Laura se fijó en Fran viendo una cita suya con otra chica en «First Dates»: «Lo vi por la tele, escribí un tuit para encontrarlo y llevamos dos años juntos»

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No se conocieron en el propio programa, pero sí gracias a él. Laura vio cómo Fran cenaba con otra chica por la tele y le gustó. En cuanto se conocieron en persona, el flechazo fue instantáneo... y duradero
19 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Laura cuenta que estaba tan tranquilamente una noche cenando en su casa con la tele puesta. Que de vez en cuando ve First Dates, aunque no de forma religiosa ni a la misma hora. Pero el 2 de enero del 2023, cuando encendió la pantalla, asegura que no se imaginaba que ese programa le cambiaría la vida. Vio aparecer a Fran en escena, que había ido al programa para mantener una cita con otra chica. «Y pensé: “Mira qué mono”. Encima dijo que era friki, otaku, como yo. Y que le gustaba el videojuego League of Legends, que son cosas que compartimos. Lo vi muy salado, porque a mí me encanta la gente de Andalucía, de hecho tengo muchos amigos allí», comenta Laura, que ni corta ni perezosa, en cuanto terminó el programa, escribió el siguiente mensaje en X (antes Twitter): «¿Alguien conoce al Francisco malagueño friki? Que si la cita no cuajó, me ofrezco para una segunda». Ni siquiera la desanimó que Fran y la chica de la cita se dieran un sí y acordaran verse de nuevo. «No sé si fue por las risas, o sería por mi impulso de Aries», apunta Laura, @hopeinveins en redes. Fran, un cáncer muy lanzado, recibió el tuit con sorpresa, pero tampoco dudó ni lo más mínimo en recoger el guante.
«A MÍ ME PASÓ LO MISMO»
«Al día siguiente de emitirse el programa, una amiga mía que había entrado por curiosidad en las redes para ver lo que decían de mí, se encontró con el tuit de Laura. Me pasó la captura y me dijo: “Ojito, que alguien se ha interesado por ti”. Pensé: “No puede ser, alguien me ha visto en la tele y se ha interesado”. Me parecía surrealista», relata el afortunado, que instantáneamente se puso a buscarla. «Y me pasó lo mismo. La vi guapeta, que tenía unos gustos muy parecidos a los míos, y viendo sus tuits me transmitía muy buena sensación, así que dije: “Venga, para adelante”. Me lancé y le hablé». Le respondió con un «puede que sí», y Laura, asegura, se quedó «loca»: «Vi una notificación, me metí, leí eso y empecé a stalkearle [a revisar su perfil]. Cuando vi su foto, me di cuenta de que era el chaval de First Dates». Afortunadamente para ella, la relación con la chica del programa no prosperó fuera.
A partir de ese momento en el que él le respondió al famoso tuit, empezaron a seguirse mutuamente en Instagram y a hablar por privado. No durante mucho tiempo, aproximadamente un mes, porque el 19 de febrero, poco después de ese San Valentín, se conocieron en persona. Fran se movió desde su Fuengirola natal hasta Valencia, donde residía Laura, para la auténtica first date de su vida.
Dicen ambos que sintieron algo así como si se conocieran desde mucho antes. No dejaron de hablar, y la confianza y la química entre los dos fue instantánea. Fran, que tiene amigos en Valencia, había quedado con uno de ellos para ir a dormir a su casa. «Dije: “Pues mira, si sale mal la cosa no pasa nada, me quedo en casa de mi amigo, duermo ahí, lloro y ya está"», indica Fran, que finalmente pasó la noche de la mejor de las maneras: con Laura. «Y eso que yo tenía la cosa en la cabeza de que no creía que le hubiera gustado. Hablábamos bien y eso, pero no veía que se lanzase ni me diese ninguna señal». «Es que soy muy tonto para eso, pero obviamente, sí que me gustaba», confirma él.
ÉL DEJÓ SU VIDA POR AMOR
Desde entonces no se han vuelto a separar y ya han pasado un par de años. Al principio, Fran iba cada mes a ver a Laura, que vivía sola. Hasta esta pasada Nochebuena, que él decidió dejar Málaga y mudarse con ella. «Fue una decisión fácil y difícil a la vez para mí. Yo tenía muy claro que quería hacer mi vida con ella. Pero claro, también es irme de donde siempre he estado, de mi tierra, y de casa de mi abuela, que es con quien yo he vivido desde muy pequeño. La verdad es que me adapté superbién a esto y estoy muy contento», indica Fran, que dejó su trabajo indefinido en el servicio de limpieza municipal, en el que llevaba tres años, «pero no me importaba dejarlo, porque no tenía la intención de quedarme ahí, sino que era un poco para pagarme mis gastos mientras iba viendo otras opciones». Afortunadamente, encontró muy rápido trabajo en Valencia, primero como mozo de almacén, aunque dice que no le gustaba mucho y prefirió no renovar, y después en el almacén de alimentos de una empresa de cátering, donde continúa actualmente.
De momento, la pareja no habla de boda, pero confiesa entre risas haber afrontado una prueba de las duras: «Ya hemos superado la de ir juntos a Ikea». Y fueron con éxito a más sitios, porque el impulso televisivo de Fran ya contagió a Laura. Tanto que concursaron de la mano en el especial de San Valentín de La ruleta de la suerte. «Para mí fue literalmente cumplir un sueño. Siempre había querido ir», dice ella. Su novio, siempre de avanzadilla en estos menesteres, se presentó para ver si había la posibilidad de concursar en pareja: «Yo quería que fuésemos, porque a mí me gusta la cámara y tal, pero a ella le hacía mucha ilusión. Quería que cumpliese su sueño, y fue muy buena experiencia».

Es posible que el currículo televisivo de esta pareja no se acabe aquí. «El otro día hicimos el casting para ir a Atrapa un millón, aunque su examen de cultura general era de bastante nivel, dejamos como la mitad de las preguntas en blanco», afirman. El objetivo de presentarse al concurso, además de vivir otra buena experiencia, sería ganar un dinero con el que unir sus dos mundos en un viaje. «Tenemos pensado irnos en algún momento durante un mes y pico. Yo soy otaku, como Fran, pero sobre todo me gusta mucho la cultura coreana, de hecho tengo un proyecto sobre k-pop», indica Laura, que añade que otro buen destino para ese dinero sería reformar la casa. Y tienen más planes: «También queremos adoptar un perro».
Si Fran decidió en su día ir a First Dates es porque ya era un seguidor del programa. Se apuntó y contactaron con él. Rellenó un formulario en el que asegura que le preguntaron de todo, «un poco más, y te preguntan los pelos que tienes en el cuerpo», bromea. Lo que intentan con toda esa información es buscar a alguien que sea afín a la persona. Un mes después, ya estaba grabando la cita, y dice que a priori acertaron, pero que no cuajó. «Me trataron superbién, fui con muchos nervios, sobre todo al ver el pasillito típico del programa y a Carlos Sobera saludándome», recuerda.
¿Contarán con una cita de esta pareja que se conoció gracias a la magia del programa, pero fuera de él? Por el momento no, y no es porque ellos no estén deseándolo. «De hecho, les hablamos. Es más, hace poco recibí un correo después de dos años de mi participación, preguntándome qué tal me había ido, si seguía con la chica que conocí en la cita, si nos habíamos casado... lo típico. Estaban preparando un especial y aprovechamos para contarles lo que había pasado. No respondieron, y entonces Laura les contactó por WhatsApp, pero le dijeron que querían llevar a parejas que hubieran surgido dentro del programa», explica Fran, que también quería que su novia conociera a Carlos Sobera, «un tío supermajo». Una pena no poder ver televisada esta historia que traspasó la pantalla.