Estos son los restaurantes asturianos a unos minutos de Ribadeo que recomienda el prestigioso chef José Andrés

S.M. RIBADEO / LA VOZ

RIBADEO

Ángel Manso

Se encuentran en Valdés, El Franco y Tapia de Casariego

14 ago 2025 . Actualizado a las 23:38 h.

El cocinero mierense José Andrés, con una dilatada carrera en Estados Unidos y reconocido internacionalmente tanto por su faceta empresarial como por su labor humanitaria, no olvida sus raíces. En una conversación con el periódico El País, el chef ha compartido una ruta personal para disfrutar de la gastronomía y los paisajes del Principado, salpicada de recuerdos y de lugares imprescindibles para quienes quieran conocer Asturias a través de sus sabores.

José Andrés aconseja evitar las aglomeraciones estivales y optar por otras épocas del año para visitar la región. «Hay que dejar de ir en verano y venir en otros meses, en los que se puede disfrutar más», señaló al diario.

En su lista de paradas, no falta el Merendero de Los Lagos, junto al Lago Enol, donde recuerda haber disfrutado de un buen caldo en plena naturaleza. Tampoco Mieres, su lugar de origen, al que rinde homenaje con una advertencia clara: «El que no ha ido a Mieres a beber un culín de sidra no ha estado en Asturias». Recomienda la plaza de Requejo para vivir el ambiente sidrero, y cita a Casa Fulgencio como uno de sus rincones favoritos, sobre todo si se opta por probar sus preparaciones de marisco.

El cocinero defiende abrir los llagares al público para dar a conocer la tradición sidrera y menciona la Sidrería Trabanco, en Gijón, como ejemplo de lugar donde saborear fabada, pote o cachopo, además de recorrer sus pomaradas y bodegas.

La ruta continúa en Tazones, villa marinera famosa por recrear el desembarco de Carlos V. Allí, el restaurante Rompeolas le conquista por sus fritos de pixín y centollos, mientras que en Villaviciosa no se olvida de la coctelería Soda 917, regentada por Enrique Rojo y Eva Tuya. 

Para una experiencia de alta cocina, elige El Corral del Indianu, en Arriondas, y en Oviedo recomienda la confitería Camilo de Blas, célebre por sus carbayones. En Avilés, Casa Tataguyo le atrae por su longaniza blanca, y en Cornellana se detiene en el Café Bar Casino para disfrutar de bocadillos de ternera asturiana o de chosco de Tineo.

Hacia el occidente, en la mítica Casa Consuelo de Otur, venera las verdinas con bogavante, mientras que en Viavélez se queda con un «pulpo guisado increíble» degustado en la Taberna Viavélez. El recorrido se cierra en Tapia de Casariego, en la Sidrería La Terraza, donde confiesa haberse deleitado con un flan «francamente bueno» y platos de bonito y pulpo.

Una hoja de ruta que, según sus propias palabras, une lo mejor de la gastronomía asturiana con los rincones más auténticos de la región.