este tipo de vida porque me resulta relajante. Después de todo lo que pasé con mi enfermedad me di cuenta de que aquí soy feliz», explica. Jesús lo corrobora y bromea sobre el primer día en el que su pareja pisó la autocaravana. «Después de subirse no se quería bajar», cuenta. Ambos dicen que sus hijos terminaron por tomarse bien este cambio de vida. «Se sorprendieron mucho, pero al vernos felices a nosotros, son felices ellos», explica María. En su caso tenían hijos de relaciones anteriores, y en la familia enlazada que formaron ocurrió algo poco común. «Yo tengo dos hijos y Jesús tiene otros dos. Se dio la casualidad de que mi hija mayor y su hijo mayor se casaron entre ellos y nos dieron dos nietas preciosas», afirma orgullosa.

Son ya tres años en los que Jesús y María han vivido momentos muy especiales gracias a la Charly. «Para mí el momento más mágico fue ver auroras boreales en Cabo Norte, Noruega. Llegamos allí un día que estaba completamente nublado con un tiempo horrible, pero esa noche escuchamos voces fuera de la autocaravana, nos vestimos corriendo y tuvimos la suerte de verlas durante media hora. Ha sido el momento más mágico que hemos vivido porque era nuestro sueño», cuenta María. Por su parte, Jesús también se queda con el recuerdo de su viaje a Normandía. «Hemos estado allí viendo el aniversario del desembarco. Gracias a tener una autocaravana lo hemos podido disfrutar, y durante 15 días estuvimos de una punta a otra, y de playa en playa conociendo a algunos veteranos que participaron en aquel momento histórico», afirma. Este año les toca recorrer las Islas Británicas y reconocen no ser muy fanáticos de planear con anterioridad qué ver en cada sitio. «Normalmente vamos a la aventura y no planificamos el día a día. Lo único que planeamos es la ruta por donde queremos ir, pero los pueblos o ciudades que vamos a visitar lo decidimos en el momento», cuenta Jesús.

En cuanto a su faceta como creadores de contenido, fue idea de Jesús la de subir las fotos y vídeos de sus viajes a las redes sociales bajo el nombre de Millaneando, un juego de palabras con su apellido Millán y las millas que recorrerían en la autocaravana. «Cuando empezamos con esta nueva vida pensé en cómo haríamos para que la familia y los amigos pudiesen ver por dónde estábamos. En lugar de darles un disco duro con muchas fotos para que las vieran, le propuse a María subirlas a las redes sociales y crear un canal de YouTube donde poder colgar los vídeos que grabásemos», explica Jesús.

Autocaravana adaptada

Desde el primer momento que se subieron a la autocaravana no han echado de menos los metros cuadrados que les aportaba su anterior hogar. «Nunca he tenido la sensación de que sea un espacio más reducido. En la autocaravana tenemos lo mismo que teníamos en nuestra vivienda de antes, pero en menos metros», afirma María. Además, aseguran que gastan lo mismo que cuando vivían en Murcia o Madrid. «El gasto que tienes en una autocaravana es el mismo que puedes tener en una casa convencional. La única diferencia es que aquí hay que pagar el gasoil, pero tampoco hacemos muchos kilómetros al día», explica Jesús. La clave para él está en administrarse a final de mes. «Lo del combustible al final lo puedes gestionar. Si llega final de mes, te has gastado el presupuesto y te queda poco en el depósito, hasta que cobres intentas no moverte mucho. Nosotros no hacemos 300 kilómetros diarios, eso no hay ni economía ni cuerpo que lo aguante», aclara. Antes de comprar la autocaravana, hablaron de los requisitos que debía tener. «Esta la compramos porque tenía dos cosas que eran imprescindibles para nosotros: cambio automático y cama en isla», dice María. Y si alguien se quiere comprar una, recomienda alquilar antes de comprar. «El principal consejo que le doy a todo el mundo es probar muchas antes de comprar y ver qué necesitas. Yo no lo hice y he tenido mucha suerte porque iba guiada por Jesús, pero creo que, con el precio que tienen estos vehículos, es importante alquilar primero», cuenta.

Hambre tampoco pasan, pero no pueden permitirse ir todos los días de restaurante. «Hemos invertido algo de dinero en prepararla para poder vivir a tiempo completo y que no sean las típicas vacaciones de 15 días que puedes comer de restaurante», explica Jesús. Por eso el menú corre a cargo de María. «Nos cuidamos igual que siempre. A mí me gusta cocinar y lo hago como cuando estaba en mi otra casa. Al final, hay cosas que aprendes a hacer de otra manera. Iba a decir que es como si tú siguieras en tu casa, pero para mí esto es mi casa», bromea.

Para ellos, las autocaravanas en Europa están más aceptadas que en España. Cuando se les pregunta si recomiendan adentrarse en ese universo, ellos lo tienen claro. «El autocaravanismo es un mundo muy familiar donde se conoce mucha gente. Es un ambiente muy sano», afirma María. Para ella lo que más le aportan los viajes es la posibilidad de conocer otras culturas. «Cuando viajas y conoces gente te das cuenta de que todo son estereotipos y desaparecen esos prejuicios», cuenta. Además, dicen que no se necesita estar jubilado para irse un fin de semana con ella ni dejar de visitar Galicia, de donde es la familia materna de María. «Ahí hay que ir en autocaravana, avión o en lo que sea», bromea Jesús. Pero lo que de verdad vale la pena es disfrutar de la vida y hacer cosas nuevas. «Hay que hacer cosas nuevas, no sabes lo que te va a durar la vida», señala María.