Un interraíl por todo lo alto, última tendencia tras aprobar el bachillerato

Elena Silveira
elena silveira A CORUÑA / LA VOZ

EDUCACIÓN

Alumnos de Las Esclavas de A Coruña en Londres
Alumnos de Las Esclavas de A Coruña en Londres

Los estudiantes hacen coincidir el viaje con eventos culturales o musicales

25 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

«La mayoría de los niños y jóvenes ya tienen normalizado el hecho de viajar. Quien más quien menos ya lo ha hecho con la familia, así que para fin de curso buscan destinos especiales y que les aporten una experiencia diferenciada». Teresa Parada, agente de Galaecia Viajes, explica que los alumnos gallegos que terminan el bachillerato preparan el viaje de fin de curso con mucha antelación. Algunos, según explica, ya empiezan con los trámites en septiembre y, aunque los hay que organizan el itinerario por su cuenta, cada vez son más los que acuden a agencias especializadas en estos servicios.

Óscar Regal, director general de Viajes Embajador y miembro del consejo directivo de la Asociación Galega de Axencias de Viaxes (Agavi), confirma que, desde hace tres o cuatro años, hacer un interraíl es «un absoluto bum» entre los jóvenes que terminan la educación secundaria posobligatoria. «Nosotros estamos especializados en este tipo de productos. Se trata de un viaje muy completo que incluye visitas culturales, eventos lúdicos y que permite elegir diferentes rutas y tiempos en función de las ciudades que se quieran visitar y del tiempo disponible». Así, un interraíl puede costar entre 1.200 y 1.800 euros por persona, con una duración media de 15 días, incluidos los billetes de tren, los hoteles y los vuelos hasta las ciudades europeas de partida y de regreso. Explica también que los jóvenes suelen realizar este viaje después de examinarse de la PAU, en el mes de julio.

Zuriñe y Marta son dos jóvenes coruñesas que estudian segundo de bachillerato en las Esclavas. Explican que toda la clase se puso de acuerdo para hacer el mismo interraíl a partir del próximo 12 de julio. «Nos desplazamos en avión hasta Bruselas y desde allí nos trasladaremos a Ámsterdam, Berlín, Viena, Praga, Budapest y Split (Croacia). Nos dividimos en cinco grupos, pero, al haber gestionado con la misma agencia el viaje, coincidiremos en casi todos los itinerarios y hoteles». Explican que estarán de ruta hasta el 28 de julio y, aunque comenzaron con los preparativos a principios de curso, todavía no saben los eventos a los que acudirán: «El año pasado se celebró la Eurocopa, pero estamos tan centrados en preparar los exámenes que no hemos tenido tiempo de mirar si hay algún concierto o algo interesante que nos coincida. Lo haremos en junio...». De hecho, muchos jóvenes intentan que su visita a algunas ciudades coincida con conciertos o eventos musicales internacionales.

Malta

Estas dos jóvenes coruñesas conocen gente de otros centros escolares que se irán de viaje de fin de curso a Malta, que también está muy de moda. «Claro que nos gustaría irnos de fiesta allí, pero queríamos un viaje más completo, con opciones culturales, y, además, todo el mundo con el que hablamos nos recomendó hacer el interraíl. Así que la decisión fue fácil».

Óscar Regal indica que los tiempos han cambiado mucho, y los jóvenes ya no solo buscan la fiesta para un viaje que recordarán el resto de su vida. «Creo que es una evolución social maravillosa. Hace veinte años, el objetivo al terminar el bachillerato era irse a Mallorca de fiesta, pero esto ha cambiado. Ahora prima el viaje cultural y de turismo activo», confirma.

Aunque las islas Baleares siguen siendo un clásico, Belén Muñoz, de Kanvoy Viajes, confirma que la demanda bajó muchísimo, sobre todo entre los estudiantes gallegos. «Seguimos vendiendo este producto, pero ahora los alumnos van sin profesores, por lo que contratan el viaje con la presencia de monitores, excursiones, actividades de agua, visitas o entradas a discotecas ya cerradas. Ahora está mucho más de moda irse a Malta desde Madrid, por ejemplo. También es un destino de playa que ofrece ocio y diversión», explica.

José Ramón Rebollo, jefe de estudios de Esclavas en A Coruña, confirma que este tipo de viajes les «permite a los alumnos abrirse al mundo, de forma controlada». Y, a nivel convivencia, estrechan lazos de forma más profunda.