Nueve errores que no debes cometer si te vas de interraíl

Paulino Vilasoa Boo
P. VILASOA LA VOZ

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SrdjanPav | ISTOCK

Menudo planazo. Recorrer media Europa con tus colegas con el curso ya terminado. ¿Qué más se puede pedir? Pero ojo, que hay fallos de novato que pueden complicaros la fiesta

30 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Va a ser uno de los viajes de tu vida. De eso no hay duda. El interraíl es de esas experiencias que te va a dar risas, aventuras, descubrimientos y anécdotas que contarle a todo el mundo en los próximos años. Pero cuidado. Antes de ponerte la mochila a la espalda y salir pitando para recorrer Europa en tren, ten en cuenta estos consejos para que ningún imprevisto te lo chafe.

1. Reserva asientos en los trenes

Es el principal consejo que dan quienes ya lo han hecho. No te confíes con los trenes, porque algunos requieren reserva obligatoria, aunque tengas el pase. No hacerlo te puede acarrear una multa. Incluso en los trenes que no te obligan a hacerlo es recomendable reservar de antemano todas las plazas. «Es verano, final de curso y suelen ir llenos», nos recuerda desde Nautalia Viajes en A Coruña Daniel Pérez, que prefiere que lo llamemos Dani. «Te gastas 8 euros extra por reservar, pero te aseguras el asiento». Lo ideal es pillarlos con antelación. Un par de meses. Si eres de los que lo dejan todo para el último día, hazlo como muchísimo siete días antes de la salida del tren.

Fíjate también si hay ofertas. Porque Renfe y otras operadoras sacan de vez en cuando descuentos en la compra de los billetes para muchísimos destinos europeos en fechas concretas. Este año, hubo un 15 % de descuento para los que se compraban desde el martes, 11 de marzo al 1 de abril.

2. Familiarízate con el pase

«Activar el pase interraíl es lo más difícil, lo que más quebraderos de cabeza da», resalta Dani. Se puede adquirir online (en la propia página de Interraíl o en la página de Renfe), y por suerte, la propia app incluye unos vídeos cortitos que lo explican todo al detalle. Es esencial activarlo correctamente antes del primer viaje para registrar cada trayecto. Si no lo haces, igual te cae una multa o te quedas fuera del tren. Y muy importante: familiarízate con el sistema antes de salir. Si lo haces después, igual te frustras en pleno viaje. Y eso nunca cunde.

También existe el pase a la vieja usanza, en su versión formato físico, aunque en este caso no es gratuito. Con este, tendrías que ir rellenando a mano todos los datos de los trenes.

3. Sé flexible

Para el interraíl hace falta una cierta planificación, pero tampoco llevarlo todo grabado en piedra. Hay que tener clara la ruta y qué se quiere visitar. Sobre todo, a la hora de sacar los pases, porque hay muchas opciones: desde los flexibles, que permiten viajar 4, 5 o 7 días a lo largo de un mes, o 10 o 15 días en el plazo de dos meses; a los continuos, con los que se puede viajar cuando se quiera en un período concreto. «Por hacerse una idea, el de 4 días permite visitar entre 3 y 5 ciudades», nos ayuda Dani. Hay que llegar a un equilibrio. Ni querer ver de más ni dormirse en los laureles. Y dejar margen para la improvisación. Puedes encontrar algo que te flipa y en lo que merece la pena detenerse un poquito más. Pero ir demasiado a lo loco puede salir caro.

4. Hospedaje y trenes nocturnos como alternativa

Lo dicho: vais a ir, seguramente, en una de las temporadas de mayor demanda del año, y los hoteles y hostales seguramente estarán a tope. Encima, vais en pandilla, con mucha gente, y si buscáis al llegar a cada ciudad, hay mucha probabilidad de os quedéis en la calle.

«Nosotros les reservamos en una habitación privada con baños privados, porque al ser un grupo grande, no hay una gran diferencia de precio», explican desde esta agencia de viajes.

Pero ante cualquier imprevisto, mente abierta. Si no podéis dormir en la misma habitación, tampoco pasa nada. Los días de interraíl también son ideales para la aventura.

Luego, está la opción de los trenes nocturnos. «Aunque son más caros, sobre 20 euros, también permiten ahorrarse una noche de hotel», aconseja Dani.

5. Ojo con el presupuesto diario

Sí, es una obviedad, pero el pase de interraíl cubre solamente los trenes. Ni hoteles, ni comidas, ni el resto de transportes urbanos. Y hay a quienes, con la euforia de los primeros días, se les va la olla y se ponen a gastar como si no hubiera un mañana, o subestiman lo que valen las cosas en el resto de Europa. Y claro, luego, cuando se va acercando el final, pasa lo que pasa. Acordad un presupuesto diario realista e intentad ceñiros a él, sobre todo al principio.

6. La mochila, que sea ligera, por favor

A ver, que te vas solo unos días. Vas a estar cargando cada dos por tres con la mochila, y fijo que alguna vez te va tocar correr para no perder un tren. Así que, a la hora de meter cosas, con sentidiño. Tampoco es cuestión de meter toda tu vida. Cuanto más ligera y ágil, mejor.

Y aunque Europa es, en general, muy segura y los ladrones no se suelen fijar en grupos de chavales mochileros, atentos a las pertenencias. Nunca cunde gestionar un robo en el extranjero. Y ya no te digo si te quedas sin la documentación necesaria para seguir viajando o volver a casa.

Por cierto, no te olvides de sacarte la tarjeta sanitaria europea, si no la tienes. Que eso aligera muchos trámites.

7. El móvil, ese colega que te puede dejar tirado

El móvil es nuestro mayor aliado, pero también puede ser un gran punto débil. No te confíes. Lo llevas todo ahí, y corres el riesgo de quedarte sin batería. Todo el día sacando fotos, whatsappeando, mirando direcciones, usando las apps. Y luego llegan los lloros. Llévate una batería externa —cargada, por favor, que hay quien la lleva al mínimo—, y también enchufes adecuados para el país al que vas. Lo mejor es un adaptador universal. Y, en cualquier caso, aseguraos de apuntar algunas cosas importantes en papel, por si acaso.

8. «Apps» que te salvan de un apuro

Aparte del propio pase, hay varias apps que son imprescindibles. Rail Planner es esencial. Te permite buscar los horarios de trenes actualizados, planificar el viaje y reservar asientos.

También Rome2Rio y Google Maps. Y acuérdate de descargar el modo sin conexión de los sitios a los que vas.

También deberías llevar offline Google Translate con los idiomas de los lugares en los que vas a parar.

Pero que eso no te quite el aprender algunas palabras en las lenguas locales. Aprovecha, ya que vas. Que eso siempre te abre puertas de cara a relacionarte con los ciudadanos de esos sitios, que van a agradecer que muestres respeto y curiosidad por lo suyo.

9. Datos, datos «everywhere»

Ahora en Europa da gusto. Lo de hablar por teléfono o conectarte a la red a es más fácil que nunca. Pero asegúrate de configurar bien el roaming antes de ir, que ya no serías el primero que llega allí y, de repente, no tiene conexión. La wifi, o que alguien a quien sí le vaya te comparta datos, es siempre el mejor aliado para contactar con tu compañía telefónica y arreglarlo. Y ten en cuenta también que los datos no son ilimitados en el extranjero. A partir de cierto volumen, todo empieza a ir mosqueantemente lento. Así que aprovéchate de la wifi de cafeterías y hostales y no abuses de tus datos móviles.