Ocho ciudades que lucen espectaculares en invierno

Candela Montero Río
Candela Montero Río REDACCIÓN / LA VOZ

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¿Quién dijo que las vacaciones son solo para el verano? Lagos, glaciares, fiordos o castillos son los grandes protagonistas de estos lugares, que tienen un encanto especial en los días gélidos

18 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Colmar

FRANCIA

Colmar (Francia).
Colmar (Francia).

Ventanas repletas de flores para poner colorido al frío en esta ciudad de Alsacia. Pero si hay algo por lo que es famoso este lugar es por estar salpicado de canales, hasta el punto de esconder una pequeña Venecia entre sus calles adoquinadas. Además, está a menos de una hora en coche de Estrasburgo, también recomendable para visitar en Navidad, ya que cuenta con uno de los mercadillos más antiguos de Europa.

Mostar

BOSNIA

Mostar (Bosnia).
Mostar (Bosnia).

Tan desconocida como llena de historia y encanto, perfecta para una escapada. Su puente de piedra, el stari most, es el icono de esta ciudad levantada a las orillas del río Neretva. No en vano, fue declarado, junto a la ciudad antigua, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. La construcción fue bombardeada en 1993 y volver a ponerla en pie supuso toda una odisea: se tardaron casi diez años y se utilizaron las mismas técnicas de construcción empleadas en el siglo XVI.

Hallstat

AUSTRIA

Hallstat (Austria).
Hallstat (Austria).

Dar un paseo en barco por el lago que le da nombre a esta localidad del distrito montañoso de Salzkammergut debería ser uno de los planes obligatorios para un día de frío. Pero eso no es todo lo que ofrece esta región, declarada Patrimonio de la Humanidad en 1997: aquí es posible desde entrar en la mina de sal más antigua del mundo hasta esquiar en sus pistas, pasando por visitar el lago Gosau, con el imponente glaciar Dachst.

Grindelwald

SUIZA

Grindelwald (Suiza).
Grindelwald (Suiza).

Perfecto para aventureros y amantes de los deportes de invierno. Está a los pies del monte Eiger y, además de la estampa que componen sus casas de madera, ofrece un mundo de experiencias en la montaña: trepar por la garganta glaciar Gletscherschlucht, viajar en un teleférico que cuenta con un balcón para subir al aire libre o visitar Jungfraujoch, una de las estaciones más espectacular de los Alpes, a 3.454 metros de altura, son algunas de las opciones.

Transilvania

Rumanía

Transilvania (Rumanía).
Transilvania (Rumanía).

En pleno centro del país, es famosa por ser la tierra de las leyendas y de los castillos, entre los que destacan dos: el de Corvin y el de Bran, cuya conexión con Vlad Tepes, el príncipe de Valaquia, inspiró el Drácula de Bram Stoker. Menos conocidos, pero igual de sorprendentes son los montes Apuseni, con más de 4.000 cuevas donde se esconde un joya natural: Scarisoara, el segundo glaciar subterráneo más grande de Europa.

Bled

ESLOVENIA

Bled (Eslovenia).
Bled (Eslovenia).

Su enorme lago glaciar es la joya de la corona. ¿Qué tiene de especial en esta estación? En inviernos muy fríos, el lago se congela, lo que permite patinar o caminar sobre su superficie. En el medio de esta masa de agua está la otra gran protagonista: la isla, donde su iglesia es el monumento más destacado. Pero una vez allí, hay dos imprescindibles: subir al campanario para disfrutar de las vistas y tocar la campana de los deseos (y, lógicamente, pedir uno).

Rovaniemi

FINLANDIA

Rovaniemi (Finlandia).
Rovaniemi (Finlandia).

En el itinerario invernal no puede faltar un lugar nórdico y este es, literalmente, el universo de Papá Noel. Con los gélidos paisajes como bandera, se encuentra en la Laponia finlandesa y cruza el Círculo Polar Ártico pero, sobre todo, es conocida por ser la ciudad natal oficial de Papá Noel. Además de poder conocerlo y entregarle en mano las cartas, allí están su casa, su taller y su oficina de correos.

Bergen

NORUEGA

Bergen (Noruega).
Bergen (Noruega).

Se presenta al mundo como «la capital de los fiordos» y la «ciudad entre siete montañas». Es la segunda urbe más grande del país y está ubicada entre sus dos mayores fiordos: el de Hardanger y el Sognefjord. Aunque para disfrutar de la panorámica ideal hay que subir en teleférico al más alto de esos siete montes, el Ulriken (643 metros): desde allí se puede ver el mar, islas, montañas y, cómo no, los fiordos.