¿Necesitas realmente un extra de proteínas?

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MABEL RODRÍGUEZ

La industria alimentaria es única creando necesidades. Hubo un tiempo en el que para cuidarse había que tomar productos «light», y ahora es el bum del «fitness» el que hace estragos en la nevera

01 ago 2024 . Actualizado a las 10:45 h.

Antes de que el mundo digital permitiese a los mortales conocer los entresijos de la nutrición a golpe de clic, solo nos quedaba confiar. Confiar en que lo que llegaba a los lineales del supermercado era lo mejor para nuestra salud, y encomendarnos a unos mensajes que nos permitían estar tranquilos: rico en fósforo, con extra de calcio o alto contenido en vitamina C. Todo controlado. Además, aquellos que deseaban mantener la línea solo tenían que alargar la mano hacia esos productos con etiqueta light para asegurarse una alimentación no solo baja en calorías, sino incluso equilibrada. En esta era en la que cada vez más expertos en alimentación desmitifican ideas que estaban absolutamente instauradas, llega el bum de las proteínas y hace que el sentido común salte por los aires.

La revolución fitness ha hecho que muchos neófitos confeccionen una lista de la compra basada ganar masa muscular para rendir en el gimnasio. Si a esto se le suma que las redes sociales se llenan de influencers mostrando los supuestos beneficios de yogures y batidos con proteínas, y que estos productos han pasado de venderse en tiendas específicas a estar en todo tipo de superficies, la confusión es total.

Precio más elevado

Ante la democratización de productos enriquecidos con proteínas, la OCU ha querido aclarar las cosas. La entidad que vela por los derechos de los consumidores no se anda con rodeos: «Los compramos pensando que son mejores para la salud o que nos van a ayudar a adelgazar. Pero lo único demostrable es que son más caros que los normales». Y añade: «No solo es más que discutible que consumir productos enriquecidos con proteínas tenga algún beneficio para la salud, sino que la proteína que necesitamos podemos obtenerla mediante una dieta convencional».

Lidia González es nutricionista, y también centra sus recomendaciones en consumir proteína a través de fuentes naturales. «Pienso que los productos con proteínas son los nuevos light, es una moda. Antes el márketing se enfocaba en decir que las grasas eran el enemigo y las responsables del sobrepeso. Comer “bajo en grasa” te decían que te aseguraba estar delgado y un cuerpo estético. Ahora la estrategia se centra en los productos de proteína por el culto al músculo y el fenómeno del fitness». Así, la industria moldea sus productos en función de los cánones físicos imperantes en cada momento, y las grandes superficies ponen al alcance de los clientes unos productos que quieren. O que incluso sienten que necesitan.

Esta experta quiere dejar claro que las proteínas son indispensables, entre otras cosas, para mantener o ganar masa muscular. Pero también el consumo grasas y carbohidratos, que suelen demonizarse. Considera que «los productos enriquecidos con proteínas no son necesarios para ningún perfil. Otra cosa es que una persona los tome libremente porque le gusta el sabor o para complementar la ingesta puntualmente».

Entre los alimentos que, de manera tradicional, cuentan con una elevada cantidad de proteína se encuentran las carnes, los pescados, los frutos secos o las legumbres. González añade a estos productos la proteína en polvo: «Aunque sea procesado sí es interesante siempre y cuando no tenga aditivos como edulcorantes o saborizantes», puntualiza la especialista.