Carla Rodríguez, ingeniera informática de 24 años: «Donde hice prácticas ya me contrataron»

Candela Montero Río
Candela Montero Río REDACCIÓN / LA VOZ

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MARCOS MÍGUEZ

Esta profesional tenía empleo incluso antes de terminar la carrera y pudo independizarse con solo 21 años

24 sep 2025 . Actualizado a las 11:04 h.

Toca madera Carla Rodríguez (Ponteareas, 2001) al decir que tiene trabajo. Y eso que ella ya salió de la carrera con un puesto. Es más, no había ni terminado el grado y ya tenía empleo. Estudió Ingeniería Informática en la Universidade da Coruña (UDC) y en la empresa en la que hizo prácticas durante el cuarto curso ya la contrataron. El de las prácticas es un trampolín que le sirve a muchos en esta disciplina: «Buena parte de las empresas buscan ya en la entrevista que después continúes como trabajadora fija», explica Carla.

Esto es solo una muestra de una realidad: en el ámbito de la informática hay trabajo. «Es innegable que a día de hoy es una herramienta fundamental en nuestra vida y abarca un campo mucho más grande de lo que puede parecer en un principio», alega Carla. Por eso, cree que, aunque la carrera va ganando popularidad, los profesionales que salen de las facultades no son suficientes para «cubrir toda la demanda que existe a nivel global».

Y las condiciones laborales también son «esperanzadoras» para Carla, que asegura que tiene «la suerte de que ver a muchos compañeros de menos de 30 años con buenos empleos». Esto le permitió a ella misma independizarse con 21 años. «Para la gente joven las oportunidades que ofrece el sector son considerablemente mejores que las que, por lo general, puede ofrecer el mercado laboral actualmente», argumenta.

Pero no es oro todo lo que reluce. Carla también ve una cara b en esta situación y cree que el sector está «mitificado». Defiende que el hecho de que encontrar trabajo sea fácil no significa que el trabajo, en sí, sea sencillo y que su labor tiene cierta complejidad: «Mucha gente confunde la demanda del sector con lo fácil que puede ser trabajar en él, la preparación que hace falta o la vocación», lamenta. Por eso, cree que las compañías son cada vez más exigentes: «No es raro ver a gente que estudia para una entrevista como quien prepara un examen».

Aunque cree que «sería muy idílico pensar que la inserción laboral no es un factor importante a la hora de escoger carrera», sabe que no es así y que la elevada empleabilidad de su grado anima a algunos a matricularse: «He visto a gente en primero de carrera que se metía por eso, porque querían un trabajo que diera dinero. No sabían si les gustaba, pero se matriculaban», dice.

Cuenta que ella se decantó por esta carrera porque en el instituto le gustaban las Matemáticas y la Física y buscaba una profesión en la que pudiese aplicarlas «a la vida real y tener un impacto positivo en la gente». Por eso, invita a reflexionar antes de comenzar una carrera con las salidas laborales como única motivación: «Trabajar en informática es solucionar problemas, frustrarse buscando la mejor solución o echar horas sola delante de un portátil pensando».