¿Por qué la segunda parte de «El diablo vista de Prada» ya es un éxito, a un año de su estreno en cines?

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Habrá que esperar 20 años para ver cómo han evolucionado Miranda Priestly y su asistente Andy Sachs. Qué difícil es dar continuidad a las historias de mujeres, aunque hayan sido un éxito en taquilla
12 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.«La historia nos parecía maravillosa, se llamaba La buena esposa, probablemente por eso tardaron 14 años en conseguir hacerla», dijo Glenn Close en los Globos de Oro tras recibir en el 2019 la estatuilla por su trabajo en The Wife. «Todas tenemos historias que contar y proyectos que necesitan financiación. No nos hablen de ellos esta noche en las fiestas. Invítennos a sus despachos en un par de días, o vengan al nuestro, como mejor les convenga, y hablemos de ellos», afirmó Frances McDormand al recibir el Óscar en el 2018 por su papel en Tres anuncios a las afueras. «Para quienes en la industria todavía se aferran a la idea de que las películas protagonizadas por mujeres son de nicho: no lo son. El público quiere verlas y, de hecho, ganan dinero», sentenció Cate Blanchett en el 2013 tras llevarse la preciada estatuilla de la Academia por Blue Jasmine.
Estos manifiestos son solo algunos de los muchos que explican lo que cuesta, en la industria cinematográfica, llevar a la gran pantalla películas protagonizadas por mujeres y que cuentan sus propias historias. Y el caso práctico más paradigmático es esta secuela de El diablo viste de Prada, que llegará a los cines previsiblemente el próximo 1 de mayo del 2026, según el medio especializado Variety, tras dos décadas desde la emisión del filme original, que fue un éxito en taquilla. Recaudó 326.551.094 euros, un 833 % de lo que costó.
La secuela de «El diablo vista de Prada» se cimienta en el mismo equipo artístico

Por fortuna, todo lo bueno se hace esperar, y el planteamiento de la segunda entrega está bien atado y cimentado. Solo el hecho de convencer a Meryl Streep para hacer la película ha sido un éxito, pues la actriz —21 veces nominada y ganadora en tres ocasiones del Óscar— rompió su norma de no hacer nunca secuelas, salvo una breve aparición de otro éxito en taquilla como Mamma Mia!
Además, Streep no es la única que repite en el papel de Miranda Priestly. También lo hace Anne Hathaway como Andy Sachs, Emily Blunt como Emily Charlton, y Stanley Tucci como Nigel. El que no vuelve a aparecer es Nate, el novio de Andy. Ese que le exige que deje su trabajo en la revista Runway, al tiempo que le pide que lo acompañe en su sueño de ser chef. ¿Qué diría a esto el personaje interpretado por Gleen Close en The Wife?
En la nueva entrega también vuelven a estar detrás de las cámaras dos figuras esenciales de la primera obra: el director, David Frankel, y la guionista, Aline Brosh McKenna. Además, el argumento, más que una continuación, es una historia en sí misma, y parece un reflejo del presente: Miranda Priestly y Emily Charlton compiten por el control de los ingresos publicitarios de la revista al tiempo que Miranda se aproxima a una posible jubilación.
Una posible retirada que, casualidad o no, coincide con el anunciado adiós de Anna Wintour como directora de Vogue, revelado el pasado mes de junio. Aunque seguirá vinculada a Condé Nast, su salida marca el fin de una era en la industria editorial. No es un dato menor que fue precisamente Wintour quien inspiró a Lauren Weisberger para crear el personaje de Miranda, columna vertebral de la novela que dio origen al fenómeno cinematográfico en el 2006.
Las ganas de ver en la gran pantalla cómo se cierra el camino iniciado hace 20 años están revolucionando el verano en la ciudad de Nueva York. Turistas, residentes, seguidores de la película y medios de comunicación se están encargando de difundir en internet todas las imágenes posibles del rodaje. Cada uno de los estilismos que lucen las protagonistas —un gran trabajo de figurinismo que no tiene nada que envidiar al que se realiza en las películas de época o bélicas— está siendo ya analizado al detalle. «Gracias a la gente de vestuario, ¡porque eso fue como efectos especiales para nosotros!», reconoció la propia Meryl Streep tras ganar el Globo de Oro por el papel de Miranda.
Harán falta veinte años para ver la segunda parte de «El diablo vista de Prada»

Todo lo que se ha dado a conocer de la película hace pensar no solo que podrá repetir el éxito de taquilla, sino también que ofrecerá una propuesta cinematográficamente digna, respaldada por buenas interpretaciones. Quizá incluso llegue el cuarto Óscar para Streep. Pero también por una historia buena y digna.
Sin embargo, sorprende la puntuación que cosechan películas como esta en las plataformas de divulgación cinematográfica. En Filmaffinity, por ejemplo, apenas alcanza un 5,7. Muy por debajo de las notas que obtienen otras obras con segundas partes, como El Padrino (8,9), El Señor de los Anillos (8,0) o Star Wars (7,9). Sagas cargadas de testosterona que siempre encuentran un mayor respaldo social.
Por fortuna, la crítica no subestimó El diablo viste de Prada. Figuras de renombre en el sector, como Helen O'Hara, dieron en la diana con su valoración de la primera entrega: «Esta obra inteligente y divertida no está hecha solo para satisfacer a la generación de Sex and the City; es el Wall Street del siglo XXI».
La hegemonía de la cultura patriarcal tiende a relegar todo lo que tenga que ver con trapitos o con aquello vinculado al espacio de lo femenino. Para todos ellos, queda el monólogo que Miranda Priestly le lanza a Andy Sachs en su primer día de trabajo. «Es un tanto cómico que pienses que hiciste una elección que te exime de la industria de la moda, cuando, de hecho, estás usando un suéter azul que fue seleccionado para ti por las personas que están en esta sala… cogido de una pila de cosas».
«That's all», como diría Miranda Priestly.