
Netflix narra en «Vinagre de manzana» la historia de una joven australiana que triunfó por decir que superó un tumor cerebral de forma natural. Espóiler: era mentira
12 mar 2025 . Actualizado a las 12:10 h.«Podéis buscarlo en Google». Es la última frase de Vinagre de manzana, de Netflix. Dicho y hecho. Las búsquedas del nombre Belle Gibson, el de la protagonista de la miniserie, pero también el de la persona en la que se basa la historia, se han disparado. ¿El motivo? Descubrir cuánto hay de verdad y de mentira en una producción en la que, una vez más, la realidad supera a la ficción.
La serie relata el caso de una joven australiana a la que interpreta magistralmente Kaitlyn Dever y que se hizo famosa en su país por su relato de haber superado un cáncer terminal a través de una dieta natural y métodos alternativos. Gibson se abrió una cuenta en Instagram, @healing_belle (belleza curativa), en la que explicó que le habían diagnosticado un tumor cerebral en el 2009, con solo 20 años. Según contó, los médicos le habían dado solo seis semanas de vida, por lo que, tras someterse a quimioterapia y radioterapia, decidió dejar los tratamientos y «realizar una búsqueda para curarme de forma natural a través de la nutrición, la paciencia, la determinación y el amor», dijo. Su mensaje caló y acumuló más de 200.000 seguidores en Instagram, que entonces acababa de despegar. Muchos eran pacientes de cáncer que vieron en Gibson una esperanza.

Su historia de superación encandiló al público y la joven lo aprovechó para lanzar una app móvil de recetas saludables en el 2013 bajo el nombre The Whole Pantry (‘Toda la despensa’). Se convirtió en la más descargada en su país y Apple le echó el ojo. Así, contrataron a Gibson para el lanzamiento del Apple Watch. Además, numerosas revistas, como Elle o Cosmopolitan reconocieron su labor.
El éxito de la entonces influencer no se quedó en los dispositivos móviles, ya que en el 2015 publicó un libro de recetas con el mismo nombre de la app. En él compartió 80 elaboraciones que, según aseguró, la habían llevado a la curación. Fue el principio de su fin. A pocas semanas de que saliese a la venta, su entonces amiga Chanelle McAuliffe, a la que da vida en la ficción Aisha Dee, empezó a desconfiar. «La senté y directamente le pregunté si tenía cáncer», relató.
Las chicas se conocieron en el 2014, cuando Chanelle realizaba prácticas en una editorial y Gibson la contactó para que escribiese un artículo sobre ella. «En aquel momento Belle era una influencer viral y su aplicación de recetas había sido adquirida por Apple. Me invitó a uno de sus eventos y nos hicimos muy amigas», explicó Chanelle que, al año se dio cuenta de que la historia de Gibson no era sólida. «Mi primera señal fue lo difícil que era sacarle información sobre su enfermedad», dijo. Chanelle trasladó sus sospechas a un periodista que entonces estaba investigando las donaciones benéficas que Gibson había anunciado, entre ellas un crowdfunding para financiar el tratamiento de un niño con cáncer cerebral. La influencer no había entregado lo prometido. Ese fue el hilo del que tirar y que acabó con la mentira de la joven, que nunca pudo aportar ninguna prueba médica, ya que no existía.
«Nada es cierto»
Gibson aplicó eso de morir matando y, tras saltar el escándalo, concedió una entrevista en televisión en la que dijo: «Tener cáncer fue algo que creí durante mucho tiempo». Así, echó balones fuera y argumentó que un terapeuta alemán la diagnosticó erróneamente. Con su imagen por los suelos, la chica acudió más tarde a otro medio, en este caso una revista, en la que, por fin, confesó: «Nada es cierto».