
Los vecinos de la parroquia de San Vicente de O Grove celebraron ayer, por todo lo alto, la festividad de su patrón. Y es que, por primera vez en muchos años, la jornada fue declarada festivo local. Así lo decidió el gobierno local, que ayer acudió en pleno a los festejos. El programa de actos eran sencillo: misa, procesión y un pincho para reunir a toda la parroquia entorno a su santo más querido. Pero triunfó. Decenas de personas asistieron a las celebraciones para honrar a su patrón.
Dicen los vecinos de la zona que el hecho de que la jornada de ayer fuera festiva influyó, y mucho, en la afluencia que registraron las celebraciones. «Nótase que é festivo, na misa hai tanta xente coma se fose domingo», explicó uno de los presentes. Y era cierto. El templo se quedó pequeño para acoger a todos los asistentes, entre los que destacaban los niños, que ayer no tuvieron que ir a clase.
Los festejos de ayer comenzaron con la misa solemne, en la que participaron todas las autoridades. A continuación, salió en procesión al santo. De llevarlo a hombros se encargó el concejal de Obras, Manuel Ochoa, junto con otros vecinos. Y es que no en vano es residente en esta parroquia meca. Detrás iban sus compañeros de gobierno. Marta Domínguez, Carlos Otero, Alfredo Bea y Aida Filgueira. Todos hicieron el recorrido de la procesión, que salió de la iglesia, dio la vuelta por el cementerio y regresó al templo. Momento en el que lució el sol, lo que permitió a la comitiva hacer el paseo con calma.
Para poner el punto y final a esta jornada festiva los vecinos invitaron a todos los presentes a un abundante pincho en la casa de cultura. Fue preparado por la asociación de mujeres rurales de la parroquia. El cura, Juan Ventura Martínez, fue el que se encargó de abrir la degustación. De la música se ocupó la charanga Rouba Bicos. La cita fue todo un éxito y los vecinos se quedaron con la esperanza de que, en breve, puedan volver a celebrar un San Vicente con una jornada festiva local. Será, claro está, con el permiso de los responsables de la parroquia de San Martiño.