Mar de ardora, la luz «mágica» que solo premia a los más pacientes

Patricia Blanco
P. BLANCO CARBALLO / LA VOZ

AL SOL

Mar de ardora fotografiado en la playa de Balarés, Ponteceso
Mar de ardora fotografiado en la playa de Balarés, Ponteceso ANA GARCÍA

Presenciar este fenómeno devino verdadera ansia en la Costa da Morte y más allá. Cada verano, sobre todo desde hace unos años, son muchos los que lo procuran. La incerteza es parte del encanto

02 ago 2024 . Actualizado a las 00:37 h.

Puede que una noche haya tenido suerte, y en un sugerente regalo, el mar se le haya brindado pleno de luz azul. Pero nada garantiza que al día siguiente vuelva a ocurrir eso en el mismo punto, por más que el hechizado buscador siga idéntico ritual. Esa, precisamente, es la magia del mar de ardora, la ardentía, el «arde o mar», la bioluminiscencia que, de unos años a esta parte, ha atraído hasta las costas gallegas a numerosos visitantes, vecinos, profesionales y aficionados de la imagen. No pocas llamadas se han hecho para preguntar, directamente, cuándo y dónde se podrá ver el mar de ardora, pero esta luz mágica que solo premia a los más pacientes no tiene hora, día o lugar fijo. No se hace reserva bajo calendario.

¿Es la Costa da Morte su refugio? El mar de ardora es un fenómeno mundial que en lo literario catapultó Jules Verne, si bien su documentación fotográfica en el finis terrae, empeño en el que es referencial el trabajo de la fotoperiodista de La Voz Ana García, ha hecho popular la idea de que la magia bendice esta tierra. Tanto así que se ha convertido en un producto turístico más: caminar sobre el mar de ardora o bañarse en él devino verdadera ansia.

Fue en agosto del 2020 que García registró con su cámara por vez primera el mar de ardora en la playa de Carnota. Se propuso entonces comprobar si este fenómeno se daba en otros arenales de la comarca, y así llegaron las populares imágenes de Rebordelo (Cabana) en el verano del 2021. A partir de ahí, una extensa lista de destinos en donde la luz azul le premió las noches de espera. A los pies del Monte Branco, en Area das Vacas y en San Pedro (Cabana), en Niñóns, O Roncudo o Balarés (Ponteceso), San Miro y Riás (Malpica), Reira (Camariñas), Laxe, Gures y Estorde (Cee), Soesto y Traba (Laxe), Mar de Fóra (Fisterra), O Ézaro (Dumbría)... A más allá amplio asimismo expedición, y Miño o Sada sumaron registros a su colección particular de ardentía.

Mar de ardora fotografiado en la playa de San Pedro, Sada
Mar de ardora fotografiado en la playa de San Pedro, Sada ANA GARCÍA

Hay noches de más fortuna que otras, pero lo mínimo que uno se llevará a casa es un manto de estrellas contemplado en el cielo. No debería tener cabida, pues, la decepción del explorador, tan solo el aliento de saber que esas estrellas, a veces, bajan a tierra. La incerteza y la sorpresa refuerzan la belleza de retener por un momento lo fugaz, el instante que no volverá igual.

Cuando las olas con mar ardora bañan las rocas, por un breve período de tiempo, en estas quedan miles de puntos azul fluorescente
Cuando las olas con mar ardora bañan las rocas, por un breve período de tiempo, en estas quedan miles de puntos azul fluorescente ANA GARCIA

En la Costa da Morte, el mar de ardora ya no solo se busca desde tierra, en las playas. También hay salidas en barco que procuran esta magia que se da, sobre todo, en noches cálidas de primavera, verano e incluso otoño. Oscuridad, ausencia de contaminación lumínica, lugares resguardados, estabilidad del agua... Son factores que ayudan. Con el aumento de las temperaturas crecen microorganismos bioluminiscentes como los dinoflagelados. Tiene su explicación científica, es una reacción química, pero ¿quién quiere acotar la magia?