Lara Ferreiro, experta en terapia de pareja: «Hasta los 15 meses no tomaría una decisión trascendental»

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«Hay dos cosas que no se deben preguntar en la primera cita», asegura Ferreiro, que indica, además, que hay tres ingredientes básicos para que una relación funcione

22 feb 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Después del éxito de Adicta a un gilipollas, que no solo ha sido un superventas en español, sino que se ha traducido al polaco, al griego o al ruso, Lara Ferreiro (Madrid, 1988) experta en terapia de pareja, vuelve con ¡Ni un capullo más!, el método definitivo para quererte y encontrar a tu pareja, en el que habla de la importancia de hacer un buen «casting del amor» para evitar sufrimientos y perder años de vida. «Para mí es como recursos humanos, tiene que ser un proceso racional», asegura Lara, que se ha convertido en una de las psicólogas más mediáticas de España. «Me acaban de decir que entro luego en la tele, que Shakira ha sacado una nueva canción. Yo creo que la Shaki no lo supera. Ha inventado la facturoterapia».

 —Si le sirve para echarlo fuera...

—Yo creo que es, era, su hombre. Ella hizo la apuesta y la humillación no la perdonó. Yo creo que sigue enganchada.

 —Montoya y Anita te dan para otro libro, ¿no?

—Montoya reúne todos los ingredientes para ser el nuevo animal televisivo, ha hecho historia de la televisión. El programa de Whoopi Goldberg tuvo 200 millones de reproducciones con la escena de él corriendo por la playa y Sandra Barneda detrás. Hay que recordar que él ha estado peregrinando por todo tipo de programas. Quería ser famoso, pero, ojo, que el personaje se puede comer a la persona. Yo trabajo en Telecinco, y he hablado con personas de La isla de las tentaciones que me dicen: «Queremos ser famosos». Su objetivo es ser famoso, y hay un síndrome, el de Eróstrato, que es la adicción a ser famoso. ¿Qué pasa? Que cada vez tienes que hacer más contenido de tu propia vida para seguir ahí, y te puedes convertir en un juguete roto con el tiempo. Yo creo que Montoya tiene la gracia andaluza, es impulsivo, celópata, etcétera y está buscando ir a Supervivientes, y acabará yendo, por supuesto, sabe hacer televisión. Creo que ha replicado el «¡¡¡Estefaníiiiiiia!!!». Hay una parte que es natural, pero también sabe muy bien lo que hace. Han hecho muy buen casting.

 —¿Le auguras mucho a la pareja, que parece ser que han vuelto?

—No tienen ningún futuro, pero como buena relación tóxica tienen el efecto boomerang: van, vuelven, van... Aparte de eso, en este caso hay un tema televisivo, tienen que facturar ahora seguidamente para comprarse un chalé. Todo forma parte de un plan.

 —¿Qué es más fácil: deshacerse de un gilipollas o que se te cuele un capullo?

—Las dos son igual de complicadas. Desengancharse de una relación tóxica te va a llevar un tiempo, sufrimiento.... Al final, acostarse con un capullo te cuesta dos años de tu vida. Al principio, todo es genial, incluso piensas que cambiará, se dará cuenta de que soy maravillosa... A los seis o siete meses ya no quiere nada contigo, tú te sientes mal, le quieres dejar, él te dice que no, estás un poco más, lo dejáis, pero te hace banquillo, vuelve... Entre una cosa y otra son dos años, con un tío al que no le tenías que haber dedicado ni un solo día, o como mucho, una cita.

 —Sin embargo, esto pasa...

—Yo veo muchas mujeres que llegan, como Tamara Falcó, a los cuarenta y pico, que no se han centrado en el amor, y han tenido que coger un capullo porque quieren ser mamás. Yo creo que Tamara dijo: «De duelo son dos años, total, para coger a otro capullo parecido, casi mejor me quedo con el que tengo». Yo a él lo he visto en el gimnasio, y pensaba: «Uy, que no me reconozca, porque con todo lo que he soltado ...». Le voy a enviar mi libro otra vez. El primero ya se lo envié a Villa Meona y también a Pedralbes a Shakira.

 —Hay perfiles que se ven a distancia...

—Está el fóbico al compromiso, el que nunca se quiere ir contigo o tener una relación, que en realidad no te quiere, muchas veces justificamos esa ausencia de enamoramiento real con un miedo, porque igual a los dos meses se casa con otra; luego está el HEND (hombre emocionalmente no disponible); el metralleta sexual, este es Álvaro Muñoz Escassi; el infiel crónico, que también metemos a Escassi.... Es que yo creo que la única esperanza para él es una relación abierta. Se ha estudiado, yo leí muchas investigaciones, el gen de la infidelidad... Curiosamente, acaban de ser el día del soltero y del amante y después San Valentín. ¿Por qué crees que es así? Porque tú no puedes justificar a tu pareja que hoy no vas a comer o cenar con ella, entonces la gente lo celebra un día antes con el amante. Estamos en máximos históricos de infieles: 8 millones y medio de hombres, y 7 millones y medio de mujeres.

—¡Cuidado con Escassi que tú lo tienes muy cerca en Telecinco!

—Lo tengo, lo tengo, pero está con Sheila, que no se entera de nada, ella vive en su mundo feliz. Sabe perfectamente lo que tiene, a lo mejor tienen un acuerdo. Pero a mí que no me toque ni con wifi. Yo, cuando le veo, me voy rápidamente para otro lado... He hablado con varias exnovias que tuvo, y coinciden en que hace una campaña electoral increíble, te vende una película de que contigo va a ser diferente, que está en otra etapa... Este tipo de seductores, para mí, son infieles crónicos, capullos máximos que siguen una estrategia, y te intoxicas. Por eso es tan importante el casting del amor del que hablo en el segundo libro, porque si te intoxicas, los tres primeros meses de todas estas hormonas, y ya te imaginas que es el hombre de tu vida, estás perdida, te vuelves sorda y ciega.

—¿Y si no lo ves venir cómo sabemos que esa relación no nos lleva a nada?

—Con preguntas clave. Hay que investigar, la información es poder. El otro día me decía una paciente: «Estoy con un hombre que no sé si quiere tener hijos, pero no me atrevo a preguntárselo después de seis citas por si se va». Hay que preguntarle: ¿qué quiere? ¿Qué no? Si quiere pareja y niños. Lo segundo, ¿cómo ha acabado con sus exnovias? Si te dice que son todas unas locas, que están fatal, puede que sea un psicópata, porque que todas estén loquísimas es sospechoso. Y por último: ¿qué situación emocional tiene? Si te dice: «Estoy saliendo de una relación», no ha olvidado a su ex. Y también si le ha sido infiel a sus exnovias. Tengo pacientes que cuando se lo preguntan a la primera o segunda cita, el tío les dice: «Sí, yo a todas». Me acuerdo de una anécdota de una famosa de este país que estaba con otro famoso superinfiel, un torero hiperconocido, se fueron a México y estaban haciendo un ritual maya de nuevo año, y él dijo: «Por favor, por favor, pido a los mayas no ponerte los cuernos». Y ella siguió con él. Tendría que haberse ido. 

—¿Todo eso en las primeras citas?

—Sí, tiene que ser muy al principio. Cuando razonas, cuando eres racional y puedes discernir entre lo bueno y lo malo.

 —¿Hay gente que prefiere relaciones mediocres antes que estar sola?

—Muchísima. Siete de cada diez mujeres han tenido o tendrán una relación tóxica. Yo lo llamo el hombre tirita, que es cuando estás dolida, tienes una herida, en vez de coger mercromina y curarte, pones una tirita, pero no te has curado nada. El mayor miedo de la mujer es la soledad y el del hombre que le quiten la libertad. Justamente, contrarios. Además, ahora más que nunca, hay muchos capullos y capullas, no es cuestión de género, que hacen el método banquillo. Como somos una sociedad narcisista, no queremos renunciar a nada, y está quedando con varias personas sin decir nada. Y al tener miedo a la soledad, vas a permitir cosas muy tóxicas con tal de que te dé migajas.

 —De ahí el «casting» que recomiendas...

—Para mí el casting es como recursos humanos. Tiene que ser un proceso racional. Creo que habría que demandar a Disney, nos ha destrozado la cabeza metiéndonos ideas, y a los hombres también, de amor, del príncipe azul... Son creencias erróneas que nos hacen idealizar un concepto que te puede hacer mucho daño, si no lo haces bien, y más a los latinos, a nosotros, porque yo viví en Nueva York y hacen un casting del amor más racional.

 —Dices que no hay que decidir nada importante los primeros meses.

—He visto personas que al quinto mes deciden casarse. Él le pide matrimonio, y luego le hace la espantá. Hay que esperar a que baje toda esa bioquímica, porque luego ves a la persona real, que puede coincidir que sea maravillosa o no. Mínimo 15 meses para tomar una decisión. Cuando nos enamoramos todos estamos en una campaña electoral.

 —¿Solo te enamoras tres veces de verdad?

—Máximo tres, pero no las tienes que agotar. Ojalá, te quedases con una persona para toda la vida. Pero nuestra generación no es tan así. No hay el concepto del amor para toda la vida.

 —Hablas de tres ingredientes para que funcione una relación.

—Pasión, porque si no, sería un amigo; compatibilidad, fundamental tenerla en el proyecto de vida; y complicidad, al final, se trata de encontrar a alguien que te haga feliz.

 —¿Hay infidelidades que tienen vuelta atrás?

—Las hay de dos tipos: puntual y crónica. Si es una persona que te lleva poniendo los cuernos toda la relación... o una que es la primera vez que lo hace. En cualquier caso, la infidelidad nunca se perdona, creo que aprendes a vivir con ello. En las parejas que ha habido infidelidad, nunca jamás, y he visto muchísimas, vuelve a ser lo mismo.

 —¿Qué límite pondrías desde la primera cita?

—Que haya hecho todos los duelos de su pasado. Que venga limpio, porque si no, al final va a volver con la ex o te va a marear. Yo le preguntaría qué situación emocional tiene.

 —¿Qué no preguntarías nunca en la primera cita?

—Algo que he visto en pacientes mías, y no preguntaría ni en una primera ni segunda es cuánto ganan o si es bueno en la cama. Eso no se puede preguntar.

 —Además de banderas rojas y verdes, dices que está de moda la beis...

—Es la bandera del aburrimiento, no es que sean mala, es una señal de que es un soso. Por ejemplo, que vea los documentales de La 2 los sábados por la noche en vez de ir contigo al teatro. O si tú no juegas al golf, que juegue todos los fines de semana... Cosas que a ti te aburren.

 —¿Es necesario pasar un tiempo solo entre pareja y pareja?

—Si no has hecho el duelo dentro de la relación, sí. Porque cuando estamos muy mal lo que hacemos es coger al hombre tirita, y si no has pasado el duelo anterior, vas a repetir patrones una y otra vez, porque como no sabes estar sola, ese es el problema. Es fundamental aprender a estar sola.