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Desayuno de domingo con... La Ribot: «Llevo treinta años fuera, y en España no hubiera podido crear lo que he conseguido»

María José Ribot. Madrid, 1962. Soy coreógrafa y bailarina, pero hago muchas más cosas. Soy artista multidisciplinar. El 15 de marzo se estrena 'Nuestro último baile', la primera vez que hago de actriz en el cine.

Viernes, 01 de Marzo 2024

Tiempo de lectura: 2 min

XLSemanal. Debuta como actriz, pero se interpreta a sí misma.

La Ribot. Sí, mi papel es el de la directora de una compañía de baile, pero es que, además, yo no quería estar muy caracterizada, interpreto poco [ríe].

XL. Germain, arrítmico total, y su mujer, bailarina, se prometieron que el primero que muriese debía cumplir el proyecto inacabado del que enviudara. Así, al morir ella, él se integra a sus 75 años en la compañía de danza que usted dirige.

L.R. Es una bomba. Conjuga el duelo, la danza y la comedia: es una explosión de emociones. Hay momentos muy tristes en los que Germain va curándose ante la pérdida, y otros en los que te ríes por la situación. Además, hay mucho espacio para la danza, y eso es raro en el cine.

«Hay más guerras, más desigualdad, la derecha es más reaccionaria, tenemos mucha más censura… ¡Así de grave está la cosa!»

XL. Póngase en los zapatos de Germain: sus hijos toman el mando de su vida, se convierten en sargentos y la tratan como si fuera una niña. ¿Lo ha pensado?

L.R. [Ríe]. Los mandaría a freír espárragos. Soy madre y aún hija: mis padres son muy mayores, estoy en medio de todas esas decisiones y tiendes a infantilizarlos al ver que hacen cosas que no entiendes. Pero hay que ponerse en su lugar, y no es fácil.

XL. Tras estudiar danza contemporánea y clásica en Madrid, se formó en Francia, Alemania y Estados Unidos. Vivió 7 años en Londres y lleva 20 en Suiza, otro mundo...

L.R. En cuanto a voluntad política y apoyo, desde luego. Tengo un buen estudio, cedido por el Ayuntamiento de Ginebra desde hace 18 años, en el que solo pago los gastos. Me duele decirlo.

XL. Ha dicho: «Me tuve que ir de España porque aquí no habría salido adelante».

L.R. Sí, llevo treinta años fuera y aquí no hubiera podido crear lo que he hecho. Pero siempre vuelvo y sigo trabajando aquí y conozco artistas, pocos, que lo han conseguido; aunque hay miles que lo intentan con gran dificultad y no lo logran. Es triste.

XL. Habrá quien se consuele pensando que en España se vive mejor que en un país disciplinado y neutral como Suiza...

L.R. Suiza no es tan genial ni tan aburrida ni tan neutral [ríe]. Es limpia y silenciosa y yo he encajado muy bien. Tengo medios, cariño y me han dejado un lugar donde puedo desarrollar ideas y películas como Nuestro último baile.

XL. Hay quien piensa que la pandemia nos ha hecho más reflexivos y mejores.

L.R. Yo creo que estamos bastante peor que antes: hay más guerras, más desigualdad, la derecha es más reaccionaria, tenemos mucha más censura… ¡Así de grave está la cosa! Pero luego, pasado este retroceso, se avanzará, estoy segura.


«Un café bien cargado y sin leche. Un par de rebanadas de pan tostado, con aceite de oliva virgen extra, tomate picado y, a veces, jamón de bellota. Y otro café».

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