Amanda Metcalf, adiestradora canina: «Como mínimo los perros necesitan dos horas de paseo al día»

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ADRIÁN BAÚLDE

No necesita lo mismo un perro anciano que un cachorro. Eso lo sabe bien esta adiestradora canina afincada en Pontevedra, que ocupa parte de su jornada en pasear a los perros de las familias que contactan con ella. «La demanda ahora mismo son paseos individuales», señala

22 abr 2025 . Actualizado a las 18:22 h.

Las dificultades con las que se encontró una amiga suya con su perro, «que estaba muy desesperada, porque no encontraba ayuda», le provocó tanta frustración a Amanda Metcalfe (Pamplona, 1992), que acabó formándose como adiestradora canina para ayudarla. «No solo a ella, sino a todas las familias que lo necesitasen, para fomentar que no hubiese abandonos, porque cuando la gente se encuentra obstáculos, lamentablemente, ocurre», explica Amanda que, una vez que se metió de lleno en este campo, empezó a ver que «no solo se trata de problemas de conducta, sino que hay muchas familias que tienen dificultades para conciliar su vida laboral, algún problema de salud, una cierta edad y no pueden pasearlo, o simplemente tienen perros completamente diferentes, por ejemplo uno de 10 años y un cachorro, y el tipo de paseo que necesitan no tiene nada que ver», explica este navarra afincada desde hace 11 años en Pontevedra. 

—¿Cuántos perros paseas a la vez?

—Actualmente, voy paseando de uno en uno, pero si tengo gente que me pide que esos perros socialicen, puedo juntarlos y hacer paseos en grupo. La demanda ahora mismo es individual. Si haces paseos grupales, tienes que hacer un estudio previo de cómo es cada perro, sus características, las razas, tamaño, carácter...

 —En caso de agruparlos, ¿cuál sería el criterio: raza, tamaño o comportamiento?

—Hay que ver la compatibilidad que tienen entre ellos, el tamaño tampoco influye mucho, a no ser que tengas un perro grande y muy enérgico, y otro de tamaño pequeño y tranquilo, sabemos que van a poder estar juntos, pero llega un momento en que van a chocar, porque la energía que tienen es completamente diferente. Hay que agrupar a los de las mismas características.

 —¿Notas diferencias de comportamientos entre razas?

—Hay razas que son mucho más tranquilas que otras. Por ejemplo, una persona joven, enérgica, que tiene tiempo, podría ser muy compatible con un border collie, que es un perro muy nervioso, muy activo, que demanda mucha actividad. Los perros activos suelen ser los destinados a determinadas profesiones, por ejemplo, un pastor alemán, el golden retriever, el pastor belga... Son razas muy demandantes, requieren que la familia tenga mucho tiempo para ellos. Si es una familia que busca algo de tranquilidad, mejor que sea un perro de tamaño pequeño, mediano, que vaya a ser más compatible, por ejemplo, un bulldog, un carlino, un yorkshire…

—¿Cuántos paseos haces al día y de cuánto tiempo cada uno?

— Ahora mismo cinco, tengo a cinco familias diferentes. El tiempo depende de lo que busque cada una. Tengo un caso que son dos perritos ancianos, y uno de ellos tiene necesidades especiales, es sordo, tiene artritis, artrosis... lo que hago es adaptar el paseo. Esta familia, por ejemplo, quiere un paseo de media hora, pero tengo otras que tienen perros muy activos y demandan un paseo de una hora a diario. Me adapto a las horas de las familias. Normalmente suele ser por la mañana, que es cuando menos tiempo tienen.

 —¿Cómo son esos paseos?

—Depende de las necesidades de cada familia, pero lo ideal sería combinar zonas urbanas y zonas verdes. Las zonas urbanas permiten que el perro sea expuesto a estímulos como coches, motos, personas de diferentes edades. Y las zonas verdes son las que otorgan un poquito más de libertad al perro, sobre todo, fomentando la socialización entre ellos mismos de una manera segura, permitiendo el contacto con otro tipo de situaciones como corredores, bicis. También es muy necesario tener en cuenta la época del año en la que estamos para realizar los paseos.

 —¿Por qué?

—Ahora mismo, en primavera, existe el riesgo de encontrar la procesionaria, que es tóxica para los perros, por lo que tenemos que evitar esas zonas. En verano tenemos que tener en cuenta las altas temperaturas, lo fundamental es encontrar zonas frescas, con sombra, agua; y en invierno, la humedad y el frío, ya que si los expones continuamente a eso, les pueden ocasionar ciertas complicaciones de salud. Hay que buscar una combinación entre momentos de relajación y momentos lúdicos, para que el perro pueda jugar con otros perros y conmigo, siendo siempre un juego controlado, con seguridad, hacia otros perros y otras personas, evitando obsesiones y un cansancio extremo. Y hacia el final del paseo lo que se busca siempre es un período de vuelta a la calma, para que cuando regresen a casa vayan lo menos sobreexcitados posible, y no incurran en algún problema de comportamiento de romper cosas, de estar ladrando continuamente por esa excitación.

 —¿Entonces es lúdico? No hay clase, no hay lecciones de adiestramiento...

—Lo que me diferencia como profesional de una persona particular es mi formación de adiestramiento canino. Yo soy especialista en modificación de conductas, que me ayuda a prevenir posibles conflictos y situaciones incómodas entre perros. Imagínate que estoy paseando con el perro de una familia, y quiere socializar con otro, y yo detecto, por mis conocimientos, que la comunicación no es buena. Si yo permito un acercamiento, se va a generar una mala experiencia, vamos a tener un conflicto, y puede derivar en un trauma. También tengo conocimientos en enfermería veterinaria, en caso de emergencia, puedo prestar el primer auxilio al perro.

 —¿Qué haces si se te escapa o se te pone agresivo?

—Realmente, cuando van de paseo no se les suelta, la ley lo prohíbe. Si la familia quiere que vaya suelto, tiene que firmar una autorización. Además, como profesional, no puedo soltarlo sin conocer al perro. Tengo que establecer un vínculo con él, que sea positivo, para que el perro quiera también interactuar conmigo, hacerme caso, y en una zona segura donde sé que el perro no se podría escapar, lo podría soltar. Siempre en zonas protegidas, donde no haya ningún tipo de peligro ni para el perro ni para el resto de personas. Si sabes que el perro tiene algún problema de conducta, porque ya te han avisado los dueños de que es un poco reactivo o agresivo con otros perros, lo que hago es trabajarlo en el paseo para que después a las familias les resulte mucho más sencillo enfocar los paseos y no sea un calvario para ellos.

 —¿Antes de salir con el perro pasas un rato con él?

—Cuando una familia contacta conmigo, siempre tengo una entrevista con ellos para conocer cómo es el perro, qué carácter tiene, qué rutina sigue, qué juegos le gustan más, cómo socializan en la calle, qué tipo de miedos ven que tiene, aunque yo después pueda detectarlo. Pero siempre hay una entrevista con la familia para conocer al perro y saber un poco cuáles son sus necesidades y adaptarme a sus características.

 —¿Cómo es la relación con los dueños de los perros?

—Completamente cercana, si hay una buena comunicación, tienes un buen servicio. A veces, voy a los domicilios, no hay nadie en el interior ni cuando los cojo ni cuando los dejo. Normalmente, se firma un contrato, me dan permiso para acceder a la vivienda, y cuando los dejo de vuelta, los aviso. Si quieren ver cómo disfrutan durante el paseo, les puedo mandar vídeos.

 —¿Cómo manejas a los perros que tiran mucho de la correa?

—Lo que hago es, a base de potenciar el vínculo que tienen conmigo, fomentar que el perro se dé cuenta de que va a ir mucho más cómodo y va a ser más divertido ir a mi lado que ir tirando. ¿Qué pasa? Que eso es un trabajo lento, no lo vas a solucionar en un paseo.

 —¿Todos pueden aprender a caminar bien con la correa?

—Todos los perros, absolutamente todos, independientemente de la edad que tengan. Es mucho más sencillo enseñar a un cachorro porque no tiene vicios y ya no va resabido, que se dice, pero un perro adulto puede aprender a cualquier edad.

 —¿Se portan mejor los perros con un tercero que con los dueños?

—Siempre me dicen que cuando estoy yo se portan mejor, pero es porque conozco exactamente lo que tengo que hacer con ellos, les doy confianza, seguridad, el perro lo detecta y va mucho más cómodo. Pero en cuanto la familia ya tiene los conocimientos que necesita para entender a su perro y aprender a comunicarse bien con él, tiene el mismo resultado.

 —¿Qué es lo más difícil de este trabajo?

—Que una familia quiere que lleves a los dos perros a la vez y tengas que pasear, por ejemplo, a un perrito anciano y a un cachorro. Ahí tienes que tener mucha destreza, porque tienes a un cachorro que lo único que quiere es correr, jugar, actividad y a un ancianito al lado que lo que quiere es todo lo contrario.

 —¿Cuantos más años, menos ganas tienen de pasear?

—No, no está ligado a eso. A ellos les encanta salir, siempre se lo suelen pasar bien, a no ser que tengan algún tipo de trauma y lo hayan pasado mal en la calle.

 —¿Tienes servicio de cuidado en tu casa si se van fuera?

—Sí, si una familia por cualquier motivo prevé que va a estar más de seis horas fuera, y quieren que tengan asistencia, pues hago según lo que necesiten: que les dé la comida, medicinas o simplemente que tengan compañía en su propio domicilio.

 —¿Cuántos paseos necesita como mínimo un perro al día?

—Te diría que entre tres y cuatro, y tendrían que ser paseos de calidad, es decir, combinar zonas urbanas y zonas verdes.

 —¿De cuánto tiempo?

—A mí personalmente me gusta que sean de una horita. Es verdad, que no todo el mundo, debido a la situación personal de cada familia, puede proporcionarles cuatro horas de paseo al día. Pero sería lo que necesitaría el perro. Si no puede ser una hora, mínimo de 40 minutos.

 —¿Cuánto cobras por cada paseo?

—Depende del tiempo que la familia quiera que dure el paseo y de lo que quieras que se haga. Si es una familia que me pide que lo baje cinco días a la semana una horita por las mañanas, estaríamos hablando sobre unos 20 euros por paseo.