Aida Poppins, la experta que explica las finanzas para niños: «Usar tarjetas de pago aplazado para consumo es un error»

YES

¿Cómo Shein nos está pasando la factura a todos? ¿Qué son los «gastos colador»? ¿Cuál es hoy la mejor inversión? Son algunas preguntas que responde esta autora de una guía para saber administrarnos desde niños
31 may 2025 . Actualizado a las 19:16 h.Muchos se reirían si les preguntásemos «¿qué es el dinero?», pero no tanto al ver un extracto detallado de los gastos del mes. Esa pregunta, que parece de niños, la ha convertido la influyente economista Aida Poppins en el título de una guía para aprender a sumar, multiplicar, no restar y crecer... con las cuentas a favor. ¿Un libro para niños? Sí, pero también para los adultos que no identifican los «gastos colador», dónde y cuándo es provechoso invertir o si podemos dormirnos en el colchón de una vivienda en propiedad.
—¿Qué es el dinero y cómo hacemos para no perder el que ingresamos?
—Mucha gente de generaciones como la nuestra, de los 60, los 70 y los 80, ha crecido pensando que el mundo financiero es para los profesionales y que los demás estamos ahí para mirar. Pero la realidad económica, al final, nos impacta constantemente, desde entender una noticia hasta saber cómo funciona una nómina, qué impuestos son los que se pagan, si pedimos una hipoteca qué intereses vamos a pagar...
—¿Qué es lo primero?
—No solo entender de qué estamos hablando, sino no tener miedo al mundo financiero y mirarlo con esa lejanía de «¿tipos de interés? ¡Desconecto!».
—De la misma manera que Tonucci habla de «las matemáticas de la pasta» para echar cuentas en lo doméstico, ¿el aprendizaje de las finanzas debe estar al alcance de los chavales?
—Totalmente. Ahora sí se está empezando a ver que algunos niños comienzan a recibir información, pero el hándicap suele ser el no trasladarlo a lo más corriente. Cuando estaba en clase y me empezaban a hablar de la fórmula del interés compuesto desconectaba... Pero el interés compuesto es fundamental para entender el dato de inflación que dan hoy las noticias o para ver cómo funciona si yo empiezo a ahorrar dinero cómo puedo aprovecharlo. Habría que poner ejemplos corrientes, no una fórmula, porque para calcular hoy tenemos calculadoras y ordenadores que nos lo hacen. Lo que hay que hacer es sobre todo entender qué hay que calcular.
—¿Es necesario ahorrar y no fiarlo todo al sistema de pensiones?, ¿qué debemos hacer para empezar a gestionar el dinero bien?
—En España somos ciudadanos pasivos. Vivimos en un Estado en el que nos retienen los impuestos y no elegimos qué nos retienen, se destinan a una serie de cosas y no elegimos a qué se destinan, fijan cuál es el importe que vamos a tener de pensión, que no elegimos ni tú ni yo... Somos pasivos, lo hacen todo por nosotros. Primero, tenemos que entender cómo funciona el sistema para ver si la tendencia en pensiones cuando me jubile, dentro de 20 o 30 años, va a ser sostenible.
—¿Ahorrar es indispensable?
—Ahorrar siempre es buena idea, tener un colchón, porque siempre puede surgir un imprevisto. ¿Qué pasa si tienes que dejar el trabajo y te ves con una mano delante y otra detrás? Hay que tener un colchón a largo plazo porque podemos calcular cuál va a ser nuestra pensión a los 55 años, pero ahí no tenemos la capacidad de si empezamos a hacerlo a los 25.
—¿La clave para ahorrar es ser austero, ver cada céntimo que gastamos?
—Totalmente. Hay un dicho que es: «Preocúpate de los peniques que las libras ya se preocupan ellas solas». Muchas veces el dinero se va por lo que llamo «gastos colador». Tienes el gasto mensual del alquiler, pero luego que si vas a una tienda, sales a cenar, pagas una suscripción, el móvil... Los gastos pequeños son muy numerosos. Vivimos en un momento en el que, con tanta exposición en redes, vemos qué hace el resto de la gente y es fácil pensar «si los otros pueden, ¿por qué yo no?». El problema es esa facilidad para gastar de manera continua. De la pandemia para acá se veía la política monetaria de reactivar la economía a base de que haya mucho dinero en circulación. Eso para la persona de a pie es pan para hoy y hambre para mañana. Te dan facilidad para pagar con un préstamo cualquier cosa, y ya no es que tenga intereses, sino el chip «puedo irme mañana, ya lo pagaré». Y voy acumulando: el préstamo de las vacaciones, el de la vuelta al cole, el de la lavadora que se estropeó. Son gastos colador que me hacen perder el control de mi economía. Un pago lo hago en cuatro cuotas, el otro en seis, otro en doce... y ya no sé cuándo habré terminado de pagar y cuánto me queda.
—¿Qué es más importante: ingresar mucho o gastar poco?
—Gastar poco es la clave. De nada me sirve tener un sueldo de 3.000 euros si cada vez me gasto los 3.000. Puedo tener un sueldo de 1.500 y conseguir cada mes un poco. El ahorro es más importante que el ingreso.
—¿Las personas millonarias son las más austeras, miran cada céntimo?
—Creo que si vienen de una situación en la que no eran ricos han tenido que aplicar esa austeridad y miran mucho más en qué gastan su dinero en proporción a lo que ganan. Lo que estamos viendo más y se va a ir consolidando con el paso del tiempo es que la gente que es rica tendrá cada vez mayor patrimonio porque el resto no somos capaces de crear patrimonio al recurrir a todas esas facilidades de pago que nos están dando.
«En financiación, para cualquier cosa que sea de consumo y prescindible pedir un préstamo es un error. ¿De los peores errores? Las tarjetas de crédito de pago aplazado»
—¿Cómo se llega hoy ahorrando a fin de mes teniendo hijos y un sueldo de 1.500 euros?
—Hay gastos que podemos reducir, se consume más de lo que se consumía en los ochenta porque no se tenían esos gastos mensuales infinitos. Hoy se tienen caprichos que antes se veían lujos, pero es cierto que hay cosas que están fuera de nuestro control. Lo hacemos lo mejor que podemos con los recursos que tenemos.
—¿Cómo hacemos para gastar generando ahorro y evitando «gastos colador»?
—Hay que fijar un porcentaje del sueldo mensual, y ese porcentaje debe desaparecer de la cuenta a principios de mes. No puedo ahorrar lo que me queda en la cuenta a fin de mes, porque, generalmente, lo que me queda es nada... ¿Qué dinero supone el 10 % de mi nómina? ¿200 euros? Pues en cuanto cobre la nómina, esos 200 euros salen de mi cuenta y se ponen aparte. Con lo que me queda en la cuenta debo pensar en cubrir todos los gastos del mes, incluido el salir a cenar un día. Con el dinero que he traspasado a otra cuenta a principios de mes, lo ideal es encontrar algo que venza la inflación. Siempre hemos asociado invertir con un hombre vestido de traje en Wall Street. Pero todos debemos invertir nuestros ahorros, e invertir en algo que nos haga no perder dinero cada mes. Estamos instalados en una coyuntura de la gente que no tiene capacidad de ahorrar y gente que puede ahorrar, pero debe hacerse la pregunta: «De cuatro o cinco años para acá, cuánto vale mi dinero, cuánto he perdido con ese dinero que he mantenido en una cuenta aparte?». Hay que pensar en un depósito a plazo fijo o un fondo de inversión que se adapte a mis necesidades, para que eso pueda seguir valiendo al menos lo mismo que vale hoy. Porque con el paso del tiempo el dinero que tenemos vale menos.
—Una frase que se oye a menudo: «A los niños no se les habla de dinero». ¿Estás de acuerdo?
—Hablarles de dinero a los niños a mí me parece algo fundamental, porque el día de mañana van a tener que enfrentarse al mundo hablando de dinero. Es fundamental que, desde pequeños, entiendan qué es el dinero y cuál es su valor. Lo ven jugando con cromos. Cambian un cromo por otro, pero si el cromo es de los que no tocan nunca no lo van a cambiar por otro, como otro cromo cualquiera. Si eso lo entienden, pueden entender perfectamente el funcionamiento del dinero.
—¿La vivienda es una inversión segura, de las más seguras que hay?
—La vivienda es, entre comillas, «el crédito bueno universal». Es una inversión que voy a recuperar a largo plazo. Cuando pido una hipoteca, suele ser un interés bajo, y la ventaja al contratar una hipoteca es que voy a comprar un bien a precios de hoy que van a ser superiores el día de mañana. Si la vendo, recupero como mínimo la inversión que he hecho. Con un coche esto no sucede, pero puede ser un bien de primera necesidad. Para mí, el quid de la cuestión al comprar un coche es adquirir uno acorde a tus necesidades. No la idea de «tengo 12.000 euros ahorrados, así que pido un préstamo para comprar un coche de 50.000». No tiene sentido por el hecho de que te pongan un crédito a disposición comprar el coche más caro que te puedes permitir. Hay mucha gente, y esto lo he visto los años que trabajé en oficina, que llega al banco y pide «el crédito más alto que puedas». Es un error.
—¿Cuál es la mejor inversión y el peor préstamo que podemos pedir?
—En financiación, para cualquier cosa que sea de consumo y prescindible pedir un préstamo es un error. ¿De los peores errores? Las tarjetas de crédito de pago aplazado, que te permiten aplazar con una cuota muy bajita. Dices: «Me voy de vacaciones y pago una cuota de 60 euros al mes», pero al final te va a costar más el interés que lo has pedido. ¿El traje de novia con una tarjeta de pago aplazado? Mal.
—¿Y lo mejor para invertir hoy?
—Yo siempre hablo del umbral de sueño. Invierte en algo que no te quite el sueño por la noche. ¡Si te da miedo, no lo hagas! Más que productos de inversión malos, hay productos que son poco acordes a la persona y el momento. ¿Productos que suelen funcionar bien para la persona de a pie? El depósito a plazo fijo, que es el producto que menos riesgo tiene de todos, y los fondos de inversión, que siempre implican algún tipo de riesgo. ¿Qué cantidad de riesgo debemos asumir? La que no nos quite el sueño. Cuanto más mayores, menor debe ser el riesgo del producto de inversión.
—¿Se puede ser feliz sin morir en el intento de ahorrar?
—Yo creo que sí. Hay que vivir. Vivir en un mundo excesivamente austero tampoco... A lo mejor en los 80 pedían una hipoteca, pero mientras no se acabase de pagar la casa no se compraban unos zapatos y ni te permitías echar la carta a los Reyes Magos por si acaso. Hay que encontrar un equilibrio. No podemos dejar de intentar disfrutar de las cosas, porque el tiempo pasa y no podemos quedarnos estancados a ver si mañana la situación mejora, a ver si ahorrando mucho ahora en unos años estoy mejor.
—¿Qué factura nos pasa Shein y qué tiene que ver con los aranceles de Trump?
—Shein ha sido un bombazo desde el 2020 para acá. Tiene unas ventas online que superan con creces a las de Zara. Cuando se importan cosas hay que pagar aduanas y aranceles, pero suele ser a partir de un importe. Con esas pequeñas compras en Shein, la gente de Estados Unidos y de la UE está adquiriendo miles de millones de productos. No hay controles de calidad, eso supone una ventaja competitiva con respecto a las tiendas que venden en España. Zara, cuando importa, paga una serie de impuestos, pero cuando compramos paquetes de tan pequeño importe de Shein no pagan impuestos... Eso les hace cada vez más potentes como empresa y se deja de recaudar una cantidad de dinero bárbara con todas esas importaciones de cosas de bajo coste. En la Unión Europa deben seguir unos pasos similares que en EE.UU., que no han detallado, para eliminar el límite que había para quedar exento de pago para ese tipo de importaciones que hacemos con las compras en Shein.