Juana Fernández, la gallega que desarrolla la IA en Microsoft: «No ha habido una semana en la que no estuviera aprendiendo algo nuevo»

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Una brillante carrera, que esconde «un aprendizaje continuo y mucho valor» han llevado a esta coruñesa de 54 años a lo más alto en su sector. En el 2023 fue elegida una de «Las Top 100 Mujeres Líderes en España» en la categoría de «Top 10 Exterior»

10 feb 2025 . Actualizado a las 14:01 h.

Con 18 años Juana Fernández (A Coruña, 1970) salió de su casa de A Gaiteira para estudiar Teleco en Vigo, aunque primero estuvo un año en Santiago para hacer lo que antes se llamaba selectivo de ingenierías. Inició entonces un viaje sin retorno, que la ha llevado a vivir en cuatro países y a visitar 41. Al acabar la carrera se fue a Italia, después a México, en el 2009 regresó a Madrid, y un año después empezó a trabajar en Microsoft, donde lleva 15 años. Siempre ha trabajado con equipos, con jefes y compañeros, que estaban en Estados Unidos, adonde solía viajar con frecuencia, sobre todo, los meses de julio para acudir a las reuniones globales de la compañía. Unas estancias a las que luego se sumaban su marido y sus hijos, y que aprovechaban para pasar parte del verano al otro lado del charco.

 Pronto empezó a calar en ellos la idea de instalarse allí. Eran conscientes de que podía ser una buena oportunidad profesional tanto para ella como para su pareja, pero también para que sus hijos completaran sus estudios. La pandemia retrasó la idea más de lo previsto, pero en enero del 2022 por fin se mudaron a pocos kilómetros de la Gran Manzana. «Llevamos ya tres años. Mi hijo acaba de empezar la universidad y mi hija entrará en septiembre. La idea es quedarnos hasta que acaben. Después ya se verá, pero vinimos sin fecha de retorno», cuenta Juana, que regresa todos los veranos a su ciudad natal. «Nos gusta pasear por A Coruña, mis hijos hacen surf en Razo y también nos encanta ir a Sada o a Betanzos, donde pasábamos los veranos de niña».

Cuando se fue a Nueva York dirigía a un equipo comercial, que llevaba toda la parte de innovación de aplicaciones, pero desde el pasado mes de mayo es la responsable global de soluciones de datos e inteligencia artificial para los partners estratégicos de Microsoft. «Son las compañías más grandes, digamos, de servicios de tecnología, y trabajan para otras. Desde mi equipo, lo que hacemos es trabajar con ellos para que la tecnología con la que van a desarrollar sus aplicaciones y sus servicios sea nuestra tecnología y no la de nuestros competidores. Nos ocupamos de que conozcan la nuestra, de que tengan recursos suficientes para ser capaces de implementar proyectos, de que estén a la última de lo que sale, que puedan probar nuestros productos, que tengan a su plantilla formada en ellos, en nuestras plataformas...» dice Juana, que en el 2023 fue elegida una de ‘Las Top 100 Mujeres Líderes en España' en la categoría de ‘Top 10 Exterior'. «Fue un honor —apunta la ingeniera, que hace ya ocho años que empezó a trabajar con la IA—, es superinteresante estar en esa lista, pero también haber conocido a esas mujeres, con las que luego he estado en contacto, porque son personas superinteresantes. Creo que lo más bonito de esto es la visibilidad. A las mujeres nos falta mucho en esto de contar lo que somos y lo que hemos hecho o qué estamos haciendo con nuestra carrera. Pecamos un poco de quedarnos calladas. Y es muy importante. En mi caso, las top 10 son mujeres que estamos fuera de España trabajando, investigando o teniendo puestos relevantes. Yo me siento superorgullosa de ser una coruñesa trabajando en Microsoft, y llevar más de 30 años en el sector de la tecnología. Pero había otras mujeres con carreras muy importantes o interesantes como la mía», indica Juana, que está muy agradecida de que la compañía decidiera apostar por ella con 39 años, a punto de cumplir 40, y con dos niños menores de 5 años. A pesar de «estar en una situación bastante difícil, profesionalmente hablando», dice que la manera de trabajar, por objetivos, que le permitía gestionar su tiempo, le ayudó mucho a conciliar su trabajo con su vida personal. «La organización es clave». 

MAYOR VISIBILIDAD

Aunque asegura que en su sector siempre ha habido más hombres, Juana se muestra «esperanzada» porque dice que cada vez se ven más mujeres, sobre todo, en el área de analítica y procesamiento de datos o ciberseguridad. «Todavía nos falta mucho», apunta. «Yo creo que, tradicionalmente, el mundo de la ingeniería ha asustado un poco a las mujeres o las echaba para atrás. Se veía como un mundo muy masculino, sin embargo, las matemáticas o los datos sí que atraen más. Hace un par de años me contaba una compañera mía de Vigo, que ahora es profesora en una universidad en España, que han hecho un grado muy parecido al que tenían de ingeniería de datos, y le están llamando analítica de datos. Digamos que al quitarle la palabra ingeniería, hizo que recibiera muchas más solicitudes de mujeres de las que tenía antes, y el grado es, prácticamente, el mismo. Es un ámbito en el que cada vez hay más mujeres, pero es verdad que somos pocas, tanto en Europa como en Estados Unidos, en eso no hay diferencia», indica.

Esta coruñesa —a quien quizás conozcan por sus apariciones televisivas en el programa La roca, de la Sexta, donde cuenta, desde el punto de vista de una ciudadana más, lo que ocurre en Nueva York, que no es poco— apunta a varias posibles causas que podrían estar detrás del desequilibrio. «Al final, hay pocas mujeres con el background técnico, pocas que quieran seguir esa carrera, y a lo mejor, tener que dejar cosas atrás, hacer viajes, cambiar tu residencia, ver un entorno que es muy masculino... A mí me ha pasado muchas veces de ser la única mujer, y no estar en el grupo de WhatsApp en el que solo estaban los hombres», explica Juana, que aunque no se ha sentido discriminada en este sentido, sí que ha percibido un trato «diferente» por ser mujer.

«Lo he contado muchas veces, igual la actividad del equipo después de trabajar era ir a ver un partido o hacer kayak. Y yo le decía a mi jefe: ‘¿ Por qué no vamos al spa?'. Muchas veces es que no se dan cuenta de que las mujeres estamos ahí también. O están programando una charla y todos son hombres, y les tienes que decir: ‘Quizás deberíamos buscar una ponente que sea mujer'. Son este tipo de cosas, esa sensibilidad, lo que necesitamos por parte de los hombres para darnos visibilidad, que también estamos ahí». Sin embargo, asegura que las cosas, poco a poco, están cambiando y que cada vez más las empresas tienen una gran cantidad de programas para que haya más mujeres. «No es algo de ahora, en Microsoft desde que yo entré se fomenta la contratación de mujeres», indica Juana, que cuenta que el presidente de la compañía, Bradford L. Smith, tiene un libro donde compara la tecnología con una escoba. «Si la usas para golpear a alguien, puede ser una herramienta peligrosa. Pero si la utilizas para lo que sirve, no lo es».

Dice que detrás de su exitosa carrera hay «un aprendizaje continuo y un tema de valor». «Lo digo en las charlas que doy a gente más joven que está empezando, que nunca dejen de estudiar. Cuando terminé ingeniería estuve unos años trabajando, pero enseguida lo compatibilicé con un MBA, después hice un programa de desarrollo directivo, aquí en Nueva York acabo de hacer un programa de liderazgo en Cornell, una universidad top de Estados Unidos... Casi no ha habido una semana en la que no haya estado haciendo un training, una certificación, aprendiendo cosas nuevas, viendo cómo las hacen otros... Y también es un tema de valor. Más que de dejar atrás, de lanzarte a lo que te ofrecen. A mí cuando Anselmo Seoane, un profesor de la Universidade de Vigo, me ofreció irme a un centro de investigación en Italia, le dije que sí. No sabía ni una palabra de italiano ni lo que iba a hacer allí».

No solo se acuerda de Anselmo, dice que hay otras personas que también tienen mucho que ver en que ella disfrute ahora de este gran momento profesional. «Desde mis padres, que se esforzaron para que yo pudiera irme de A Coruña a Vigo a estudiar; a Anselmo, obviamente; o mi primer jefe en Italia; también cuando me dieron la oportunidad de entrar en una gran compañía como era Nokia en los años 2000; o mi marido, que ha estado conmigo siempre desde hace 25 años... Al final, no es una única persona, creo que hay como seis o siete que a lo largo de tu carrera te impulsan y te ofrecen oportunidades, aunque muchas veces haya que dejar cosas atrás o irte a otro país». Un país en el que ella está muy a gusto, porque como reside en las afueras, para ella vivir en Nueva York «es como vivir en el campo, rodeada de bosque», y solo se desplaza al centro de Manhattan para ir a la oficina, un par de veces por semana, o para disfrutar de todo lo que ofrece la ciudad. «Es lo que más nos gusta de estar aquí. Es increíble. El sábado fui al cine con mi marido, fuimos a ver E.T, y la presentaron Steven Spielberg y Drew Barrymore, y es como ‘guau'. Y esto no es que pase todos los días, porque tienes que trabajar, pero la cantidad de oportunidades que hay, lo que puedes hacer, la gente que conoces, te da mucha energía, es muy inspirador...».

Aunque moverse no entra en sus planes, no cierra la puerta a volver a la terriña, ahora que ha sido elegida como sede de la inteligencia artificial. «Nunca he pensado en mi carrera muy a largo plazo, siempre intento mirar a los próximos tres, como mucho cinco años, y creo que me ha funcionado hasta ahora. Donde estoy, estoy bien y tengo mucho por hacer, estamos haciendo muchísimas cosas en el área de inteligencia artificial desde Microsoft, y en los próximos cuatro años todavía me queda para estar aquí, pero después, quién sabe; tengo 54 ahora mismo, me quedan unos años de dar guerra, y nunca se sabe».