Los cinco teatros romanos mejor conservados y menos conocidos de España

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Lugares que son espectáculos por sí mismos. Recorremos de la mano de Noite Bohemia, compañía gallega que se ha alzado con el Premio Nacional de Teatro Grecolatino, estos enclaves históricos

07 dic 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

El teatro nació en Grecia y fue una de las muchas deudas que el Imperio romano tiene con la civilización helena. Así, toda ciudad de cierta importancia acabó con un teatro que servía de institución cultural y comercial. Los historiadores calculan que en Hispania se levantaron una veintena de teatros romanos. Los más célebres, los de Cartagena y Mérida; el primero, porque es el mejor conservado y el más grande; el segundo, por su impresionante fachada de escena. Pero hay muchos más. 

Los conocen bien los miembros de la compañía gallega Noite Bohemia, que ha interpretado sus obras clásicas en casi todos los teatros romanos de España, pero también en algunos imponentes monumentos que se mantienen en pie en la Grecia contemporánea. El pasado septiembre, este grupo de teatro nacido en el instituto Ramón Menéndez Pidal de A Coruña logró el Premio Nacional de Teatro Grecolatino con su interpretación de Las Bacantes —obra cumbre del dramaturgo griego Eurípides— en la ciudad romana de Segóbriga. «Tenemos el privilegio de no solo hacer teatro y cultura, sino de poder actuar en estos espacios», comenta Javier Fernández Mariño. Conoce bien este yacimiento romano ubicado en el municipio de Saelices (Cuenca), al que acuden cada año para participar en sus festivales de teatro grecolatino. Y reconoce que, aunque «no es el más grande ni el mejor conservado, es mágico y especial». Una de las razones es su ubicación, en el centro de un conjunto arqueológico donde están presentes todos los edificios referentes de la arquitectura romana: además del mencionado teatro, el anfiteatro, las termas, el foro, la basílica… Todo ello en un paisaje que se ha mantenido prácticamente intacto desde su fundación. «De todos los teatros romanos es el que te da más sensación de recogimiento», comenta Fernández Mariño, y añade que esto se debe al poco espacio que tiene entre el escenario y las gradas, «lo que hace sentir al público muy cerquita»; además de la inclinación de la cavea (el graderío), que es muy empinada. «Cuando actúas, entre la cercanía y que tienes al público muy encima, esa transmisión de energía que se produce entre actores y publico es muy grande», recuerda.

El grupo de teatro coruñés Noite Bohemia, durante una actuación en el teatro romano de Segóbriga, en Saelices (Cuenca)
El grupo de teatro coruñés Noite Bohemia, durante una actuación en el teatro romano de Segóbriga, en Saelices (Cuenca)

En este yacimiento arqueológico están este otoño de enhorabuena: en unas excavaciones recientes han hallado una pintura mural con motivos geométricos y figurativos, anclada a su pared original de siete metros de longitud. «Encontrar pintura mural en un yacimiento romano no es extraño, lo que no es habitual es esa magnitud de longitud, conservando una altura interesante», explica Javier Atienza, director de la excavación. Ahora pasan a la fase de restauración. 

Clunia Sulpicia

También en la meseta, en el municipio burgalés de Peñalba de Castro, se erige otra ciudad monumental que destaca por su buen estado de conservación. Se llama Clunia Sulpicia y su teatro, con capacidad para unos mil espectadores, es uno de los más grandes de la península ibérica. En su época, acogió tanto representaciones teatrales como reuniones políticas. Se levantó en el siglo I y se aprovechó la ladera en forma de media luna para su construcción. Es uno de los elementos arquitectónicos más representativos de este yacimiento arqueológico, que deja constancia de la gran escala de la ciudad romana en la que se construyó y del paisaje en el que se enclava. Hoy el viajero puede pasear por los vestigios de su foro, sus termas y los restos de las casas de sus habitantes gracias a las visitas, los talleres arqueológicos o los cursos de verano. Solo algunos días, durante el mes de agosto, su teatro vuelve a cobrar vida. 

Regina Turdulorum

La ruta por teatros romanos imprescindibles continúa en Badajoz, que en la época romana pertenecía a la provincia Bética. En el municipio de Casas de Reina se encuentra el yacimiento de Regina Turdulorum, donde su monumento más imponente exhibe la ingeniosa arquitectura romana al aprovechar la ladera natural del terreno para cimentar su amplio graderío, que en su día resonó con las voces de cerca de mil espectadores. «Son unas ruinas maravillosas y poco conocidas», apunta el director de Noite Bohemia. Y destaca su espectacular acústica: «Es un teatro magnífico donde podemos actuar sin micrófono y que de noche, sin contaminación lumínica alguna, estás actuando con la Vía Láctea en el cielo estrellado», recuerda. Sus restos evidencian la sociedad que se asentó y que mantuvo un alto nivel de desarrollo cívico, con su foro, termas y templos. Su recuperación arqueológica permite imaginar la intensa vida económica de la antigüedad en el sur de Hispania. 

Actuación del grupo coruñés Noite Bohemia en el teatro romano de Regina Turdulorum. Situado en la provincia de Badajoz, destaca su acústica, que permite actuar sin micrófonos.
Actuación del grupo coruñés Noite Bohemia en el teatro romano de Regina Turdulorum. Situado en la provincia de Badajoz, destaca su acústica, que permite actuar sin micrófonos.

Acinipo

Más al sur, en Ronda (Málaga) se encuentra el yacimiento de Acinipo, donde otro teatro romano conserva casi en su totalidad la cávea, tallada directamente en la roca caliza del terreno, aprovechando una vez más la pendiente natural a la manera de los teatros griegos. En su origen, tenía capacidad para unos dos mil espectadores y, aunque se conservan los muros de la escena, tanto los mármoles como la decoración que los recubrían fueron expoliados. De este asentamiento que basó su riqueza en la agricultura y la producción vinícola se pueden visitar los restos de lo que pudo ser el foro o la plaza pública y tres piscinas que pertenecieron a sus termas, lo que deja entrever el importante desarrollo que alcanzó la ciudad en su origen. 

Pollentia

Este recorrido prosigue en la isla de Mallorca, donde se conserva el yacimiento de Pollentia, considerada la ciudad romana más importante de las islas Baleares, pieza esencial para entender la expansión de Roma a través del Mediterráneo. Sus restos, ubicados estratégicamente entre dos bahías naturales, conservan el urbanismo propio de las ciudades del Imperio. Están bien conservados su foro, su zona residencial y, sobre todo, su teatro, un reclamo por estar ubicado fuera de las murallas. Parte de su graderío está excavado en la roca, y el resto se elevaba mediante estructuras de mampostería.

A estos cinco lugares monumentales se podrían sumar unos cuantos más: el de Baelo Claudia, en Tarifa, «donde se puede actuar en un teatro romano con el estrecho de Gibraltar y África detrás», rememora Fernández Mariño; el de Sagunto, «que aún con la reconstrucción sigue siendo enorme y espectacular»; el de Itálica, en Sevilla, o el de Medellín, en Extremadura, «recientemente restaurado y ubicado en un alto desde el que ves todo el campo extremeño debajo»... Todos son espacios donde representar obras clásicas es un privilegio, insólitos en el noroeste español.

Pero tampoco hay que olvidar los vestigios que el Imperio romano dejó en Gallaecia: «Ser coruñeses y actuar junto a la torre de Hércules es también un privilegio, hacer Bacantes en el monte gallego o ver bajar a Edipo Rey por la ladera del castro de Elviña, con el sol del anochecer son también recuerdos inolvidables».