Dice que su casa, la que vemos en tele, es tal cual. ¡Que no ha cambiado ni los cojines! Solo quiere la inmortalidad para asegurarle lo mejor a su hijo Kike y que no le falte nada. Pero, Bertín, por supuesto, va sobrao: «A mi edad... ya quisieran muchos»
ANA MONTES