
Es la propuesta de cada vez más negocios que aprovechan su ubicación privilegiada en el mar o en el río. Kayaks, pedaletas, surf, «paddle», «aquabike» y hasta manguerazo incluido con la consumición
23 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Comer y tomar algo al borde del mar o del río es ya, sin duda, un plan en sí mismo. Pero cada vez hay más locales en Galicia en los que la propuesta salta de la mesa al agua y que, además de la consumición correspondiente, permiten vivir una experiencia refrescante e, incluso, deportiva. Baños de sobremesa, rutas en kayak y en pedaletas o un par de horas de surf en un entorno idílico de forma improvisada. Todo sea por exprimir un día de verano inolvidable.

La pérgola de O Ézaro. O Ézaro, Dumbría (A Coruña)
El bar situado en plena pérgola de O Ézaro, a los pies de su popular cascada, aprovecha su espectacular enclave para que el cliente pueda conocerla a remo. Ovidio Castro, que gestiona esta concesión municipal, al igual que la del Bitácora, ubicado en pleno paseo marítimo, impulsó también AdventurÉzaro, una empresa de turismo activo que organiza rutas en kayak por la cascada. «Mucha gente viene a tomar algo, ve el movimiento de los kayaks o a otros poniéndose los chalecos, preguntan y, si hay sitio, en 10 minutos salen», cuenta Castro, que suele organizar salidas cada dos horas, aunque necesita que haya marea alta y eso hace variar también los horarios. «Cualquier época es buena siempre que haga buen tiempo, porque pueden subir hasta niños». Van dos monitores en kayak y otro de apoyo en una zódiac. «Hay gente que subió al kayak con ropa de calle y hasta con vestido, pero lo recomendable es ropa de playa o cómoda, porque algo te vas a mojar siempre. Nosotros les damos chaleco y bolsa estanca para guardar el móvil», indica Castro. La ruta cuesta 25 euros por persona y dura entre hora y media y dos, dependiendo de la cantidad de integrantes del grupo y del clima. «El máximo son 30 personas por salida, pero pueden ser 20, 10 o incluso cuatro», explica.

La Duna Beach Club. Playa de Barrañán, Arteixo (A Coruña)
Son muchos los que se acercan a este local para tomarse un respiro en plena jornada de playa y, sin estar apuntados a su escuela de surf, muchas veces sin ni siquiera haberse subido a una tabla, se animan a probar el surf o el «paddle» al ver que pueden alquilar una. «Además, damos clase de iniciación y también para personas que ya sepan. La gente alquila la tabla en la barra», indica Pablo, que gestiona el local junto a su socio César. Desde esa barra ofrecen un menú sencillo en el que destacan las hamburguesas y el churrasco, y también todo tipo de bebidas, además de vermús, tinto de verano y unos mojitos que tienen mucha salida. Eso sí, advierten desde La Duna de que el alcohol hay que dejarlo para cuando uno se baje de la tabla. El alquiler de la misma es de dos horas de duración y cuesta 20 euros, 25 con neopreno. La clase de surf grupal es de 30 euros, y la individual cuesta 60. Las vistas no tienen precio.

Restaurante Playa de A Cova. Playa fluvial de A Cova, Lugo
Casi no les queda deporte acuático por ofrecer en este restaurante que es una auténtica aventura. «Aquabike», kayak, «paddle» surf, pedaletas... Todo se alquila al momento para que puedas complementar con un plan diferente la comida, que es de elaboración a la carta. Las zamburiñas, las croquetas, la carne de vaca, la paletilla, el solomillo de cerdo, los pescados del día y las ensaladas son algunas de las propuestas de un menú elaborado con productos de kilómetro cero y regado por una bodega variada. «Recomendamos reservar cuatro o cinco días antes, porque estamos a tope», avisa Diego Rodríguez, que gestiona esta concesión municipal desde el 2011 y alquila el kayak y la pedaleta por 20 euros una hora para 4 personas y 15 euros para 2 personas. En el caso de las tablas, cuesta 10 euros alquilar una. El «aquabike» cuesta 25 euros por persona. Disfrutar desde el agua de la belleza de esta playa fluvial es un auténtico plan de verano.

Bar Gaddafi. Barra de Miño, Ourense
El Gaddafi es un auténtico refugio junto al Miño. Su terraza, repleta de mesas —40 entre semana y 80 los fines de semana— está rodeada, además de por las vistas al río, por una frondosa arboleda donde da gusto tomar algo. Disponen de bebidas y una máquina de «snacks», pero también alquilan kayaks. Abren de 16 a 22 o 23 horas todos los días. «Tenemos taquillas para que la gente guarde sus cosas y puedan coger el kayak», afirman desde el local, que dispone de cuatro embarcaciones individuales y cuatro dobles y ofrece una hora por 8 euros por persona, «el mismo precio desde hace diez años». Además, ofrecen como suplemento el alquiler de una parrilla por 7 euros por persona que tienen bajo techo en su terraza, de casi mil metros cuadrados. «Nosotros te ponemos la mesa y tú puedes comer aquí desde las 12 de la mañana hasta última hora de la tarde», dice el gerente del local desde hace 45 años.

Restaurante O Loxe Mareiro. Carril, Vilagarcía (Pontevedra)
Poco queda por decir de este proyecto de cocina y vida de Iago Pazos y Marcos Cerqueiro, que perfilaron esta reinterpretación limpia y sugerente de una taberna mariñeira del siglo XXI. El restaurante elegido por la princesa Leonor y los reyes tiene el mar por bandera. «Todo empieza y termina cerca del mar», señala Pazos desde este local en el que cantan las mareas y que ofrece, para culminar sus largas sobremesas en la terraza (hasta las 18.30 horas), un servicio de toallas con su nombre bordado —que también tienen a la venta— y con las que el cliente puede secarse tras darse un baño o refrescarse con la manguera que ya tienen dispuesta para ello. «Siempre hacemos la broma de que el baño va incluido en el precio del menú», indica el copropietario, que dice que muchos clientes bajan las escaleras para meterse en el agua o mojar los pies. «La gente también utiliza la manguera de forma muy natural», indica Pazos, que asegura que combinan su concepto de restaurante gastronómico con este tipo de experiencias para relajarlo. «Este no es un sitio encorsetado», afirma.

Chiringuito Kenia. Playa de Area, Viveiro (Lugo)
En este chiringuito el cliente puede encontrarse, además de su terraza al lado de la apacible playa de Area, a la popular yegua de la persona que lo dirige, Marina Dovale. Y desde este verano, también a un peluquero con el que cambiar de look con vistas al mar y un servicio de alquiler de pedaletas con tobogán cuyo horario depende «do tempo», como apunta Marina, que indica que podrán utilizarse en aquellos días en los que la meteorología acompañe. Únicamente pueden alquilarlas personas adultas, que tendrán que ponerse el chaleco salvavidas. No obstante, el chiringuito dispone de hamacas y de dos areneros en los que los niños también juegan y disfrutan.