Venezuela sigue avanzando hacia el caos con un Nicolás Maduro que se sostiene en el poder a pesar de la creciente presión popular en la calle y el cada día mayor aislamiento internacional. Su único sustento es un Vladimir Padrino, ministro de Defensa, más discreto en las formas, pero más peligroso, porque controla todo el aparato represivo del Estado.
El crimen y las explicaciones de las autoridades han provocado una ola de indignación que llevó a la oposición a retomar las calles y sumarse a la movilización estudiantil