Bad Bunny, el fenómeno que ha eclipsado a todo el planeta con su nuevo disco: del reguetón a la canción protesta

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A sus 30 años, el artista acaba de lanzar «Debí tirar más fotos», un proyecto musical en el que homenajea y reivindica los ritmos tradicionales de Puerto Rico

23 ene 2025 . Actualizado a las 08:28 h.

En el 2016, Benito Antonio Martínez Ocasio trabajaba empaquetando pedidos en un supermercado de Vega Baja, un municipio del norte de Puerto Rico. Ese mismo año tomó el sobrenombre artístico Bad Bunny —«conejo malo» en inglés— y empezó a publicar música de forma independiente. Después, tardó menos de una década en convertirse en una de las mayores estrellas de nuestro tiempo. Si el podio de la música mundial actual, en términos de éxito, fuese una mesa con tres sillas, es probable que junto a Taylor Swift —por goleada— y el estadounidense Drake, solo se pudiese sentar Bad Bunny. El puertorriqueño ha inaugurado el 2025 con la publicación de su sexto álbum de estudio: Debí tirar más fotos. El disco supera ya el billón de escuchas en todo el mundo. En su interior hay una buena dosis de reguetón, pero también salsa, bachata, dembow y, sobre todo, una gigantesca celebración de su casa: Puerto Rico.

Canción protesta

«Yo tengo un sueño y es vivir aquí por siempre. Y que la gente que amo viva aquí por siempre y puedan cumplir sus metas aquí por siempre. Yo tengo este sueño de que el día que yo tenga un hijo o una hija crezca aquí, viva aquí y que pueda estudiar en la escuela pública», expresaba el propio Bad Bunny hace solo unos meses durante una entrevista en un conocido pódcast puertorriqueño. Repite la misma idea en su canción DtMF —el hit de su nuevo disco— cuando canta «ojalá que los míos nunca se muden».

A sus recién cumplidos 30 años, el artista se ha empeñado en reivindicar por todos los medios su país y su cultura. Con Debí tirar más fotos, Benito se sumerge más profundamente en los sonidos y ritmos tradicionales de Puerto Rico: bomba, plena, salsa y merengue. Todas las pistas instrumentales fueron interpretadas y grabadas en directo por estudiantes de la Escuela de Música del país. Además, las únicas colaboraciones del disco están a cargo de artistas puertorriqueños de varias generaciones. «Cuando los escuchaba, me sentía como si estuviera allí, en Santurce, pasando el rato», dijo a The New York Times poco antes de su lanzamiento. Ubicado dentro de la turística capital San Juan, Santurce es uno de los barrios con mayor densidad de población de la isla y un 40 % de sus hogares viven en situación de pobreza.

Fans de Bad Bunny haciendo cola para conseguir entradas para su concierto en San Juan, Puerto Rico.
Fans de Bad Bunny haciendo cola para conseguir entradas para su concierto en San Juan, Puerto Rico. Thais Llorca | EFE

Precisamente, la gentrificación, la emigración o incluso el desplazamiento forzado de sus ciudadanos son temáticas centrales del nuevo disco de Bad Bunny. Puerto Rico es un territorio no incorporado a los Estados Unidos. Esto quiere decir que no es ninguno de los 50 estados federados, pero tampoco una nación independiente. Una especie de limbo político que impide a los boricuas decidir sobre su propio destino. «Aquí mataron gente por sacar la bandera. Por eso es que ahora yo la llevo donde quiera», canta Bad Bunny en La mudanza. No será la única vez en este disco que el artista haga referencia explícita a su bandera.

La lucha por la preservación de la identidad puertorriqueña está también en la letra de Lo que le pasó a Hawái. «Quieren quitarme el río y también la playa. Quieren el barrio mío y que abuelita se vaya. No, no sueltes la bandera ni olvides el lelolai. Que no quiero que hagan contigo lo que le pasó a Hawái». El deliberado vínculo entre ambas islas se refiere a que las dos han sido testigo de una explosión de turismo estadounidense en su territorio y de una privatización de sus preciados recursos naturales.

Durante la última campaña a la presidencia de los Estados Unidos, el cómico Tony Hinchcliffe acompañó en un mitin a Donald Trump —ahora presidente— e incendió las redes con sus comentarios: «No sé si lo sabéis, pero ahora mismo hay literalmente una isla flotante de basura en medio del océano. Se llama Puerto Rico». El suceso hizo a Bad Bunny posicionarse de golpe. Al día siguiente compartió un vídeo de Kamala Harris a sus 46 millones de seguidores en Instagram.

Relaciones amorosas

El nuevo proyecto del puertorriqueño no solo está repleto de canciones protesta, también hay una buena dosis de amor y desamor. Sus seguidores no han tardado en vincular a sus exnovias —las únicas que se le conocen— con varias de las letras. El cantante estuvo con la modelo e influencer Gabriela Berlingieri entre el 2017 y el 2022. Su relación fue pública y llegaron a compartir photocall en alguna ocasión. Después, empezó un romance con la modelo Kendall Jenner, la hermana pequeña de Kim Kandarshian. Rompieron un año después. «Pensaba que contigo iba a envejecer. En otra vida en otro mundo podrá ser», dice el estribillo de la letra de Baile inolvidable, que muchos vinculan directamente con Gabriela. Incluso los bailarines del videoclip de la canción llevan atuendos casi idénticos a los que llevaron el cantante y su exnovia cuando posaron por primera vez juntos en un evento. Para Kendall serían los versos de Turista, que habla de una relación más pasajera: «En mi vida fuiste turista. Tú solo viste lo mejor de mí. Y no lo que yo sufría».

Un artista versátil

Si por algo puede definirse la carrera de Bad Bunny es por impredecible. Un fenómeno que tiende a rodear a los artistas que juegan en un nivel aparte. Sirva de ejemplo la mencionada Swift o la misma Rosalía. Sus seguidores, o el mundo en general, nunca saben de qué género exacto será su próximo disco. Ni a qué sonará. Solo pueden especular. «Desde siempre le he dejado claro a la gente que yo nunca voy a hacer un disco que sea igual a otro», dijo el propio Bad Bunny en una entrevista al diario The New York Times hace un par de años. Y también precisó: «Si mañana quiero sacar un disco de rock o uno de bachata, nadie me puede decir nada, ¿por qué yo no? Hay que intentar unir públicos, unir países, unir gustos musicales». Después, sorprendió a todos cuando, a finales del 2023, lanzó Nadie sabe lo que va a pasar mañana, un álbum con una deliberada falta de reguetón. En el sencillo que dio título al disco reivindicó su hegemonía musical y su huida de etiquetas: «Yo no soy trapero, ni reguetonero. Yo soy la estrella más grande en el mundo entero. Todos quieren ser número uno, no entiendo el esmero. Si quieres te lo doy, yo ni lo quiero».

Esa veintena de canciones fueron, en realidad, su particular vuelta al trap. Pocos artistas en el mundo pueden presumir de ser pioneros en un género. Bad Bunny, sin embargo, puede decirlo de sí mismo en cuanto al trap latino. El puertorriqueño ayudó a globalizar este subgénero, que combina las bases instrumentales del trap original —estadounidense— con influencia del sonido urbano latino. Lo hizo hace casi una década, y con sus primeras canciones. Era el 2017, su carrera apenas despegaba y sus sencillos Diles o Soy peor empezaban a acumular cientos de millones de escuchas. Continuaría explorando el género en su primer disco X 100PRE para diluirlo más tarde en su discografía, al fusionarlo con el reguetón más nuevo en YHLQMDLG — un acrónimo de «Yo hago lo que me da la gana»— o en El último tour del mundo. Este último, publicado en el 2020, en plena pandemia, fue el primer álbum completamente en español que consiguió alcanzar el número 1 en la lista Billboard 200.

Convertido ya en el artista más escuchado del planeta estadísticas en mano— Benito alcanzó la cima comercial de su carrera en el 2022 con Un verano sin ti. Un disco caribeño en todos los sentidos que incluía reguetón, pero también mambo o incluso dream-pop. Las canciones no se parecían en casi nada a lo que dominaba la industria urbana en aquel entonces y, aún así, consiguió posicionar todas y cada una de ellas en la lista de las más escuchadas del mundo. Una hazaña inimaginable para el 99 % de los artistas. La prestigiosa revista musical Rolling Stone elaboró a principios de este mismo año su particular lista con los 250 mejores álbumes del siglo XXI. Un verano sin ti ocupa el puesto número 9. La misma revista se ha rendido ahora a su nuevo proyecto: «Bad Bunny se talló a sí mismo un lugar en el lenguaje universal, en el panteón de lo clásico. Y lo clásico pocas veces sonó tan divertido y excitante».