El «desfase contable» alcanzó los 6,3 millones de euros, y puso a la patronal al borde del concurso de acreedores y de tener que vender su sede en Santiago
«A veces la tecnología va por delante del mercado», lamenta Norlean, que trabajó para Stellantis, Congalsa y hospitales como el Clínic de Barcelona o el Ramón y Cajal