Carmen Martínez, doctora en Sociología: «Si se hace un regalo a un profesor, no se deberían gastar más de 3 euros»

Andrés Quintián / S. F.

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Carmen Martínez

Con el fin de curso muchas familias se ven obligadas a agasajar al maestro, ¿es normal hacerlo? La experta responde

21 jun 2025 . Actualizado a las 13:19 h.

¿Un fin de semana en un hotel? ¿Una experiencia en un balneario? ¿Una camiseta firmada por todos los alumnos? ¿Un dibujo?... Son muchos, y cada vez más variados y originales, los regalos que se hacen a los profesores cuando llega final de curso. Es habitual que la iniciativa no sea siempre de los alumnos, sino que los padres, a través de los grupos de WhatsApp, se ponen de acuerdo para agasajar al maestro cuando llegan las vacaciones de verano. Ese cariño, en forma de regalo, no siempre tiene la misma forma, por eso hay quienes se oponen rotundamente a gastar un dinero extra para el profesor. Carmen Martínez, doctora en Sociología, investigadora y coordinadora académica del Máster en Oirentación Educativa Familiar de Universidad Internacional de La Rioja,  pone luz sobre un tema que todos los años a estas alturas del año genera roces. 

—¿Eres partidaria de que los padres gasten dinero en regalos para los profes?

—Sí, siempre y cuando el contexto personal y académico de las familias lo permita. Es un detalle muy bonito, pero no es imprescindible para mostrar aprecio a los docentes.

—¿Los regalos a los profes se hacen de corazón o por obligación?

—Primero con el corazón, eso seguro, porque es un acto que sale de un grupo de familias, y también de los propios alumnos, que muchas veces son los que les piden a sus padres hacer ese regalo. Esto es muy interesante, porque los niños son los que plantean qué vamos a hacer, no qué vamos a comprar, por tanto, sale del corazón.

—¿Cuál es el límite de gasto para un regalo?

—Lo primero sería consultar a cada centro académico, porque cada uno tiene sus políticas. Y en cualquier caso, si se hace un gasto, que no supere un número simbólico de euros.

—¿Cuál?

—Yo diría que máximo unos 3 euros por familia, siempre que se lo puedan permitir. Si alguna no puede, cualquier tipo de regalo inmaterial sirve: desde un aplauso a modo de reconocimiento a unas flores del jardín , para así evitar hacer ningún tipo de gasto.

—¿Los regalos que hacen los propios alumnos reflejan mayor gratitud que los que hacen los padres en grupo?

—¡Qué interesante pregunta! El hecho de recibir un regalo a final de curso encierra muchos significados. Esa admiración, esa gratitud, esa comprensión también hacia la importantísima labor docente. ¡Qué mayor ilusión y regalo para un profesor que ver cómo su labor diaria, que es encomiable, se puede ver reflejada en un dibujo, una carta, una manualidad!

—¿Ese regalo puede cambiar el recuerdo del docente acerca de una promoción?

—Claro, el regalo es un reconocimiento. Puede ayudar a hacer una valoración de lo que ha sido el curso, pero no tanto en función del coste económico, sino por el hecho de que se hayan acordado del maestro.

—¿Qué pasa si algunos padres deciden no participar en los regalos? ¿Hay prejuicios? Lo esperable es que no existan prejuicios y que prime más la empatía y la comprensión hacia los demás que el hecho de juzgar al otro. ¿Qué sucede? Que al final, en un grupo hay gente muy variada y las formas de ser y de entender al resto también cambian mucho. En ningún caso debería juzgarse a nadie si no quiere dar esa aportación económica.

—¿Crees que los profesores comentan acerca de los regalos?

—Yo diría que no, la verdad.

 —¿Es una tendencia que perdurará con el tiempo?

—Puede ser que llegue a perdurar, porque cuando un hábito de consumo tiene éxito y, además, responde a un momento concreto, como es el curso, eso sí que llega a afianzarse. Lo que puede variar es el tipo de regalos que se hacen o la cuantía del gasto que se realiza. Podría darse una tendencia en algún momento a regalos más inmateriales.

—¿Crees que se hacen más en los colegios que en los institutos?

—En las etapas formativas donde los docentes tienen más contacto con las familias suelen ser más habituales. Cuando los chicos ya son mayores, es normal que ya los padres no participen tanto, y sea una iniciativa de los alumnos.

—¿Qué opinas acerca de los «packs» regalo con experiencias?

—Pueden estar hechas con la mejor intención, pero en ocasiones también pueden poner en cierto compromiso a la persona que lo recibe, porque quizás no le puede dar uso, entonces va a estar preocupada por ese gasto que han hecho unos padres y unas madres muy ilusionados y que les ha supuesto un esfuerzo.