La historia viral de Laia y Carol: «Nuestros padres y nuestras madres son hermanos, y nosotras nos acabamos de hacer una prueba de ADN»

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Su historia causó revuelo en TikTok, donde decidieron explicarle al mundo su curioso árbol genealógico. Comparten apellidos, abuelos y, posiblemente, el mismo material genético que muchos hermanos

27 ene 2025 . Actualizado a las 12:10 h.

Es posible que sea necesario apoyarse de papel y boli para seguir este árbol genealógico tan fácil y, a la vez, difícil de entender. Los padres de Laia y Carol Teruel Sánchez, de 25 y 30 años, son hermanos, y sus madres son hermanas. Ambas comparten apellidos y abuelos paternos y maternos. También una conexión que las ha llevado a hacerse recientemente una prueba de ADN de la que todavía esperan el resultado, porque quieren comprobar cuánto material genético tienen en común ellas, que bien podrían ser hemanas. «Unos primos hermanos convencionales tienen, de media, entre un 12 y un 13 % de porcentaje genético en común; y los hermanos, alrededor de un 50 %. Entonces, nosotras nos moveremos entre un 12 y un 50 %», dicen. Es más que factible, al menos si atendemos a lo que a parecido físico se refiere, porque Laia es clavadita a la madre de Carol, y Carol se parece mucho a la madre de Laia. Es decir, que en ambas mandan los rasgos físicos de dos madres que entre ellas son hermanas, por lo que es un hecho que heredaron un mayor parecido físico de su familia materna, «aunque somos un poco mezcla y tenemos cosas de nuestros padres también», puntualizan.

Empecemos por el principio. Porque si en Los Serrano uno más uno eran siete, aquí dos más dos —sus cuatro abuelos— son un lote. Los abuelos maternos, Paquita y Antonio, tuvieron tres hijas: Nuri, Neus y Cristina. Los abuelos paternos, José y Conchita, tuvieron tres hijos: Luis, José Miguel y Carlos. Los mayores de cada lado, Nuri y Luis, se hicieron novios y, años después, tuvieron a Carol. A raíz del noviazgo de los mayores se conocieron los pequeños, Cristina y Carlos, entre los que también acabó saltando la chispa, y que se convirtieron en los padres de Laia. Los únicos que se resistieron a la llamada del amor entre estas dos familias fueron los hermanos medianos, Neus y Luis, que no se hicieron pareja.

DE UNA PAREJA SALIÓ OTRA

«En la familia flipaban. Cuando vieron que también empezaban a salir los pequeños, que serían después mis padres, les pareció como muy fuerte, porque ya era la segunda vez que se relacionaban estas familias», cuenta Laia, que asegura que cuando empezaron a salir los mayores y a llevar a su pareja a sus respectivas casas, hicieron que se conocieran los pequeños. «Además, mi madre (Cristina) y la madre de Carol (Nuri) iban siempre a buscar a Luis y a mi padre, Carlos, al instituto. Y así, poco a poco, viéndose cuando los iban a recoger o coincidiendo por casa, se fueron conociendo. Pero pasó un año o dos hasta que ellos también se hicieron novios y se dijeron que se gustaban», relata.

Las dos son primas hermanas hermanas. Y, para rizar el rizo de esta especie de geometría reproductiva familiar, también las dos son hermanas mayores de dos niños varones. El hermano de Laia es Álex (21 años), y el de Carol, Marc (24). Otros dos primos hermanos hermanos de edades similares. También Neus, la tía de ambas y única hermana que no se emparejó con su familia paterna, tuvo primero una hija y después un hijo. Es decir, la nueva generación de esta familia está compuesta por tres chicas mayores y tres chicos pequeños.

Conscientes de todo lo que comparten, y de que cada una de ellas es además tan parecida físicamente a la madre de la otra, decidieron hacerse una prueba de ADN para saber exactamente en qué porcentaje de carga genética coinciden. Tanto los vídeos explicando su árbol genealógico como los que muestran el proceso de las pruebas han causado furor en las redes. «Lo entiendo y a la vez no», «a mí me pasa lo mismo»... Estas dos primas hermanas hermanas recibieron un aluvión de comentarios y más de una confusión, porque siempre se ven obligadas a aclarar que sus padres no son hermanos.

«Se formó mucho revuelo. Nosotras decidimos contarlo porque siempre que nos presentamos a alguien nos hacen muchísimas preguntas», dice Carol. «No sabemos si saldrá un porcentaje genético muy alto en común, porque nos parecemos cero físicamente. Ella es morena, yo rubia; ella es morena de piel, yo muy blanquita...», apunta Laia que, no obstante, señala que «por dentro, a la hora de actuar y en los gustos que tenemos, son iguales. Así que no sabemos, tenemos ahí la incertidumbre. Me llevo superbién, como con mis mejores amigas, pero sí que es verdad que con mis mejores amigas nunca tendré esta conexión tan fuerte como la que tengo con Carol.

«Tenemos las mismas conversaciones, las mismas peleas... Que no nos peleamos, pero nos chinchamos la una a la otra. Hacemos viajes, quedamos... estamos siempre muy cerca la una de la otra», completa Carol, que dice que lo de que cada una de ellas se parezca a la madre de la otra, tiene hasta gracia: «Por ejemplo, yo voy con la madre de Laia, que a veces vamos juntas al gimnasio, y siempre están diciendo: ‘Ay, es tu hija, os parecéis muchísimo’. Y mi tía siempre dice: ‘No, que es mi sobrina, mi hija es otra, pero no se parece tanto a mí’. Ellas son las que más se parecen, también en la forma de ser». Sin embargo, los padres de ambas, que son hermanos, no se parecen demasiado entre sí.

Un par de semanas quedan aproximadamente para que ellas descubran cuánto parecido tienen por dentro. Sin embargo, dicen sentirse como hermanas. «Creemos que compartiremos, y esperamos que así sea, entre un 20 y un 30 %. Queremos ser optimistas, ojalá compartamos lo máximo posible», indica Laia, que considera que si ese porcentaje da alto, todavía se sentiría más unida a Carol, si es que es posible. «Yo creo que aún puedo sentir que todavía es más hermana si descubro que lo es también a nivel genético, al nivel en que lo dice la ciencia. Pero no nos vamos a querer más ni a dejar de querer», afirma. Las dos mantienen que su familia, que al principio no le daba demasiada importancia a la prueba, también está deseando conocer el resultado.

FIESTAS SIEMPRE JUNTAS

Cualquiera diría que las familias de estas dos jóvenes estaban predestinadas a mezclarse. Afortunadamente todos se llevan estupendamente, estando como están condenados a entenderse. «Las celebraciones y las Navidades son muy fáciles, porque siempre nos toca juntos, en todas las fechas, tanto por parte de madre como de padre. ¡Vayamos con quien vayamos, nos veremos las caras!», dice entre risas Laia, que aprecia el hecho de «saber que, vayamos adonde vayamos, siempre estaremos juntas y no nos perderemos nada la una de la otra».

También mantienen una buena sintonía los abuelos de las dos, «nos quedan los abuelos, porque las abuelas ya han fallecido, pero siempre les había parecido superbién, cuanto más unida estuviese la familia, mejor. Si no llegamos a llevarnos todos bien, sería un drama», añade. Los únicos a los que no ven en todas las fechas es a sus tíos, los dos hermanos medianos, Neus y José Miguel, que se reparten con sus respectivas familias políticas junto a sus dos hijos.

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Ni Laia ni Carol tienen pareja en la actualidad, así que lanzan un aviso a navegantes: «Aún tenemos la posibilidad de repetir la historia y buscar a unos primos hermanos hermanos». De momento, prometen seguir actualizando su historia en TikTok y continuar tan unidas como si fueran hermanas, independientemente de cuánto compartan genéticamente sobre el papel.